Robert Bowers, designado por las autoridades estadounidenses como el autor del ataque de Pittsburgh, había emitido mensajes antisemitas en Gab, una plataforma muy similar a Twitter. Por eso, tras el ataque, a Gab se le prohibió utilizar varios servicios que garantizaban su funcionamiento: Paypal, GoDaddy (que le proporcionó su nombre de dominio) y Joyent (que era el anfitrión de la plataforma), entre otros. Para los dueños de Gab todos los que lo censuraron conforman “el cartel de Sillicon Valley”.
https://twitter.com/getongab/status/1059922031238467584
De hecho, Gab había desaparecido de las pantallas totalmente. Pero reapareció el domingo 4 de noviembre, gracias a un servicio llamado Epik, que aceptó administrar su nombre de dominio. Hoy, en un comunicado, el jefe de esa compañía, Robert Monster (portador de un apellido que parece guionado en Hollywood), defendió su posición, criticó la “censura digital” y elogió el “coraje” del creador de Gab, Andrew Torba, cuya plataforma casi no tiene moderación.
El nuevo host de Gab no se conoce porque la nueva versión usa Cloudflare, que no divulga esa información: oculta las direcciones IP originales de los sitios que lo utilizan. Un representante de Cloudflare explicó al sitio Wired su decisión de trabajar con Gab: “las compañías que proporcionan infraestructura como Cloudflare no deberían estar en posición de tomar decisiones editoriales basadas en el contenido”
Los responsables de Gab deberán seguir defendiéndose en los tribunales estadounidenses y a pesar de los problemas que han surgido mantendrán su postura de no filtrar mensajes denunciados por apologizar violencia.
https://twitter.com/getongab/status/1059802670435725312