Los manifestantes del movimiento francés de los chalecos amarillos prendieron varios fuegos el sábado durante una marcha a través de París para transmitir su mensaje a un gobierno que creen que está olvidando a los pobres: que la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, dañada por el fuego, no es el único problema que Francia tiene que resolver.
Al igual que los chalecos de alta visibilidad que usan los manifestantes, los pequeños incendios dispersos en París parecían ser un llamamiento colectivo al gobierno del presidente francés Emmanuel Macron: “¡Voltea a verme, yo también necesito ayuda!”.
La policía disparó cañones de agua y roció gas lacrimógeno para tratar de controlar a los manifestantes radicales que cometieron actos violentos al margen de la marcha mayormente pacífica y que fue de las varias acciones que se produjeron en París y otras ciudades francesas.
Muchos manifestantes se sienten frustrados porque la campaña internacional para ayudar a Notre Dame ha eclipsado el movimiento de cinco meses de antigüedad contra la desigualdad de la riqueza. Es la 23ra semana del movimiento contra la inequidad social y el liderazgo del presidente Macron.
La mayoría de los manifestantes están profundamente entristecidos por el incendio sufrido por el monumento nacional, pero muchos están furiosos por las donaciones de 1.000 millones de dólares para Notre Dame hechas por magnates mientras sus demandas sociales siguen sin respuesta y ellos pasan trabajos para sobrevivir.
Un coche, varias motocicletas y múltiples barricadas ardieron el sábado en las calles del este de París, como parte de actos dispersos de violencia.
Varios manifestantes enmascarados lanzaron adoquines y bengalas contra la policía antidisturbios, que intentaba contener a la multitud. Los reporteros de AP vieron al menos dos periodistas heridos en los enfrentamientos.
Los alborotadores también saquearon por lo menos dos tiendas y un manifestante vestido de negro saltó sobre un Mercedes estacionado, destrozando su parabrisas.
Los bomberos de París apagaban múltiples incendios pequeños pero impresionantes alrededor de la Plaza de la Republica. El olor a gas lacrimógeno, mezclado con humo negro, hacía difícil respirar el aire.
Varios reporteros de The Associated Press vieron un auto y motocicletas en llamas, mientras la policía disparaba múltiples rondas de gas lacrimógeno y granadas antimotines, mientras la policía antidisturbios trabajaba para controlar a la multitud. Varios manifestantes lanzaban bengalas.
La televisión francesa mostró imágenes de médicos voluntarios atendiendo a un manifestante con chaleco amarillo tendido en el suelo.
La jefatura de policía de París dijo que las autoridades detuvieron a más de 200personas en las primeras horas de la tarde y que hicieron inspecciones aleatorias a más de 20.000 personas que trataban de entrar a la capital para participar en las protestas del sábado.