El Parlamento griego aprobó una reforma laboral, impulsada por el gobierno de Kyriakos Mitsotakis y su partido Nueva Democracia, que impone, entre otras medidas, jornadas hasta de 13 horas de trabajo, semanas de seis días laborables y optar voluntariamente a un segundo empleo con un máximo de cinco horas diarias.
La reforma obtuvo el apoyo de 158 diputados, de 300 en total, principalmente del partido que dirige Mitsotakis. La oposición, de la extrema derecha a la izquierda radical, votó en contra.
Introduce también un contrato para empleados de guardia, que en la realidad supone que los trabajadores no tendrán un horario fijo, sino que trabajarán cuando el empleador así lo requiera, siempre y cuando exista una notificación previa de al menos 24 horas.
Establece, asimismo, que un empleado puede ser despedido durante su primer año de trabajo sin previo aviso ni remuneración, salvo acuerdo en sentido contrario.
Durante una intervención en el Parlamento, el ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defendió su proyecto de ley y aseguró que ni elimina la jornada de ocho horas ni (la semana) de cinco días.
También argumentó que el objetivo de la ley es estimular el empleo y aumentar el número de puestos viables y correctamente pagados.
El gobierno de Mitsotakis afirma que la revisión eliminará el trabajo no declarado y fomentará el empleo en general, pero los sindicatos y la oposición afirman que es un ataque a los derechos de los trabajadores y que agravará la explotación de los trabajadores en un mercado laboral ya de por sí escasamente regulado.
Miles de trabajadores del sector público, incluidos profesores, médicos y personal de transporte, iniciaron diversas protestas desde el pasado jueves en las principales ciudades griegas.
En julio pasado, el Gobierno adoptó una ley que permite trabajar después de los 74 años, es decir, siete años más allá de la edad de jubilación.
Associated Press/OnCuba.