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La jornada de hoy en Los Ángeles, marcada por protestas y tensión, escaló aún más cuando el senador demócrata Alex Padilla fue expulsado violentamente de la conferencia de prensa de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y luego maniatado bocabajo, en el piso, por agentes de seguridad y del FBI (Buró Federal de Investigaciones), en un episodio que ha provocado indignación en el Congreso y renovado el debate sobre el uso de la fuerza federal en suelo estadounidense.
Noem acusa y promete “liberar” Los Ángeles
En una rueda de prensa celebrada en el centro de la ciudad, Noem endureció su retórica contra las autoridades locales, acusando al gobernador demócrata Gavin Newsom y a la alcaldesa Karen Bass de “no hacer nada” ante el crimen y la inmigración irregular.
“Hoy tenemos más medios que ayer. Ayer teníamos más que el día anterior, así que estamos ganando impulso”, declaró la secretaria, prometiendo que la ofensiva federal “continuará y aumentará hasta que tengamos paz en las calles de Los Ángeles”.
Noem fustigó las políticas de santuario y la resistencia de las autoridades californianas a colaborar con las redadas de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), una agencia federal del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos creada en 2003. “El presidente tiene derecho a utilizar toda la autoridad que tiene”, remarcó la funcionaria.
“Apesta a totalitarismo”, Schumer
El ambiente ya caldeado se tornó caótico cuando el senador Alex Padilla, conocido defensor de los inmigrantes y miembro de alto rango del Subcomité Judicial de Inmigración, intentó interpelar a Noem durante la conferencia.
“Soy el senador Alex Padilla, tengo preguntas para la secretaria”, alcanzó a decir antes de ser empujado y retirado a la fuerza por agentes federales. Testimonios gráficos de video documentaron cómo fue obligado a tirarse al suelo y esposado, aunque más tarde fue liberado.
La escena, captada por cámaras y difundida en redes sociales, provocó una ola de condenas. El Caucus Hispano del Congreso calificó el trato de “inaceptable” y exigió una investigación exhaustiva. “Exigimos consecuencias para todos los funcionarios involucrados en este ataque contra un senador estadounidense en funciones”, señaló el grupo.
En el Senado, el líder de la minoría, Chuck Schumer, pidió explicaciones inmediatas. “Ver este video y ver lo que sucedió apesta, apesta, a totalitarismo. Esto no es lo que hacen las democracias”, denunció Schumer, visiblemente indignado.
Militarización y protestas
La expulsión de Padilla tuvo lugar en medio de un escenario crispado en toda la Unión Americana, azuzado por una creciente militarización de Los Ángeles.
Por orden de Trump, unos 700 marines y hasta 4 000 efectivos de la Guardia Nacional patrullan la ciudad para “proteger propiedades federales y agentes federales”, incluyendo la participación directa en redadas migratorias.
El despliegue ha sido criticado por el gobernador Gavin Newsom, quien ha presentado una demanda federal para limitar el papel de las tropas y evitar que “patrullen las calles”.
Las protestas, que comenzaron en respuesta a las redadas de inmigración, han ido en aumento. Aunque en su mayoría pacíficas, algunas han derivado en enfrentamientos: el miércoles por la noche, manifestantes lanzaron fuegos artificiales y piedras contra la policía, que respondió con munición no letal y cargas antidisturbios.
El repunte de la violencia en la ciudad tiene raíces complejas. Según Noem, el incremento de la criminalidad se debe a la presencia de “400 a 500 objetivos- miembros de pandillas conocidos en Los Ángeles que han cometido crímenes durante años” y que, a su juicio, han sido “protegidos” por políticas locales de santuario.
La secretaria denunció que “la violencia contra las fuerzas del orden” justifica la respuesta militar y advirtió: “Cuanta más violencia se use contra la policía, más fuerte será nuestra respuesta”.
En cambio, las autoridades estatales y municipales sostienen que la situación está siendo exagerada por la Casa Blanca y que la mayoría de las protestas han sido ordenadas, con incidentes violentos confinados a áreas limitadas.
La demanda de California argumenta que el uso de la Guardia Nacional en redadas migratorias viola la Ley Posse Comitatus, que prohíbe la participación militar en la aplicación de la ley civil.
Un sábado caliente a la vista
Este sábado 14 de junio se esperan protestas masivas en todo Estados Unidos contra las políticas del presidente Donald Trump, coincidiendo con su cumpleaños 79 y un desfile militar en Washington D.C. organizado para conmemorar los 250 años del Ejército estadounidense.
Más de 1,800 manifestaciones están convocadas en todo el país bajo el lema “No Kings” (“Sin Reyes”), organizadas por una coalición que agrupa a más de 190 grupos de defensa de la democracia.
La protesta busca rechazar la agenda autoritaria de Trump, especialmente las deportaciones masivas, la militarización de la represión contra manifestantes y los ataques a los derechos civiles.
En Los Ángeles, se espera una de las manifestaciones más grandes del año, con más de 25 000 personas marchando desde el Ayuntamiento a lo largo de Spring Street, para protestar contra las redadas migratorias y el despliegue de tropas de la Guardia Nacional.
Otras ciudades con protestas importantes incluyen Nueva York, San Francisco, Chicago, Atlanta, Las Vegas, Seattle y Austin, entre al menos 24 ciudades que ya han registrado movilizaciones en días previos.