El caribe centroamericano tiene su propia temporada de inmigrantes ilegales. De acuerdo con la agencia AFP, los desembarcos procedentes de Cuba aumentan en las playas hondureñas durante diciembre y hasta mayo, cuando casi no hay vientos ni lluvias que amenacen la travesía de los rústicos medios con los que los balseros cubanos suelen hacerse al mar.
Por accidente o por travesuras del oleaje, ese país se ha convertido en destino común para decenas de cubanos, cuyo propósito final no es emigrar a Centroamérica sino a los Estados Unidos, vía el río Bravo o el desierto de Arizona.
Los cubanos que llegan allí les siguen el rastro a los centroamericanos que durante décadas han atravesado México desde sur hacia el norte, en dirección al American Dream.
Este mes, se han reportado trece cubanos que después de atravesar cientos de kilómetros de aguas saladas, llegaron a las proximidades de una isla llamada Útila, cerca de Honduras. Apenas a unos kilómetros de tierra firme fueron rescatados por un barco de bandera costarricense, que los llevó hasta Puerto Castilla, Honduras.
La Dirección de Migración y Extranjería de Honduras cerró el 2013 deteniendo a 44 balseros cubanos por irregularidades en su documentación. En lugar de extraditarlo, les resolvieron el problema: los liberaron tras entregarles un permiso para que continuarán su camino hacia Estados Unidos.
Los 13 que arribaron este mes también tuvieron sus papeles listos y un límite de tiempo de cinco días para marcharse.
Aunque ya la reforma migratoria en Cuba tiene un año en vigor, las salidas ilegales siguen siendo una opción. Después de todo, la Ley de Ajuste Cubano ofrece inmunidad migratoria al cubano que asuma el riesgo.
El Ministerio de Interior y Población de Honduras contabiliza la llegada de 1 600 cubanos a sus costas durante los últimos ocho años. El 2014 apenas comienza.