La Organización Mundial de Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia sanitaria global por la pandemia de la COVID-19, pero alertó que la enfermedad no ha desaparecido.
Oficialmente, la pandemia comenzó en Wuhan, China, el 11 de marzo de 2020 y ahora termina este viernes 5 de mayo de 2023, es decir, duró 3 años, 1 mes y 24 días. Para enfrentarla, se distribuyeron a nivel mundial alrededor de 13 mil millones de vacunas.
“La COVID-19 ha cambiado el mundo y nos ha cambiado”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Ha sido mucho más que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos económicos, eliminando billones del Producto Interno Bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones de personas en la pobreza. Ha causado una grave agitación social, con fronteras cerradas, movimientos restringidos, escuelas cerradas y millones de personas experimentando soledad, aislamiento, ansiedad y depresión”, enfatizó.
Tedros exhortó a continuar con la vigilancia y la respuesta a la enfermedad. “Mientras hablamos, miles de personas en todo el mundo luchan por sus vidas en unidades de cuidados intensivos. Y millones más continúan viviendo con los efectos debilitantes por la COVID persistente. Este virus llegó para quedarse. Todavía está matando y todavía está cambiando. El riesgo sigue siendo que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos de casos y muertes”.
Aunque señaló que es un momento de “celebración”, hizo un balance crítico: “Una de las mayores tragedias de la COVID es que no tendría por qué haber sido así. Tenemos las herramientas y las tecnologías para prepararnos mejor para las pandemias, para detectarlas antes, para responderlas más rápido y para mitigar su impacto”.
Advirtió que el levantamiento de la emergencia internacional “no significa que la COVID haya dejado de ser una amenaza”, recordando que todavía causa una muerte en el mundo cada tres minutos mientras “miles de personas siguen luchando por su vida en unidades de cuidados intensivos”.
“Lo peor que los países podrían hacer ahora es utilizar esta noticia como excusa para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que han construido o enviar a la población del mensaje de que no hay que preocuparse ya”, advirtió.
Destacó que desde hace un año la pandemia ha seguido una tendencia descendente, a medida que la inmunización de la población global ha aumentado tanto por las vacunaciones masivas como por las defensas naturales desarrolladas por muchas personas que han superado la enfermedad.
Desde principios de año la cifra de contagios y muertes reportadas se ha ido reduciendo a nivel global: durante la última semana de abril, la OMS confirmó 630 mil casos en el mundo y 3 500 muertes, cuando en enero se superaban los 1,3 millones de positivos y los 14 mil fallecidos, en parte debido a la ola en China.
En Cuba, el ministerio de Salud Pública emitió un comunicado en el que destaca que “luego de dos años y dos meses de constante lucha, hemos salido adelante. El costo fue alto, se perdió mucho en el camino, pero aprendimos y crecimos”.
“Queremos agradecer a los voluntarios, enfermeros, científicos, doctores y a todos los que batallamos en las muy diversas funciones contra el virus por la constancia y entrega, a nuestros niños y ancianos. También recordar a las víctimas, ya sea por la mortalidad de la enfermedad o aquellas que sufren las secuelas patológicas y psicológicas que nos dejó”.
“En Cuba hace mucho tiempo no muere nadie por esta causa y, además, con nuestras vacunas y nuestros profesionales de la salud ayudamos en muchos sitios de este planeta a que este día llegara”, consignó la nota.
Con información de EFE/OnCuba.