La Organización Mundial de la Salud (0MS) alertó que puede crecer considerablemente el número de casos de la viruela del mono, pero hizo un llamado a que “no cunda el pánico”.
La jefa de preparación y prevención de epidemias y pandemias de la entidad, Sylvie Briand, dijo que el brote de viruela del mono producido en Europa puede ser “la punta del iceberg” y reconoció que los síntomas definitivos del virus tienen un tiempo después del contagio antes de que se manifiesten de forma inmediata.
Podría haber “muchos más casos que no se detectan en las comunidades”, ya que los síntomas definitivos del virus no se manifiestan de forma inmediata”, dijo.
“Sabemos que tendremos más casos en los próximos días”, explicó Briand, y dijo que no era “una enfermedad que deba preocupar al público en general. No es la COVID ni otras enfermedades que se propagan rápidamente”, aseguró.
La OMS sigue trabajando para encontrar el origen exacto del virus, cuyo primer caso se confirmó el 7 de mayo en el Reino Unido antes de extenderse hacia varios países de Europa. Hasta el momento, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ha confirmado a 219 pacientes contagiados con la enfermedad.
España es uno de los países con mayor número de contagios, con 98 casos hasta hoy domingo. El Reino Unido ha informado 90 pacientes.
“Todavía estamos en el comienzo de este evento”, aseguró Briand en la recién concluida Asamblea Mundial de la Salud que se celebró en Ginebra.
La viruela del mono es provocada por el virus Monkeypox. Los primeros casos detectados en animales se remontan a la década de los 50 en monos de África. En humanos se reportaron los primeros casos en 1979, en la República Democrática del Congo.
Los síntomas de la enfermedad consisten en dolores musculares, inflamación de los ganglios linfáticos y el cuadro típico de un resfriado. Le antecede una erupción, principalmente en la cara y la espalda.
El virus tiene un periodo de incubación de 6 a 16 días y puede eliminarse del cuerpo en un intervalo de 2 a 4 semanas.