En la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, las bajas palestinas aumentaron medida que los bombardeos israelíes demolieron barrios enteros.
Es probable que una ofensiva terrestre en la pequeña y costera Franja de Gaza, densamente poblada con 2,3 millones de personas, aumente drásticamente las bajas en una guerra que ha cobrado más de 2 000 vidas en ambos bandos.
Israel ha desatado un bombardeo cada vez más destructivo sobre Gaza, arrasando con manzanas enteras y con un número desconocido de cadáveres bajo los escombros.
En Gaza los militantes de Hamás continuaron disparando cohetes contra Israel hoy miércoles, incluido un intenso ataque contra la ciudad sureña de Ashkelon.
Unas 250 000 personas han huido de sus hogares en Gaza (más de una décima parte de la población), la mayoría se ha amontonado en las escuelas que controla la ONU.
Tras el ataque de Hamás, Israel bloqueó la entrada de alimentos, agua, combustible y medicinas al territorio.
El único acceso desde Egipto fue cerrado el martes luego de ataques aéreos cerca del cruce fronterizo.
La única central eléctrica de Gaza cerró hoy miércoles por la tarde luego de quedarse sin combustible, dijo el Ministerio de Energía. Eso deja solo generadores privados para alimentar hogares, hospitales y otras instalaciones.
El hospital más grande de la Franja de Gaza, Al-Shifa, solo tiene combustible para mantener el suministro eléctrico durante tres días, dijo Matthias Kannes, funcionario de Médicos Sin Fronteras en Gaza.
El grupo dijo que los dos hospitales que administra en Gaza se estaban quedando sin equipo quirúrgico, antibióticos, combustible y otros suministros.
La Media Luna Roja Palestina dijo que los generadores de otros hospitales se acabarán en cinco días.
Egipto y varios grupos internacionales han estado pidiendo corredores humanitarios para llevar ayuda a Gaza.
El miércoles había convoyes cargados con combustible y alimentos en el lado egipcio del cruce de Rafah, pero no pudieron entrar a Gaza, dijo un funcionario de seguridad egipcio que habló bajo condición de anonimato.
El riesgo de que la guerra se extienda se hizo evidente hoy miércoles después de que el grupo libanés Hezbollah, respaldado por Irán, disparara misiles antitanques contra una posición militar israelí y afirmara haber aniquilado a las tropas israelíes.
El ejército israelí bombardeó la zona del sur del Líbano donde se lanzó el ataque. Al anochecer, Israel instó a los residentes del norte a refugiarse.
Estados Unidos ya está enviando municiones y equipo militar a Israel y ha desplegado un portaaviones en el Mediterráneo oriental.
Israel ha movilizado a 360 000 reservistas, concentrado fuerzas adicionales cerca de Gaza y evacuado a decenas de miles de residentes de comunidades cercanas.
La idea de derrocar a Hamás, que ha gobernado Gaza desde 2007, requerirá combates terrestres prolongados y una nueva ocupación de Gaza.
Hamás tiene una larga historia de operar como insurgencia clandestina en áreas controladas por Israel. Su dirigencia dijo que lanzó su ataque el sábado porque el sufrimiento de los palestinos se había vuelto intolerable bajo la interminable ocupación militar israelí, los crecientes asentamientos en Cisjordania y un bloqueo de 16 años.
En el kibutz de Be’eri, cerca de Gaza, las tropas israelíes todavía estaban retirando los cuerpos de los efectivos de Hamás muertos.
Israel está ordenando a los civiles evacuar barrios enteros de Gaza, pero estos apenas tienen lugares seguros donde refugiarse. Los palestinos dicen que no pueden escapar o no tienen adónde ir, y que familias enteras han quedado aplastadas bajo los escombros.
”He eliminado todas las restricciones: eliminaremos a cualquiera que luche contra nosotros y utilizaremos todas las medidas a nuestra disposición”, dijo el martes el Ministro de Defensa Gallant a los soldados cerca de la frontera sur.
Otras veces, los ataques se producen sin previo aviso, dicen los sobrevivientes. “No hubo ninguna advertencia ni nada parecido”, dijo Hashem Abu Manea, de 58 años, que perdió a su hija de 15 años cuando un ataque arrasó su casa en Gaza.
Se supo que los ataques aéreos israelíes alcanzaron la casa de Mohammed Deif, un líder de Hamás, matando a su padre, a su hermano y al menos a otros dos de sus familiares en la ciudad sureña de Khan Younis. Deif nunca ha sido visto en público. Se desconoce su paradero.
De acuerdo con el ejército israelí, más de 1 200 personas, incluidos 189 soldados, han muerto, una cifra asombrosa no vista desde la guerra de 1973 con Egipto y Siria, que duró semanas.
En Gaza, 1 100 personas han muerto, según las autoridades.
Y miles de personas han resultado heridas en ambos bandos.