Washington acaba de aprobar un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por 1 000 millones de dólares. Con ello, toda la ayuda bélica, iniciada después de la invasión rusa el 24 de febrero, suma ya 9 100 millones.
Según dijo una fuente gubernamental a la cadena CNN, estos 1 000 millones servirán para la compra de municiones HIMARS, municiones del sistema de misiles tierra-aire NASAMS y hasta 50 transportes médicos blindados M113.
El paquete será detallado el lunes en una rueda de prensa de la Casa Blanca, informó la agencia Reuters.
Otros funcionarios dijeron que el presidente Biden aún no ha firmado el paquete de armas, porque puede cambiar en valor y contenido.
Sin embargo, si se firma en su forma actual, tendría ese valor e incluiría municiones. El lunes pasado, el Pentágono anunció un paquete de asistencia de seguridad separado para Ucrania valorado en 550 millones. Incluye municiones adicionales para otros sistemas de armas.
Este nuevo paquete estaría financiado por la Autoridad Presidencial de Retiro (PDA), en la que el presidente puede autorizar la transferencia de artículos y servicios de asistencia sin la aprobación del Congreso.
El HIMARS cumple un papel clave en el duelo de artillería entre Ucrania y Rusia, descrito como una “molienda” con muy poco movimiento de la línea del frente en la región oriental del Donbás.
Desde que las tropas rusas cruzaron la frontera en lo que Putin denominó una “operación militar especial”, el conflicto se ha convertido en una guerra de desgaste que se libra principalmente en el este y sur de Ucrania.
Moscú está tratando de obtener el control del Donbás, región separatista en gran parte de habla rusa, compuesta por las provincias de Luhansk y Donetsk donde los separatistas pro-Moscú tomaron territorio después de que el Kremlin se anexó a Crimea en 2014.
Hasta ahora, Estados Unidos ha enviado 16 HIMARS a Ucrania. El 1 de julio se comprometió a mandar dos Sistemas Nacionales Avanzados de Misiles Tierra-Aire (NASAMS).
Sin embargo, nunca quedó claro si los lanzadores NASAMS, fabricados conjuntamente por Raytheon Technologies Corp. y la firma noruega Kongsberg, ya están en Ucrania.
Los vehículos blindados de transporte de personal equipados con equipo médico podrían hacer que la lucha con Rusia sea más fácil de llevar para las tropas ucranianas, que luego podrían ser enviadas a Alemania para recibir tratamiento médicol.
El gobierno de Kiev admitió en junio que entre 100 y 200 soldados ucranianos morían por día.
Zarpan más cargueros con cereales
Por otro lado, tres barcos que transportan miles de toneladas de maíz partieron de puertos ucranianos este viernes y navegaban por aguas minadas para acelerar el desplazamiento de su cargamento retrasado, una señal de que un acuerdo internacional para exportar granos estaba progresando lentamente. Pero aún quedan grandes obstáculos para llevar alimentos a los países que más los necesitan.
Los barcos con destino a Irlanda, el Reino Unido y Turquía siguen al primer cargamento de cereales que atraviesa el Mar Negro desde el comienzo de la guerra. El paso de ese barco que se dirige al Líbano desde principios de esta semana fue el primero en el marco del acuerdo negociado por Turquía y Naciones Unidas con Rusia y Ucrania.
Los primeros barcos en partir se encuentran entre más de una docena de barcos cargados hace meses, pero atrapados en los puertos desde la invasión rusa. Si bien la reanudación de los envíos ha generado esperanzas de aliviar una crisis alimentaria mundial, gran parte de la carga es para la alimentación animal, no humana, dicen los expertos.
La región del Mar Negro es conocida como el granero del mundo, con Ucrania y Rusia como principales proveedores mundiales de trigo, maíz, cebada y aceite de girasol, de los que dependen para sobrevivir millones de personas empobrecidas en África, Medio Oriente y partes de Asia.
A los tres barcos que partieron el viernes los acompañan barcos ucranianos para un paso seguro debido a las minas esparcidas por el Mar Negro.
Los cargueros zarparon con más de 58 000 toneladas de maíz, pero eso sigue siendo una fracción de los 20 millones de toneladas de granos que Ucrania dice están atrapadas en los silos y puertos del país, y que deben enviarse para hacer espacio para la cosecha de este año.