Por primera vez en la historia, los Juegos Olímpicos serán inaugurados en un sitio del patrimonio mundial, enalteció este miércoles la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Este viernes 26 de julio comenzará la edición 33 de la cita veraniega bajo la advocación de la bandera de los cinco aros con el río Sena y sus márgenes como escenario de la fiesta inaugural, sitios declarados en 1991 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
“Desde la isla de Saint-Louis hasta la Torre Eiffel, pasando por la Plaza de la Concordia y el Grand Palais, las orillas del río Sena muestran siglos de historia de París y de Francia”, indicó con orgullo un mensaje firmado por la directora general de la Unesco, la francesa Audrey Azoulay.
La ceremonia de inicio de París 2024 pasará a la historia como la pionera fuera de un estadio y la de mayor público presente, con la proyección de más de 300 mil espectadores, una buena parte de ellos con entradas gratuitas.
Se prevé que entre seis mil y siete mil atletas, de los 10 500 registrados para competir en los Juegos Olímpicos, desfilarán en unas 90 embarcaciones por el Sena, que se sometió a un proceso de limpieza por valor de unos 1400 millones de euros.
Igualmente, la Unesco destacó que un gran número de los principales monumentos de la capital francesa están edificados en las orillas del río, o con vistas a la vía fluvial, entre ellos la Catedral de Notre-Dame de París y la Santa Capilla, obras maestras de la arquitectura medieval y gótica, el Pont-Neuf como ilustrador renacentista y el barrio de Marais, testigo del urbanismo parisino de los siglos XVII y XVIII.
Asimismo, sobresalen la internacionalmente célebre Torre Eiffel, la otrora residencia real del Louvre, convertida en el museo más famoso y visitado del mundo, la Escuela Militar, muestra del clasicismo francés, y El Palacio Nacional de los Inválidos, creado en el siglo XVII como residencia para los soldados retirados del servicio y que alberga la tumba de Napoleón.
En su comunicado, la Unesco también ponderó que varios sitios emblemáticos de la capital francesa acojan instalaciones temporales para el desarrollo de pruebas olímpicas diversas, entre ellas el judo, la lucha, el voleibol de playa, el BMX, la esgrima, el triatlón, el breaking, la natación de aguas abiertas y el baloncesto 3×3.
Tal es el caso de la Plaza de la Concordia, del Campo de Marte, de los Inválidos y del Puente Alejandro III, entre otros lugares de alto valor histórico, destacan reportes de prensa.
¿Nadar en el Sena?
A nueve días de los Juegos, el pasado miércoles 17 de julio, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, cumplió su promesa de bañarse en el río Sena (con un traje de neopreno y gafas de piscina) para demostrar la inocuidad de sus aguas, luego de un arduo proceso de rehabilitación que comenzó hace nueve años.
La millonaria inversión permitió, entre otras obras, la construcción de un depósito de 50 mil metros cúbicos que permitirá almacenar el agua de lluvia para su retención y la mejora de las conexiones entre las viviendas y la red de alcantarillado para evitar el vertido de aguas residuales al río.
Desde 1923 está prohibido nadar en el río Sena, una regla harto incumplida por varias décadas, pero el aumento desmedido de la contaminación de sus aguas a fines del siglo XX, durante la expansión de París, puso a todos en alerta definitivamente. En la década de 1960 el río fue reconocido como biológicamente muerto.
El cauce, que tiene cerca de 800 kilómetros de longitud, albergará el tramo a nado de las pruebas de triatlón y paratriatlón, así como la de natación en aguas abiertas.
Para que tales competiciones puedan tener lugar, es necesario que bacterias de origen fecal ―la Escherichia coli y los enterococos― no superen cierto límite. Cuando llueve, estos niveles empeoran.
En las últimas semanas, el Ayuntamiento y la prefectura regional habían anunciado resultados bacteriológicos generalmente positivos, tras varios periodos de análisis negativos en junio debido a las precipitaciones, que además habían dejado el agua con un aspecto turbio que preocupó a muchos.
La promesa de sanear el Sena datan de hace más de treinta años. En 1990, el expresidente Jacques Chirac, entonces alcalde de París, aseguraba: “En tres años, iré a nadar en el Sena ante testigos para demostrar que se ha vuelto un río limpio”. Nunca lo hizo.
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