El embajador de Francia en Cuba, Jean-Marie Bruno, comenzó sus funciones justo en enero de 2015, un año histórico porque por primera vez la Isla recibió a un presidente francés: François Hollande.
La visita de Hollande allanó el camino para renegociar la deuda cubana con el Club de París. Hace poco más de un mes se consiguió un acuerdo histórico mediante el cual los países acreeedores cancelarán 8,5 mil millones de dólares en pagos de intereses vencidos, a cambio de que Cuba pague en los próximos 18 años, 2,6 mil millones de su deuda original.
Francia ha sido un importante interlocutor además en las relaciones políticas de Cuba con Europa. El anterior presidente francés, Nicolás Sarkozy, en 2010, no se atuvo a la Posición Común europea sobre Cuba y decidió firmar una Declaración Política para la reanudación de la cooperación oficial entre ambos países.
El próximo 1 y 2 de febrero, el presidente cubano Raúl Castro devolverá la cortesía a Hollande y visitará Francia, en un contexto donde ambos países refuerzan sus lazos políticos y comerciales.
Según la cancillería francesa unas sesenta empresas están presentes en la Isla a través de acuerdos de cooperación con entidades cubanas, oficinas de representación y sociedades pertenecientes a franceses que están instalados en la Isla. Trece de ellas tienen un estatuto de asociación económica internacional (sociedades mixtas o contratos de asociación) y 20 son sucursales. Además, las exportaciones francesas a Cuba están garantizadas hasta noviembre de 2017 por la Compañía Francesa de Aseguramiento del Comercio Exterior (COFACE).
El embajador Jean-Marie Bruno comenta a OnCuba que los ejes fundamentales de cooperación Cuba-Francia tienen fuerza también a nivel cultural y científico, con las sedes de la Alianza Francesa, el festival de cine francés y el intercambio científico y universitario. Este año, por ejemplo, será duplicado el número de becas de nivel Posgrado en materia científica, tal como orientó su presidente Hollande.
Francia, dentro del grupo de naciones europeas, se ha distinguido por intentar sostener acercamientos a Cuba, a pesar de la posición común del año 1996 ¿por qué mantuvo y mantiene ese enfoque de entendimiento bilateral?
Francia ha sido en el seno de la Unión Europea uno de los países que entendió que había que provocar una evolución en las relaciones entre la UE y Cuba. Es así como en el año 2013 se decidió a nivel europeo iniciar una negociación para dejar de lado la Posición Común de 1996 y en el 2014 se adoptó un mandato de negociación con fines de llegar a un acuerdo de diálogo político y cooperación con Cuba. En este momento, varios países de la UE, entre ellos Francia, se han adaptado a esta decisión. De manera simbólica varias personalidades francesas han visitado Cuba, para reforzar esa idea de entendimiento, como la de Laurent Fabius, ministro de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional en abril de 2014.
La próxima visita del presidente cubano Raúl Castro a Francia y la anterior visita del presidente Hollande a Cuba son indicadores de una relación que se fortalece, ¿hacia dónde se dirige el futuro próximo de las relaciones bilaterales?
Francia espera ser el primer socio (o uno de los primeros) tanto político como económico de Cuba en Europa. En este sentido la visita del presidente francés a La Habana en mayo pasado fue una manera de expresar estas intenciones y propuestas de la parte francesa, con la voluntad de comprometerse a largo plazo tanto en materia política como en el desarrollo económico.
La visita de Estado que va a realizar el Presidente cubano, al más alto nivel protocolar, creo que es una respuesta de la confianza que tiene Cuba en esta relación de largo plazo con Francia.
El embajador cubano en Francia, Héctor Igarza, afirmó que “la cooperación entre Cuba y Francia puede contribuir a abrir a la nación europea las puertas de América Latina, una región en la que el gobierno galo ha dicho que desea incrementar su presencia”, ¿cuál es su opinión al respecto?
No voy a comentar los elementos de mi colega, el embajador Igarza, pero sí me uno a la idea que él promueve de que Cuba juega un papel especial en el mundo y tiene una estatura internacional que pocos países alcanzan a tener. Este papel especial en América Latina, por supuesto, es útil para profundizar relaciones con América Latina, pero quiero recordar que el Presidente francés ya ha venido en varias oportunidades a la región y tiene viajes programados próximamente a Perú, Argentina y Uruguay. Eso muestra claramente la intención del ejecutivo francés de profundizar las relaciones de nuestro país con los países latinoamericanos.
