El mandatario ruso Vladimir Putin ha llamado a Moscú a un sólido “camarada” en los Balcanes, el líder separatista serbobosnio Milorad Dodik, días después de que este respaldara la invasión rusa a Ucrania, informaron medios rusos y serbios.
En esta inusual visita a Moscú de un político europeo, el presidente ruso elogió la “asociación estratégica” de su país con Serbia, que ha apoyado parcialmente la invasión y sin mucho entusiasmo.
La reunión con Dodik se produjo pese a repetidas advertencias de la Unión Europea en el sentido de que Serbia debe alinear su política exterior con el bloque si realmente quiere convertirse en miembro pleno. Belgrado lleva años intentándolo, ha logrado obtener concesiones a nivel de visas Schengen, pero no más que eso.
Dodik es el miembro serbobosnio de la presidencia tripartita de Bosnia, y se ha reunido frecuentemente con Putin, sobre todo antes de las elecciones en su país, en un aparente intento de mostrarle al electorado serbobosnio, altamente prorruso, que cuenta con el apoyo de Putin.
La última vez que Dodik se reunió con Putin fue en junio pasado, cuatro meses después de la invasión rusa a Ucrania.
Occidente ha acusado a Moscú de tratar de desestabilizar tanto a Bosnia como al resto de los países balcánicos a través de sus representantes en Serbia y Bosnia. Y Dodik ha abogado abiertamente por separar la mitad de Bosnia, controlada por los serbios de una federación bosnio-croata, y unirla con la vecina Serbia.
Un acuerdo de paz negociado por Estados Unidos en 1995 puso fin a la guerra en Bosnia, que dejó al menos 100 000 muertos y millones de personas sin hogar, además de profundizar las divisiones entre sus tres principales grupos étnicos.
Moscú se ha insertado en ese panorama apoyando tácitamente las políticas separatistas de Dodik.