El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió con firmeza el plan de su gobierno de anular algunas secciones del acuerdo de Brexit que negoció con la Unión Europea, argumentando que la UE tiene una interpretación “extrema” del tratado que podría poner en peligro el futuro de Reino Unido.
En una columna publicada el sábado en The Daily Telegraph, Johnson dijo que el proyecto de ley de Mercado Interno del gobierno es necesario para poner fin a las amenazas de la UE de imponer un “bloqueo” en el Mar de Irlanda que, según el primer ministro, podría “descuartizar a nuestro país”.
La iniciativa de ley, que el propio gobierno británico ha admitido viola el derecho internacional en algunos aspectos, ha provocado una furiosa protesta dentro de la UE y el Partido Conservador de Johnson. Se prevé que los legisladores británicos lo debatan la semana próxima.
Dado que el gobierno no muestra indicios de cambiar de rumbo, existe una preocupación real de que las conversaciones en curso sobre un futuro acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE puedan colapsar en unas semanas. Si eso sucede, ambas partes impondrán aranceles y otros impedimentos al comercio a principios de 2021.
El furor se basa en gran medida en el hecho de que el proyecto de ley reduciría la supervisión previamente acordada por la UE del comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte en caso de que no se asegure un acuerdo comercial.
Michael Gove, un alto miembro del gabinete de Johnson, dijo a Sky News ayer sábado que el gobierno debía conseguir una “póliza de seguro”.
El Reino Unido abandonó la UE el 31 de enero, pero se encuentra en un período de transición en el que, efectivamente, se beneficia del comercio libre de aranceles del bloque hasta fin de año mientras negocia una relación futura. Incluso antes del enfrentamiento más reciente, las discusiones entre el principal negociador de la UE, Michel Barnier, y su homólogo del Reino Unido, David Frost, habían avanzado muy poco.