Estados Unidos anunció ayer la extradición del terrorista confeso de Al Qaeda Ahmed Al Darbi a su país de origen, Arabia Saudí. Es el primer reo de la prisión estadounidense de Guantánamo en salir de ese penal desde que llegara a la Casa Blanca Donald Trump.
Al Darbi deberá cumplir en Arabia Saudí los 13 años que aún le restan de condena por su participación en el atentado contra el petrolero MV Limburg en 2002.
El saudí, que se encontraba preso en el centro penitenciario de la base naval de Guantánamo desde 2002, dos meses antes de que se materializara el ataque contra el Limburg, alcanzó en 2014 un acuerdo con las autoridades estadounidenses en virtud del cual se declaraba culpable de todos los cargos y renunciaba a su derecho a apelar a cambio de ser extraditado a su país de origen.
“Estados Unidos coordinó con el Gobierno del reino de Arabia Saudí para asegurar que el traslado cumple con los estándares existentes para su seguridad y que recibe un trato humano”, explicó el Pentágono a través de un comunicado.
Han tenido que pasar algo más de siete meses desde que el saudí fuera finalmente sentenciado, el pasado octubre, hasta convertirse hoy en el primer preso en abandonar esta controvertida prisión desde que Donald Trump asumió la presidencia, en enero del año pasado.
El yihadista saudí (Taif, 1975) fue finalmente declarado culpable de los cargos de ataque a civiles, ataque a bienes civiles, dañar un navío, terrorismo, tentativa de dañar un navío y tentativa de terrorismo, por los que podía haberse enfrentado a tres cadenas perpetuas y a dos condenas de 20 años, cada una.
Tras la extradición de Al Darbi, según señala el Departamento de Defensa, quedan 40 presos en el presidio de Guantánamo, que fue creado por la Administración de George W. Bush meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
EFE / OnCuba