El Congreso de los Diputados de España eligió el martes al socialista Pedro Sánchez como presidente de gobierno a la cabeza de una coalición de izquierdas, poniendo fin a un estancamiento político de casi un año para la cuarta economía más grande de la eurozona.
La votación fue reñida, de 167 a favor y 165 en contra con 18 abstenciones. Fue la victoria más estrecha en décadas para un candidato a encabezar el gobierno.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez liderará una coalición izquierdista junto con el partido Unidas Podemos, como socio menor.
Sánchez necesitaba la promesa de votos o la abstención de una serie de partidos más pequeños para ser investido como presidente. Sus partidarios en el Congreso estallaron en júbilo cuando se anunció el resultado de la votación.
El cerrado margen de la victoria ya está generado dudas sobre cuánto tiempo durará el gobierno de coalición, ya que sus políticas requieren aprobación parlamentaria. El periodo oficial de gobierno es de cuatro años.
Los gobiernos de coalición son comunes en Europa, pero es el primero de España desde que el país regresó a la democracia en 1978, tres años después de la muerte del dictador Francisco Franco.
Sánchez lleva desde principios del año pasado como presidente en funciones.
Los socialistas ganaron dos elecciones generales consecutivas el año pasado, pero sin conseguir la mayoría parlamentaria necesaria para formar gobierno.
La atención se centró en el acuerdo de abstención alcanzado con el partido catalán Esquerra Republicana de Catalunya, uno de los grupos que aspiran a la independencia de Cataluña y que tiene 13 escaños en la cámara nacional. La mayoría de los partidos de oposición arremetieron contra Sánchez por pactar con partidos que quieren fragmentar España.
La iniciativa independentista en Cataluña ha abierto la mayor crisis política en España en varias décadas.
Los socialistas defendieron el acuerdo, afirmando que la crisis catalana debe resolverse con negociaciones, algo que han acordado hacer con ERC.
Sánchez se presentó el domingo a una primera votación de investidura que requería una mayoría absoluta de 176 parlamentarios, pero no consiguió apoyo suficiente. La legislación española contempla una segunda votación en la que bastaría una mayoría simple, más votos a favor que en contra, para investir al nuevo presidente.
El rey Felipe VI, jefe del Estado, encargó a Sánchez buscar la formación de un gobierno tras los comicios del 10 de noviembre, en los que los socialistas fueron los más votados pero consiguieron solo 120 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, la cámara baja.