La histórica ciudad de Venecia sufre dos amenazas: su hundimiento y el incremento del nivel del mar.
Esa realidad se volvió más cruda esta semana cuando Venecia fue golpeada por su peor inundación en 50 años causada por una marea alta que alcanzó casi 1,9 metros y envió agua hasta el nivel de la cintura por la Plaza San Marcos, arrojó las famosas góndolas de la ciudad a los pasos peatonales, y puso en riesgo su arquitectura y arte medieval, barroco y renacentista.
Se estiman daños en cientos de millones de euros en la ciudad de los canales a causa de la segunda peor inundación registrada en 50 años.
Contra un fondo de desastre, un sistema de barreras submarinas plagado de escándalos de corrupción que se supone que debería proteger la ciudad todavía no funciona después de más de 16 años de construcción y al menos 5.000 millones de euros en fondos públicos. Se suponía que para el 2011 debería estar operando.
“Toda una generación de comisiones e ingenieros ha trabajado en el proyecto. Nadie puede decir realmente si será operativo”, dijo Mechtild Rossler, directora del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO en París, que incluye a Venecia como uno de los sitios de Patrimonio de la Humanidad más protegidos legalmente por su importancia cultural e histórica.
Llamado Moisés _ por el acrónimo italiano módulos electromecánicos experimentales, pero también en referencia al personaje bíblico que dividió al Mar Rojo _ el sistema de 78 barreras subacuáticas está diseñado para que se alcen conforme sea necesario para bloquear las salidas al lago y contener mareas de entre 1,1 y 3 metros.
Eso todavía dejaría expuestas las zonas más bajas de la ciudad, alrededor del 12% de su superficie, incluyendo la Plaza San Marcos.
Aunque está casi terminado, el proyecto ni siquiera ha sido parcialmente probado y algunas partes comenzaron a corroerse. También ha estado envuelto en escándalos de sobornos y sobrecostos. En un inicio se pronosticó que costaría 1.600 millones de euros.
Incluso con la emergencia, Moisés no funcionará antes de finales del próximo año.
Al mismo tiempo, aumentan los riesgos para la ciudad con casi un cuarto de millón de habitantes.
Aunque la inundación más reciente se atribuye en gran parte a una combinación de mareas altas debido a la luna llena y fuertes vientos que empujan el agua del mar Adriático hacia Venecia, los climatólogos señalan que las mareas excepcionales –aquellas que superan los 1,4 metros– han sido mucho más frecuentes en las últimas dos décadas.
De las 20 mareas excepcionales registradas desde 1936 y hasta el martes, más de la mitad ocurrieron a partir de 2000.
“Es un problema a largo plazo. No es el problema de una inundación, restaurar y volver a la normalidad”, dijo Rossler.
La ciudad de 1.600 años está construida en un sedimento sin compactar que se asienta. La oficina de marea de Venecia dijo que, debido al efecto combinado del asentamiento de la ciudad y el creciente nivel del mar, el agua ahora está 30 centímetros más arriba e los edificios que desde 1873, cuando comenzó a llevar registros.
Otros factores de riesgo son la gran cantidad de turistas, que estresan a una ciudad en donde algo incluso tan sencillo como la recolección de basura debe hacerse por barco, y el paso de cruceros por la cuenca de San Marco.
Los navíos causan contaminación, desplazan el agua hacia la ciudad y conllevan otros riesgos de seguridad.