El dueño de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha dado este lunes las primeras señales de vida desde el motín que lideró el sábado en Rusia, publicando un audio en el que afirma que las acciones emprendidas no pretendían “derrocar al Gobierno, sino protestar” y asegura tener el apoyo de prácticamente todas sus tropas.
En esa grabación, Prigozhin ha incidido en la división militar al acusar al ejército ruso de envidiar sus éxitos y matar a los suyos. “Éramos los más preparados, cumplíamos todas las misiones […] como resultado de intrigas y malas decisiones, se suponía que Wagner dejaría de existir el 1 de julio de 2023″, ha lamentado Prigozhin en referencia al decreto que coloca a todas las tropas bajo el paraguas del ejército regular, reseña el diario El País.
Las declaraciones se difundieron horas después de que la prensa oficialista rusa publicara que, al contrario de lo que parecía haberse pactado el sábado tras el fin de la fallida rebelión, el caso contra Prigozhin no se ha cerrado y, por tanto, los cargos contra él continúan vigentes.
El propósito de la protesta era, según el relato de Prigozhin, “llevar ante la justicia a quienes cometieron errores”. El jefe de los mercenarios ha abundado en el argumento de la protesta contra Moscú: “A pesar de que no hemos cometido ninguna agresión, fuimos atacados con misiles y después nos repasaron los helicópteros. Murieron unas 30 personas, combatientes de Wagner”. Prigozhin ha admitido que durante las escaramuzas murieron algunos pilotos de las fuerzas armadas rusas.
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Pero no se refirió a ese supuesto pacto que puso fin a la asonada de Wagner y cuya principal condición no parece haberse cumplido. El acuerdo consistía en que las columnas de vehículos militares y blindados paramilitares debían detener su camino a Moscú y volver a sus bases. A cambio, el Gobierno ruso se comprometió a garantizar la inmunidad de Prigozhin y sus hombres.
Sin embargo, las tres agencias oficialistas —TASS, RIA e Interfax— y el principal periódico del país, Kommersant, han asegurado este lunes que el caso abierto contra el líder de Wagner por el motín no se ha cerrado. Los cargos a los que se enfrenta podrían acarrearle una pena de 12 a 20 años.
El acuerdo, en el que actuó como mediador el presidente de Bielorrusia y principal aliado de Vladímir Putin en Ucrania, Aleksandr Lukashenko, contemplaba que Prigozhin abandonaría el país para instalarse en Bielorrusia. Cumplida esa condición, el caso por traición abierto contra el líder de Wagner, se archivaría. Sin embargo, según la prensa oficialista, el FSB, el servicio de seguridad ruso heredero del KGB soviético, sigue adelante con su investigación. “La causa criminal contra Prigozhin no se ha archivado”, ha asegurado la agencia oficial TASS citando una fuente de la Fiscalía. “La investigación sigue en marcha”, ha añadido.
No obstante, a última hora de este jueves Putin aseguró en un mensaje dirigido a la nación que la seguridad de los miembros de Wagner “será garantizada”.
El mandatario aseguró que estos “tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia con un contrato con el Ministerio de Defensa u otras agencias de la ley, o regresar con sus familias y amigos. El que quiera puede ir a Bielorrusia. La promesa que hice se cumplirá”.
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Agradeció además a aquellos que tomaron “la única decisión correcta: no secundaron un derramamiento de sangre fratricida, se detuvieron en la última línea”.
En su alocución Putin no mencionó en ningún momento la situación de Prigozhin, pero reiteró que los organizadores de la rebelión traicionaron al país y a su pueblo “…traicionaron también a quienes se vieron envueltos en este crimen. Les mintieron, les empujaron a la muerte, bajo fuego, para disparar contra los suyos”, sentenció.
El hasta ahora supuesto indulto de Prigozhin y los suyos ha causado indignación en los medios más afines al Kremlin. En el principal canal de la televisión pública, Rossiya 1, el presentador Dmitri Kiseliov subrayó este domingo que “la traición durante la guerra es un crimen grave”, mientras que un influyente diputado y miembro del comité de defensa de la Duma Estatal, el general Andréi Guruliov, iba más allá. “Hoy, más allá de lo que se pueda decir, solo una bala en la frente es la salvación de Prigozhin y Utkin [el primer comandante de Wagner]”.