La explosión de casos de coronavirus entre jóvenes aboca a España a una quinta ola, según expertos consultados por la agencia EFE, que será “distinta” por la poca sintomatología del virus en esta población, pero pueden darse casos graves y contagiar a personas vulnerables sin vacunar.
El índice de transmisión de la COVID-19 comenzó a descender en el país a finales de abril hasta final de junio, cuando tras un estancamiento empezó a subir de nuevo, debido al aumento de positivos entre jóvenes.
La curva de contagios sigue en ascenso entre la juventud, lo que hace que la media nacional suba este martes a 225 casos por cada 100.000 habitantes, cada vez más cerca del riesgo extremo de la enfermedad que marcan los 250. Pero son los menores de 30 los que copan las infecciones: alcanza los 652 casos entre los de 12 a 19 años y hasta los 717 entre los de 20 a 29.
Los expertos advierten
“Lamentablemente estamos iniciando una quinta ola desde hace días y es muy previsible que siga aumentando”, declaró a EFE Joan Caylà, de la Sociedad Española de Epidemiología.
Caylá tiene claro que esta ola será distinta a las anteriores por “la gran suerte” de que los más vulnerables, de más edad, están vacunados en España, pero advierte de que algunos jóvenes infectados, en su mayoría asintomáticos o con signos leves del virus, pueden desarrollar la enfermedad de forma grave y requerir hospitalización, incluso en cuidados intensivos.
En el mismo sentido se expresa el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública Joan Carles March, quien señala que esta es una quinta ola en la población juvenil, ligada al fin del período escolar y al ocio nocturno, “que ha generado una sensación de que el virus se ha terminado y los jóvenes han salido en tromba a celebrarlo”.
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“Esa sensación de que a los jóvenes el virus no les afecta, que son asintomáticos, está generando la visión de que no pasa nada y la realidad es que pasa, y que no solo afecta a los más jóvenes, sino a los que aun no están inmunizados y son de riesgo”, abunda March.
La subida de contagios ha coincidido con la fexibilización de medidas como la del uso de mascarilla, que ya no es obligatoria en exteriores siempre que se mantenga una distancia interpersonal de al menos metro y medio, y que para expertos como March ha sido precipitada.
“Cuando quitas una medida que ha marcado la vida durante tantos meses parece, da la sensación, de que la pandemia se ha terminado y la realidad es que no”, añade.
Restricciones al ocio nocturno
Caylà, por su parte, comenta sobre el ocio nocturno que “lo mejor” es que no estuviera abierto o que fueran a estos locales aquellos con test negativos del virus: “Debemos pensar en la incidencia y si en un lugar cerrado hay gente hacinada bailando y bebiendo, el riesgo es mucho, no hay que minusvalorar esta pandemia”.
Varias regiones españolas han dado marcha atrás en la reapertura del ocio nocturno, al volver a implantar medidas como el adelanto del horario de cierre.
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado un mensaje a los jóvenes: “entendemos la fatiga, somos muy conscientes de que estamos entrando en el verano, que han acabado el curso escolar, la universidad, pero es muy importante preservar la prudencia porque pueden lastimarse ellos mismos y pueden hacer enfermar a generaciones mayores más vulnerables”.
España tiene un 41 % de la población con la pauta completa de la vacuna, unos 19,5 millones de habitantes, y el 56 % con al menos una dosis, casi 27 millones, pero hasta ahora la prioridad han sido grupos de mayor edad, entre otros. Por ello, varias regiones están comenzado a vacunar a los más jóvenes, por debajo de los 30 años, pues en algunos grupos por debajo de esa edad apenas se llega al 1 por ciento de inmunizados.
España suma 80.954 fallecidos y 3.880.612 casos de COVID-19 desde el inicio de la pandemia.