En su Informe de estabilidad financiera global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) subrayó que los indicadores de sostenibilidad de la deuda soberana continúan empeorando en todo el mundo, sobre todo en los países de bajos ingresos, además “muy afectados por el encarecimiento de los alimentos y la energía”. Más de la mitad (37 de 69) se encuentra en niveles de sobreendeudamiento o tiene alto riesgo de llegar ello+.
Los principales mercados emergentes, dice el Informe, han gestionado “de forma relativamente ordenada el fuerte endurecimiento de la política monetaria en las economías avanzadas”, pero podrían enfrentar grandes dificultades si las tensiones actuales en los mercados financieros no se calman y provocan una moderación de la toma de riesgos a escala mundial y una consiguiente salida de capitales”.
Ha habido un rápido aumento de los riesgos para la estabilidad del sistema financiero internacional, que ponen a prueba su resistencia. Entre las preocupaciones se cuenta la sostenibilidad de la deuda soberana, la vulnerabilidad de prestamistas no bancarios, así como las condiciones en el mercado inmobiliario comercial, “que ha estado sometido a presión debido al deterioro de los fundamentos económicos y el encarecimiento de los costos de financiamiento”, advirtió.
En el sector inmobiliario, chispa de la crisis financiera internacional de 2008, el fuerte aumento de las tasas de hipotecas residenciales ha enfriado la demanda de viviendas a escala mundial. Los activos siguen estando sobrevalorados en muchos países, lo que aumenta el riesgo de una corrección drástica de precios si las tasas de interés suben con rapidez, destacó.
Las condiciones de financiamiento han mejorado para algunos promotores inmobiliarios, pero no se ha logrado recuperar la confianza en el sector. A la par, el año pasado aumentaron las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda de vehículos financieros de gobiernos locales que participan de forma intensiva en el mercado inmobiliario.
El FMI reconoció que frente a las quiebras repentinas de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos, y el deterioro de reputación del Credit Suisse, “la respuesta contundente de las autoridades para atajar los riesgos sistémicos aplacó el nerviosismo del mercado (…) pero la confianza del mercado sigue siendo frágil y aún persisten tensiones evidentes en varias instituciones y mercados, al tiempo que los inversionistas revalúan la solidez del sistema financiero”.
Por ahora, hay preocupación por las vulnerabilidades que podrían estar ocultas, no solo en los bancos sino en los intermediarios financieros no bancarios.