“La liberación” de la región ucraniana del Donbás, que Moscú considera parte del territorio ruso, es la “prioridad número uno de Rusia”, afirmó este jueves el presidente Vladimir Putin.
El mandatario también aseguró que su ejército está repeliendo a las fuerzas de Kiev que han conquistado más de mil kilómetros cuadrados en la región fronteriza de Kursk, reseñan reportes de prensa.
Al hablar en el foro económico de Vladivostok, Putin aseguró que el “objetivo del enemigo [al atacar Kursk] era ponernos nerviosos e inquietos para redistribuir nuestras tropas de un área a otra y detener nuestra ofensiva en áreas clave, en particular en el Donbás”.
Desde el otoño de 2022, Rusia reivindica la anexión de las dos regiones del Donbás ucraniano, la de Lugansk, que ocupa en su casi totalidad, y la de Donetsk, de la que controla una parte
mediante una lenta, pero hasta ahora sostenida ofensiva que ha ido capturando localidad tras localidad.
Antes de cualquier negociación de paz, el mandatario ruso fija como condición que Kiev se retire por completo de esas dos zonas, además de las regiones meridionales de Jersón y Zaporiyia, de las que reclama igualmente la anexión pese a controlarlas sólo parcialmente.
Para Kiev se trata de una demanda inaceptable, al igual que para sus socios occidentales, que asumen ese escenario como una capitulación de facto.
En este contexto, el pasado 6 de agosto las tropas de Ucrania lanzaron una ofensiva hacia la profundidad del territorio ruso por el sector de Kursk, en lo que se consideró la primera invasión a Rusia después que lo hiciera en 1941 la Alemania Nazi.
La acción tenía por meta frenar a las fuerzas rusas en el frente del Donbás y sentar bases de igualdad en una posible mesa de diálogo. Sin embargo, las tropas de Moscú han seguido su avance en dirección a Petrovsk, en la región de Donetsk, un nudo fundamental para la logística de las fuerzas ucranias en esta zona del país.
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La última de las locaciones tomadas por los rusos esta semana ha sido Karlivka, a unos 30 kilómetros de la crucial Pokrovsk.
“¿Ha funcionado [la táctica ucrania]? ¡No!”, dijo Putin sobre la jugada de Kiev. “Al contrario (…), el enemigo se ha debilitado en puntos clave y nuestras tropas han acelerado las operaciones ofensivas”, se felicitó el presidente.
¿Negociaciones en el horizonte?
“¿Estamos listos para negociar con ellos? Nunca nos hemos negado a hacerlo”, dijo el
mandatario en el poder desde 2012, con lo que contradijo al canciller Serguei Lavrov, quien recientemente afirmó que luego de la invasión a Kursk las tratativas de paz eran irrelevantes.
“Si emerge un deseo de negociar [por parte de Ucrania] no lo rechazaremos”, enfatizó, y añadió que las negociaciones deberán basarse en las conclusiones de unas conversaciones celebradas la primavera de 2022 en Estambul.
En junio, Putin manifestó que sólo pondría fin al conflicto si Ucrania renuncia a su ambición de unirse algún día a la OTAN, y si le cede las regiones de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk, así como la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Acusaciones estadounidenses de inteligencia
Por su parte, Estados Unidos acusó este jueves a cinco agentes rusos de inteligencia militar por su presunta implicación en ciberataques a la infraestructura civil en Ucrania antes de la invasión rusa.
Según el vicefiscal general Matthew Olsen, los miembros de la agencia de inteligencia militar rusa GRU llevaron a cabo una campaña cibernética contra Ucrania conocida como “WhisperGate”.
Para el Departamento norteamericano de Justicia, WhisperGate era un “arma cibernética diseñada para destruir”, que permitió filtrar los historiales médicos de pacientes y modificar los sitios web para que se leyera: “¡Ucranianos! Toda la información sobre ustedes se ha vuelto pública, tengan miedo y esperen lo peor”.
Los datos pirateados se pusieron a la venta en internet.
Movida en Kiev
Entretanto, esta semana se vivió en la mayor oleada de cambios de personal en los más altos niveles gubernamentales de Ucrania desde el inicio del conflicto con Rusia en febrero de 2022.
En los últimos días salieron de sus cargos el ministro de Asuntos Exteriores, Dmitri Kuleba; la vice primera ministra de Integración Europea, Olga Stefanishina; y la vice primera ministra de Reintegración de los Territorios No Controlados de Ucrania, Irina Vereshchúk.
Asimismo, resultaron cesanteados los ministros de Justicia, Denís Maliuska; de Industrias Estratégicas, Alexánder Kamyshin; de Protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ruslán Streléts; y el jefe adjunto del Gabinete del presidente, Rostislav Shurma.
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El presidente ucraniano Volodímir Zelenski relaciona los movimientos con la época que se avecina y considera “extremadamente importante” necesario reforzar algunas áreas del Ejecutivo.
Sin embargo, varios medios de comunicación y políticos ucranianos han apuntado que los cambios en el gabinete están relacionados con la concentración de poder en manos de Zelenski y su círculo cercano.
Por su parte, la revista británica The Economist cree que la reorganización fue una respuesta a la caída de la popularidad del líder del país. Zelenski “habría querido un espectáculo rápido para abrirse paso en los titulares” señala un reciente artículo del medio.
Otras publicaciones opinan que a los opositores del mandatario ucraniano les preocupa que el mismo esté llenando los puestos gubernamentales con “una camarilla de aliados cercanos”.
En este escenario, Zelenski insistió nuevamente este viernes a sus aliados que intensifiquen el envío de armamento a Ucrania y permitan a Kiev golpear objetivos en territorio ruso con los misiles de largo alcance para “ejercer una presión decisiva sobre Rusia”.
“Hagamos de este otoño el momento en que caiga la agresión rusa, de una forma que ponga fin a la guerra y restablezca un orden internacional de seguridad fiable”, dijo el mandatario en la apertura de la reunión en la base alemana de Ramstein.
Según el líder ucraniano Rusia ha sufrido unas 6 000 bajas entre muertos y heridos en un mes de operación ucraniana en la región rusa de Kursk, donde las tropas de Kiev controlan más de 1300 kilómetros cuadrados y un centenar de localidades, apunta EFE.
Zelenski aseguró que Kiev quiere “poner fin a esta guerra”, mientras que Putin “quiere nuestras ciudades o las ruinas que queden de ellas”.
“Hay que forzar a Rusia a la paz”, aseveró.