Los parisinos podrán saborear su filete tártaro al aire libre en las calles empedradas de la Ciudad Luz, aunque será más difícil conseguir mesa.
Célebre por sus cafés, la ciudad volverá parcialmente a la vida anterior a la cuarentena, con la reapertura gradual de los cafés y restaurantes. El ayuntamiento autorizó la apertura, pero sólo en las aceras. El interior permanecerá cerrado al menos hasta el 22 de junio.
La réouverture des cafés, hôtels et restaurants signe le retour des jours heureux ! Nul doute que les Français seront là pour retrouver cette part de l’esprit français, de notre culture et de notre art de vivre. En ces temps difficiles, l'État continuera à soutenir ce secteur.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) June 2, 2020
El presidente francés Emmanuel Macron envió un mensaje de optimismo sobre el pequeño paso. “¡La reapertura de cafés, hoteles y restaurantes marca el regreso de los días felices!”, tuiteó. Agregó que “el estado continuará a apoyar a este sector”.
Para reducir el buen ánimo, el distanciamiento social obligatorio de un metro entre las mesas reducirá drásticamente el aforo. En la ciudad conocida por sus sillas diminutas y sus mesas redondas de 50 centímetros de diámetro, esto reducirá la capacidad a menos de la mitad.
En compensación, el ayuntamiento permite a los restaurantes ampliar el espacio que ocupan en las aceras, o crearlo, sin los trámites burocráticos habituales, hasta el 30 de septiembre.
Para ello deberán comprometerse por escrito a respetar “el tránsito peatonal, la limpieza del local, la seguridad y la reducción de ruido”, pero algunos restauranteros dicen que aún no han recibido el documento para firmar y que los detalles son vagos y confusos.
Xavier Denamur, dueño de cinco conocidos cafés y bistrós del Marais, con unos 70 empleados en total, dijo que “es maravilloso reabrir por fin, pero la zona exterior es apenas una fracción del espacio interior”. El aforo de uno de sus restaurantes, La Belle Hortense, se reducirá de 126 personas a ocho. “Es un comienzo”, reconoció, pero “tuvimos que retirar dos de cada tres mesas exteriores”, agregó.
Los clientes podrán quitarse la mascarilla en la mesa, pero deberán usarla al ir al baño.
Algunos propietarios de negocios se han quejado de que el rápido anuncio de los planes, sólo cinco días antes de la reapertura, también fue problemático.
“Se confirmó el jueves, y con el fin de semana festivo ha sido casi imposible ordenar todos los productos necesarios de Rungis”, dijo Denamur en referencia al principal mercado de alimentos de la región de París.
AP/OnCuba