El supremacista blanco acusado de matar a balazos a 50 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda despidió a su abogado y optó por entablar su propia defensa en su juicio, ante lo cual la primera ministra Jacinda Ardern declaró el martes que hará todo lo que pueda para impedirle difundir sus puntos de vista racistas.
“Estoy de acuerdo en que desde luego es algo que necesitamos reconocer, y hacer lo que podamos para impedirle a este individuo tener la notoriedad que pretende”, dijo Ardern a reporteros. “Obviamente él tenía una serie de razones para cometer este atroz ataque terrorista. Una de ellas era obtener reconocimiento. Y eso es algo que podemos negarle completamente”.
Al preguntársele si querría que el juicio se lleve a cabo a puertas cerradas, Ardern se mostró dubitativa y dijo que no le correspondía tomar esa decisión.
“Algo que sí les puedo garantizar, es que no me escucharán decir su nombre”, manifestó.
El deseo del agresor de obtener fama quedó claro por el hecho de que dejó un enredado manifiesto de 74 páginas antes de la masacre del viernes y de que transmitió un video en vivo de su ataque en la mezquita Al Noor.
El video se granjeó una condena y repulsión generalizada por parte de legisladores y el público. Facebook indicó que retiró 1,5 millones de videos de los tiroteos durante las primeras 24 horas después de la masacre. Pero el martes, Ardern expresó su frustración de que el video aún podía verse en internet, cuatro días después del ataque.
“Hemos estado en contacto con Facebook; ellos nos han dado actualizaciones sobre sus acciones para retirarlo, pero como digo, nuestro punto de vista es que no puede _no debería_ ser distribuido, estar disponible, poder ser visto”, afirmó. “Es horrendo, y aunque nos han dado esas garantías, a fin de cuentas ellos son los que tienen la responsabilidad”.
Arden dijo que había recibido “algunas comunicaciones” de parte de Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, en torno al asunto. La primera ministra también ha hablado con su homóloga británica Theresa May acerca de la importancia de una iniciativa global para impedir la distribución de ese tipo de materiales.
El abogado Richard Peters, quien fue designado para representar a Tarrant en su primera presentación en la corte el sábado, le dijo al periódico New Zealand Herald que el acusado lo despidió ese día.
Un juez le ordenó a Tarrant regresar al Tribunal Superior de Nueva Zelanda el 5 de abril para su próxima audiencia sobre un cargo de homicidio, aunque se prevé que enfrentará más cargos. Se le mantiene aislado en una cárcel de Christchurch.
“Parecía bastante despejado y lúcido, tomando en consideración que esto podría parecer como un comportamiento muy irracional”, le dijo Peters al periódico. “No me parecía que estuviera enfrentando ningún problema o discapacidad mental, más allá de mantener puntos de vista bastante extremos”.
Peters no devolvió una llamada que le hizo The Associated Press el martes.
Dijo que un juez podría ordenarle a un abogado que asesore a Tarrant en un juicio, pero consideró que el acusado seguramente no logrará difundir puntos de vista extremistas si lo intenta utilizar como una plataforma para ello.
De acuerdo con la ley de Nueva Zelanda, un juicio tiene como fin “determinar la inocencia o culpabilidad”, señaló Peters. “La corte no va a ser muy empática con él si quiere usar el juicio para expresar sus propias ideas”.
Peters agregó que Tarrant no le dijo por qué quería dirigir su propia defensa.