Mientras tanto, la VI Ronda de Negociaciones del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, terminada en diciembre de 2015, concluyó la conciliación de la parte del Acuerdo sobre comercio y cooperación al comercio. Sin embargo, en lo concerniente al capítulo sobre diálogo político “aún persisten diferencias de enfoques que requerirán de un mayor trabajo entre las Partes”, según la cancillería cubana. ¿Cuánto puede incidir Francia, como pionera dentro del bloque europeo en las relaciones con Cuba, en atenuar las diferencias y encontrar un acuerdo en ese sentido?
Confío plenamente en la capacidad de los negociadores tanto europeos como cubanos para encontrar terrenos de entendimiento y poder concluir esta negociación, posiblemente antes de finalizar el primer trimestre de 2016, por lo que probablemente tengamos estos resultados a la altura del mes de junio.
En esta negociación, ninguna de las dos partes va a renunciar a principios importantes. Se trata de conocer nuestras diferencias para evitar que se vuelvan obstáculos en nuestra relación. Y tengo confianza en que vamos a superar estas diferencias para poder concluir este acuerdo de diálogo político y cooperación.
Dentro de las relaciones comerciales, además del turismo, ¿hacia dónde mira el empresariado francés cuando piensa en Cuba como posible escenario de inversiones?
Como sabemos, las empresas deciden libremente sus inversiones en el momento en que consideran que Cuba ofrece condiciones favorables. El gobierno francés decide acompañar a estas empresas en sus numerosas prioridades sectoriales. De hecho, se debe firmar en el contexto de la visita del presidente cubano a Francia, un acuerdo marco en materia de cooperación económica con la lista de estos sectores donde las empresas francesas tienen competencias reconocidas a nivel internacional. Me refiero al sector energético, al transporte, al agua, las infraestructuras, gestión de puertos, transformación de productos agrícolas, turismo, etc. Pero no es una lista cerrada. Hay muchas más oportunidades para que las empresas trabajen aquí.
¿Cuáles son los principales obstáculos en su opinión para la concreción de acuerdos económicos entre empresarios franceses y Cuba en el contexto de la nueva Ley de Inversión Extranjera?
Las empresas francesas no han esperado a la nueva Ley de Inversiones para venir a Cuba e invertir en el país. Esta ley dio un marco nuevo y útil, por cierto, para estas inversiones, pero hay muchos elementos dentro del clima de negocios. Por ejemplo, el papel que juega la administración y la burocracia en el proceso de toma de decisiones, la necesidad de agilizar estos procesos o bien el entendimiento entre las empresas y sus trabajadores. Son elementos que no pertenecen al marco de esta nueva ley y sobre los cuales hay que incidir, para incrementar la inversión extranjera en el país.
Además de estos factores internos, continúa vigente el bloqueo económico a la isla y las sanciones que impone el gobierno de Estados Unidos a bancos y empresas de terceros países, ¿cómo influye esta situación en la concreción de acuerdos bilaterales Cuba-Francia?
La posición de Francia y la Unión Europea sobre el embargo y el conjunto de medidas unilaterales tomadas por Estados Unidos es conocida. En las votaciones anuales en la ONU la mayoría de las naciones del bloque rechazan abiertamente esta política. De hecho el presidente Obama ha iniciado un proceso de desmantelamiento de estas medidas, pero es cierto que sí tiene un impacto en los flujos comerciales. En especial pesa sobre los bancos franceses, que han encontrado obstáculos en incrementar su interés comercial con Cuba, porque tienen temor que su acompañamiento a las empresas que comercian con la Isla tenga consecuencias negativas sobre sus intereses en el mercado estadounidense.
Esperamos que estas medidas que desde todo punto de vista son injustas e infundadas lleguen a su fin y que próximamente estas medidas que afectan al pueblo cubano y a la economía del país y a las empresas que comercian con Cuba, pues desaparezcan completamente.
¿De qué manera influye la perspectiva de normalización de relaciones con Estados Unidos luego del 17D en las relaciones Cuba-Unión Europea y Cuba-Francia?
La relación Cuba-Francia antecede esta fecha y se fortalecieron y crecieron de manera independiente a la negociación entre Estados Unidos y Cuba.
Es el caso de muchos países europeos y no europeos, en el que la relación especial entre Cuba y su gran vecino Estados Unidos, no es determinante sobre la relación de los otros países con Cuba. Es realmente una relación muy importante la de la Isla con EE.UU., pero eso solo nos incita a ir más lejos, a fortalecer nuestros vínculos, pero no es algo que determine. Así que esperamos poder continuar desarrollando y profundizando estas relaciones con Cuba.