El gobierno británico está decidido a incrementar significativamente las repatriaciones de solicitantes de asilo rechazados y de residentes ilegales, además de firmar acuerdos con entidades locales para apoyar la reintegración de los expulsados, según un despacho de la agencia francesa AFP.
El Ministerio del Interior publicó la semana pasada un contrato, divulgado este jueves por el periódico británico Financial Times, cuyo objetivo es encontrar “proveedores de servicios” que apoyen la “reintegración” en su país de origen de las personas repatriadas por no tener derecho a residir en el Reino Unido.
Hundreds of rogue employers across the UK were targeted as part of a nationwide intensive operation to tackle illegal working.
We are committed to stopping illegal employment and dismantling the criminal gangs that facilitate the exploitation of vulnerable people. pic.twitter.com/qkRh5P2XJR
— Home Office (@ukhomeoffice) August 30, 2024
Para tales fines, el gobierno que preside el laborista Keir Starmer prevé destinar un total de 15 millones de libras esterlinas (19,7 millones de dólares) escalonadas en tres años.
Once países están concernidos por esos planes: Albania, Bangladés, Etiopía, Ghana, India, Irak, Jamaica, Nigeria, Pakistán, Zimbabue y Vietnam.
Los proveedores de servicios deberán aportarles ayuda alimentaria, ayudarles a encontrar a sus familiares y a encontrar trabajo, indica el contrato.
La pasada semana, la ministra británica de Interior, Yvette Cooper, dijo que el gobierno pretendía alcanzar en los próximos seis meses el mayor nivel, desde 2018, de expulsiones de solicitantes de asilo rechazados. Según el Times, la cifra podría rozar las 14 mil expulsiones.
Reducir los niveles de inmigración, tanto legal como ilegal, era una de las prioridades del gobierno conservador, que estuvo en el poder hasta julio.
El Ejecutivo laborista que lo sucedió comparte ese objetivo, aunque reivindica una política más “humana” para alcanzarlo.
Plan Ruanda aparcado
Desde que asumió el premierato, Starmer abandonó el criticado proyecto de expulsar a Ruanda a los migrantes llegados ilegalmente – una iniciativa de sus predecesores en el gobierno- y prometió que el Reino Unido atajará la actividad de las “bandas de traficantes” de personas.
Las travesías ilegales por el canal de la Mancha desde Francia al Reino Unido, un estrecho de solo 33 kilómetros, batieron un récord desde principios de año, con 20 mil 434 reportadas, según un recuento de AFP basado en cifras de las autoridades británicas.
Gobierno británico continúa en alerta máxima ante eventuales disturbios
El tema migratorio irrumpió con fuerza en el escenario político británico durante el brote de violencia protagonizado por la ultraderecha en julio pasado, a raíz del asesinato de tres niñas inglesas a manos de un joven británico de ascendencia ruandesa.
El hecho, ocurrido durante una clase de baile en la localidad costera de Southport, desató el levantamiento de grupos antiinmigrantes y xenófobos en numerosas ciudades del reino, que se saldó con más de 400 detenidos, entre ellos dos menores, y un centenar de agentes heridos.