En una prueba a la determinación de los demócratas, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, aseguró este domingo que no habrá una suspensión de funciones en el gobierno esta semana, a pesar de la amenaza que pende sobre el Congreso por el tema de la protección a los inmigrantes que llegaron de forma ilegal a los Estados Unidos siendo niños.
El republicano minimizó el asunto, al describirlo como “no urgente” y que puede ser abordado el próximo año, y negó que por su causa vayan a paralizarse las funciones del gobierno.
“No va a haber una suspensión de funciones. Eso no va a pasar”, dijo McConnell, de Kentucky.
Los líderes del partido republicano en la Cámara de Representantes anunciaron un plan a corto plazo durante el fin de semana para evitar una parálisis y mantener el gobierno en funcionamiento hasta el 22 de diciembre. La medida compraría tiempo para sostener discusiones bipartidistas sobre un acuerdo presupuestal mayor que les daría al Pentágono y a las agencias gubernamentales un alivio significativo de un congelamiento del presupuesto pendiente.
El Congreso enfrenta la fecha límite del viernes para financiar al gobierno hasta finales de septiembre del próximo año.
Los demócratas y algunos republicanos insinuaron que podrían no votar por el presupuesto necesario sin que hubiera una protección para las decenas de miles de jóvenes inmigrantes, mejor conocidos como “dreamers”. Los jóvenes se encuentran actualmente protegidos por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), creado por el gobierno del expresidente Barack Obama.
El programa expira en marzo, lo que supone que los inmigrantes sin documentos que fueron llevados a los Estados Unidos cuando eran niños podrían ser deportados a partir de esa fecha.
Mientras tanto, algunos republicanos están divididos sobre cuáles son los programas que gobierno debería financiar y cuánto dinero debería destinarles.
El representante Carlos Curbelo, de Florida, se unió a los demócratas en el tema migratorio, mientras que el senador Jeff Flake, de Arizona, dijo que había recibido el compromiso de los líderes del partido y del gobierno para trabajar junto a él para restaurar las protecciones a los “dreamers” a cambio de su voto a favor del proyecto de reforma tributaria.
Aunque el presidente Donald Trump dice apoyar las protecciones en materia de inmigración, emitió un decreto para eliminar el programa DACA.
Este programa, instaurado por una orden ejecutiva de Obama, resolvía la no deportación de jóvenes traídos por sus padres indocumentados a los Estados Unidos mientras eran niños. Les permitía regularizar su estatus migratorio durante dos años y renovarlo una vez terminado este plazo, y, además, habilitaba la posibilidad de estudiar y trabajar, y en algunos estados también de obtener licencia de conducción.
El investigador y editor Alfredo Prieto apunta que no pocos “dreamers” son estudiantes de pregrado, graduados universitarios o con maestrías. “Enviarlos de vuelta a los países de sus padres provocaría una afectación de fuerza de trabajo calificada que el país necesita”, comentó a OnCuba.
Grandes empresas apoyan la permanencia de estos profesionales en los Estados Unidos y están contra la medida de Trump.
Los expertos señalan que suprimir DACA provocará un aumento de las tensiones y mayor polarización social. Desde el anuncio de su cese, “dreamers” y otros sectores de la sociedad estadounidense han protestado por el desmantelamiento del programa promovido por el actual gobierno.
AP / OnCuba