El coronavirus COVID-19, que hasta este sábado ha infectado a cerca de 78.000 personas y causado la muerte a más de 2.350, amenaza con expandirse rápidamente fuera de China, luego del crecimiento de casos en países como Surcorea e Italia.
En Corea del Sur las infecciones se multiplicaron por ocho en apenas cuatro días hasta llegar a 433 contagiados, la mayoría de ellos relacionados con una iglesia y un hospital en Daegu, la cuarta ciudad más grande de la nación y sus alrededores, donde los trabajadores de la salud se apresuraban a examinar a miles de personas.
El país asiático también informó de su tercera muerte por esta enfermedad: un hombre de unos 40 años que fue encontrado muerto en su casa y que dio positivo de manera póstuma, y existe preocupación de que el número de decesos por el virus pueda aumentar.
Los enfermos de COVID-19 con indicios de neumonía u otras patologías graves fueron trasladados del hospital de Cheongdo a otras instalaciones, explicó el viceministro de Slaud, Kim Gang-lip, a reporteros. Diecisiete de ellos presentaban un cuadro crítico, agregó.
El funcionario dijo que el brote ha entrado en una nueva fase grave, aunque mostró un optimismo moderado acerca de que pueda contenerse en la región que rodea a la ciudad de Daegu, donde se reportó el primer caso el martes.
De los 229 nuevos casos en Corea del Sur, 200 estaban en Daegu y en regiones próximas, que se han convertido en el último frente en la lucha global contra el nuevo coronavirus.
El sábado en la mañana, la ciudad de 2,5 millones de habitantes y áreas cercanas sumaban 352 pacientes, incluyendo los dos fallecidos en el hospital Cheongdo. El gobierno surcoreano declaró una “zona de gestión especial” allí y está enviando ayuda para aliviar la escasez de camas, de personal médico y de equipos.
“Aunque estamos empezando a ver algunos casos más en todo el país, las infecciones siguen siendo esporádicas fuera de la zona de gestión especial de Daegu y de la provincia de Gyeongsang Norte”, explicó Kim en una conferencia de prensa. Además, hizo un llamado a mantener sólidos controles fronterizos para impedir la entrada de infecciones procedentes de China y otros países.
Además, se investiga una posible relación entre los fieles de un templo y el repunte de los casos en el hospital de Cheongdo, donde por el momento se han infectado 110 personas, en su mayoría pacientes del ala psiquiátrica.
Funcionarios de salud examinaron a 9.300 fieles, y dijeron que 1.261 presentaban tos y otros síntomas. Cuatro habían viajado al extranjero en los últimos meses, uno de ellos a China, aunque la visita fue a principios de enero y no estuvo cerca de Hubei.
La ansiedad es palpable en otras partes del país. En la capital, Seúl, el temor al virus llevó a muchos a evitar las tiendas y restaurantes y a comer en casa y encargar lo que necesitaban por internet. Los buses y los metros estaban llenos de gente con máscaras.
También en Italia
Una decena de localidades italianas estaban este sábado bajo cuarentena virtual luego de que el coronavirus cobró dos vidas en ese país europeo y se propagó entre personas que no tenían relación directa con el origen del brote en China.
Los contagios secundarios llevaron a las autoridades de localidades en las regiones norteñas de Lombardía y Véneto a ordenar el cierre de escuelas, negocios y restaurantes, y a cancelar eventos deportivos y misas. El alcalde de Milán, la capital comercial del país, decretó el cierre de las oficinas públicas.
Cientos de personas que entraron en contacto con los más de 40 enfermos confirmados en el país estaban aislados a la espera de los resultados de sus pruebas, y equipos de Protección Civil instalaron un hospital de campaña en el exterior de uno cerrado en Veneto para examinar al personal médico.
En una de las zonas más afectadas, Codogno, donde uno de los primeros pacientes del grupo estaba en estado crítico, su avenida principal estaba prácticamente desierta el sábado, con sus supermercados, restaurantes y tiendas cerrados. Las pocas personas que estaban en la calle se cubrían la cara con mascarillas, que estaban casi agotadas en las farmacias.
Un hombre de 78 años, una de las siete personas infectadas en Véneto, murió el viernes, informó el presidente regional de Veneto, Luca Zaia. Dos de los infectados estaban relacionados con el hombre que murió.
Zaia explicó que los contagios mostraron que el COVID-19 se transmitía como cualquier otra gripe y que tratar de identificar una única fuente o vínculos con China ya no es efectivo.
“Puede contagiarlo cualquier persona”, dijo a reporteros. “Podemos esperar tener casos de pacientes que no estuvieron en contacto” con supuestos portadores.
Una primera ordenanza del Ministerio de Salud impuso una cuarentena sobre 10 localidades de Lombardía en torno a Lodi, al sureste de Milán, luego de que la región reportó el viernes que el número de infectados allí se cuadriplicó. A título individual, otras ciudades fuera del cordón sanitario, como Cremona, promulgaron sus propias restricciones y cancelaron las clases tras confirmar casos.
Las autoridades pidieron calma, pero reconocieron que la situación era alarmante por los contagios secundarios. El primer afectado confirmado en Lombardía, que se reunió con alguien que había regresado de China el 21 de enero, seguía sen presentar síntomas.
Trabajaba en una planta de Unilever cerca de Codogno, y más de 100 de sus compañeros estaban aislados a la espera de los resultados de sus pruebas.
Por otra parte, 19 italianos que pasaron más de dos semanas en cuarentena en un crucero en Japón aterrizaron en el aeropuerto militar Pratica di Mare de Roma. Estaban varados en el Diamond Princess desde el 5 de febrero. Tras los primeros chequeos médicos y un proceso de descontaminación, fueron trasladados al campus militar de Cecchignola, donde pasarán aislados otros 14 días.
Es muy mal en Italia!