El papa Francisco llegó hoy viernes a la ciudad portuaria francesa de Marsella para una visita relámpago que se centrará en la crisis migratoria de Europa. Fue recibido por la primera ministra francesa, Elisabeth Borne.
Es un viaje de 27 horas para participar en un encuentro de jóvenes católicos y obispos de la zona mediterránea.
Mientras saludaba a varios periodistas en el avión, uno mencionó que su viaje se producía tras una nueva oleada de miles de llegadas de inmigrantes la semana pasada a la isla italiana de Lampedusa.
“Es una crueldad, una terrible falta de humanidad”, dijo Francisco, refiriéndose a la situación de los migrantes en el Mediterráneo en general.
También lamentó que después de que los migrantes fueran retenidos en condiciones terribles en campamentos, luego fueran echados al mar para encontrar un destino incierto a manos de traficantes sin escrúpulos.
Casi 130 000 migrantes han llegado a Italia en lo que va de año, según datos del gobierno, casi el doble que en el mismo periodo de 2022.
La primera ministra italiana ha dicho que la inmigración en un problema de toda la Unión Europea, y no solo en una carga para los países receptores de primera línea, como Italia, Malta y España.