El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, viajó a Corea del Norte el miércoles para finalizar los planes para una histórica cumbre entre el presidente Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un.
Tal como se esperaba, Pompeo también negoció con las autoridades norcoreanas la liberación de tres ciudadanos estadounidenses detenidos en el país.
Trump confirmó en su cuenta de Twitter que Pompeo regresa de Corea con los tres estadounidenses, quienes parecen estar “bien de salud”. Además, dijo: “buena reunión con Kim Jong Un. Día y lugar establecidos”.
I am pleased to inform you that Secretary of State Mike Pompeo is in the air and on his way back from North Korea with the 3 wonderful gentlemen that everyone is looking so forward to meeting. They seem to be in good health. Also, good meeting with Kim Jong Un. Date & Place set.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 9, 2018
El enviado estadounidense discutió la agenda de la anunciada cumbre en una reunión con Kim Yong Chol, vicepresidente del comité central del partido gobernante. Más tarde, en una comida ofrecida por el funcionario norcoreano en la que degustaron pescado y pato, Pompeo dijo que Kim Yong Chol había sido un gran aliado a la hora de trabajar para hacer que el encuentro entre los dos mandatarios sea un éxito.
“Durante décadas, hemos sido adversarios. Ahora tenemos la esperanza de poder trabajar juntos para resolver este conflicto”, señaló Pompeo añadiendo que “hay muchos retos por el camino”.
Kim destacó la mejora de las relaciones entre las Coreas, así como la política norcoreana de “concentrar todos los esfuerzos en el progreso económico” de la nación.
“Esto no es resultado de las sanciones impuestas desde el extranjero”, agregó citando la voluntad del pueblo coreano. Trump afirmó que sus tácticas de presión habían hecho que Pyongyang se sentase a la mesa de negociación.
El viaje, el segundo que Pompeo realiza al hermético país este año, no se había anunciado públicamente cuando, aprovechando la oscuridad de la noche, partió de Washington el lunes a bordo de un 757 de la Fuerza Aérea. Trump desveló su misión el martes por la tarde durante una declaración para anunciar la retirada del país del acuerdo nuclear con Irán.
Minutos más tarde, Pompeo hizo una escala en Japón para repostar combustible antes de volar hacia Pyongyang. En su viaje lo acompañan varios asesores de alto nivel, un equipo de seguridad y dos periodistas –uno de The Associated Press y otro de The Washington Post— avisados unas cuatro horas antes del despegue.
Durante el vuelo, Pompeo dijo a los reporteros que su primera y secreta visita a principios de abril, cuando aún era el director de la CIA, buscaba comprobar la seriedad del compromiso norcoreano para aliviar las tensiones con Corea del Sur. Este nuevo viaje es para “establecer un marco para una cumbre exitosa”, agregó.
La visita tuvo lugar mientras se prepara un encuentro entre Donald Trump y Kim, en lo que podría ser la primera cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte en más de seis décadas de hostilidades desde la Guerra de Corea.
Funcionarios norcoreanos recibieron a Pompeo a su llegada a la capital del país el miércoles por la mañana. Una caravana de autos llevó al secretario de Estado y a su delegación al hotel Koryo, el principal hotel para extranjeros en Pyongyang.
La visita se produce unos días después de que Corea del Norte expresó su descontento con Washington por los comentarios que sugerían que la presión ejercida por Estados Unidos convenció a Kim Jong Un para negociar.
No es la primera vez que funcionarios de inteligencia de Estados Unidos fungen como conducto para comunicación con Pyongyang.
En 2014, el entonces director de Inteligencia Nacional, James Clapper, visitó en secreto Corea del Norte para traer a dos estadounidenses detenidos.
Con Corea del Sur el panorama ha sido más favorable en los últimos meses. Pyongyang y Seúl realizarán una cumbre entre sus presidentes el próximo 27 de abril, luego de una serie de contactos previos para rebajar las tensiones en la península coreana y la participación del Norte en los Juegos Olímpicos de Invierno realizados en la ciudad surcoreana de Pyeonchang.
Corea del Norte suspende ensayos nucleares
El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, rompió finalmente en abril su silencio sobre los temas que planea poner sobre la mesa en las cumbres con los presidentes de Corea del Sur y Estados Unidos, y no parecen tener mucho que ver con abandonar su arsenal nuclear. Al menos por el momento.
Poniendo fin a semanas de silencio de Pyongyang, Kim Jong Un presentó su nueva estrategia en una reunión del Comité Central de su partido gobernante, anunciando que suspendía los ensayos nucleares subterráneos y los lanzamientos de prueba de misiles balísticos intercontinentales.
Las instalaciones nucleares de Punggye-ri, que se considera que son esencialmente inoperables, se cerrarán y “desmantelarán”, añadió.
El anuncio, que también hizo hincapié en el deseo de Kim de poner el foco en el desarrollo económico, fue bien recibido en las capitales mundiales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió de inmediato el anuncio en Twitter, calificándolo de “muy buena noticia para Corea del Norte y el mundo”.
Seúl y Beijing también le dieron la bienvenida, mientras que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, muy crítico con la hermética nación, intentó ofrecer una respuesta positiva aunque destacó la necesidad de vigilar qué sucede en los próximos meses.
AP / OnCuba