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El Ejército de Israel lanzó este domingo una serie de ataques aéreos contra infraestructuras en Saná, capital de Yemen, bajo control de los rebeldes hutíes desde 2014.
Según informó el Ministerio de Salud de los insurgentes, al menos dos personas murieron y otras 35 resultaron heridas en los bombardeos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que sus aviones impactaron contra “infraestructura militar del régimen terrorista hutí en la zona de Saná, incluida una base militar donde se encuentra el palacio presidencial”.
También fueron alcanzadas dos plantas eléctricas —Hizaz y Asar— y un almacén de combustible, supuestamente empleados “con fines militares”, refirió EFE.
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, publicó una fotografía junto al primer ministro Benjamín Netanyahu y el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, asegurando que supervisaban los ataques de la fuerza aérea contra Yemen.
Israel contra Yemen
El Ejército argumentó que “el uso de plantas eléctricas para operaciones militares demuestra cómo el régimen hutí emplea infraestructura civil con fines bélicos”.
Por su parte, los hutíes denunciaron que los ataques alcanzaron instalaciones vitales, incluidas una gasolinera y una central eléctrica, provocando apagones y graves daños materiales.
El Ministerio de Información del gobierno insurgente acusó a Israel de perpetrar “una flagrante agresión contra la soberanía del Yemen” y advirtió que “estas brutales incursiones no disuadirán al pueblo yemení de su firme apoyo a Gaza”.
La ofensiva se produce en un contexto de tensiones crecientes en la región. Los hutíes, aliados de Irán, han lanzado repetidamente drones y misiles contra Israel en los últimos meses, la mayoría interceptados.
Este domingo, la Fuerza Aérea israelí aseguró que el grupo utilizó por primera vez municiones de racimo en un misil que se desintegró antes de impactar.
Mientras equipos de defensa civil intentan extinguir los incendios y localizar desaparecidos, los insurgentes responsabilizaron a Israel y a sus aliados —en referencia a Estados Unidos— de “las consecuencias de estas peligrosas acciones de provocación”.