El Kremlin respondió el viernes al informe de 400 páginas del fiscal especial estadounidense Robert Mueller, diciendo que no ofrece ninguna prueba creíble de la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016.
El informe expurgado presentado el jueves indica que no hubo colusión verificable entre el equipo de campaña de Donald Trump y las autoridades rusas, pero sí documentó intentos rusos para intentar influenciar el voto presidencial.
Tras la publicación del reporte expurgado, las autoridades rusas insistieron en que no hubo ningún intento de ayudar a Trump a ganar la presidencia de Estados Unidos.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el viernes a la prensa que “no hay evidencia corroborada por ningún hecho” de que Rusia interfiriera en la elección y enfatizó que Moscú rechaza las acusaciones.
Peskov informó que el presidente Vladimir Putin ha negado reiteradamente las afirmaciones de interferencia “porque no la hubo”.
En la cámara alta del Parlamento ruso, el presidente de la comisión de información, Alexei Pushkov, se mofó el viernes de la pesquisa de Mueller por haber gastado millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos sin haber probado que hubo colusión entre el equipo de Trump y el Kremlin y en su lugar acusar al exdirector de campaña de Trump de cabildear ilegalmente a nombre de Ucrania.
La mayoría de la prensa rusa rechazó enfáticamente entre jueves y viernes los reportes documentados sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 a través de hackeos y campañas en redes sociales.
La televisora estatal Rossiya desestimó el informe la noche del jueves en su programa de “Vesti Economy”, diciendo que no es creíble porque no publicó el contenido de los correos electrónicos hackeados ni “archivos específicos”.
“La pesquisa de Mueller fue un intento de amenazar al actual gobierno e influenciar la política exterior de Estados Unidos sin ofrecer evidencia específica”, aseguró la televisora.