La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció el jueves la prohibición inmediata de vender fusiles de asalto, cargadores de alta capacidad y armas semiautomáticas de “estilo militar” luego de un ataque terrorista que mató a 50 fieles en dos mezquitas de Christchurch.
La entrada en vigor del veto fue inmediata para evitar que se almacenen armas y estará seguido de una prohibición completa sobre todo tipo de armas una vez se aprueben las nuevas leyes que se están elaborando, apuntó Ardern.
La población podrá entregar sus armas bajo una amnistía mientras las autoridades desarrollan un sistema formal de recompra que tendrá un costo de hasta 200 millones de dólares neozelandeses (140 millones de dólares), dijo.
El hombre acusado de los ataques a las mezquitas había comprado sus armas legalmente con una licencia estándar para portar armas y mejoró su capacidad usando cargadores de 30 cartuchos “con una simple compra en internet”, afirmó la primera ministra.
“Todas las armas semiautomáticas utilizadas en el ataque terrorista del viernes serán prohibidas”, agregó Ardern.
La prohibición afecta a cualquier arma semiautomática o escopeta que pueda emplearse con un cargador desmontable con capacidad para más de cinco balas, y a los accesorios que transforman las armas en lo que el gobernó calificó de armas “de estilo militar”.
Esto no afectaría a las pistolas semiautomáticas de calibre .22 o más pequeño, que pueden contener hasta 10 balas, o a las semiautomáticas sin cartuchos desmontables con capacidad para hasta cinco disparos. Las armas no prohibidas son las más comunes entre agricultores y cazadores.
La policía y el ejército quedarán exentos del veto, así como las empresas que se dedican al control de plagas, indicó el gobierno, que agregó que se considerará también el acceso a las competiciones internacionales de tiro.
En Nueva Zelanda, que tienen una población de 5 millones de habitantes, hay cerca de 250.000 propietarios de armas con licencia. Las autoridades estiman que en total hay 1,5 millones de armas.
Por otra parte, las autoridades anunciaron que los cuerpos de las 50 víctimas de la masacre fueron identificados formalmente y las familias enterraban ya a sus seres queridos.
El jueves se celebraron al menos nueve sepelios, incluyendo los de un adolescente, un entrenador de equipos juveniles de fútbol y una conversa musulmana a la que le encantaba dialogar con otras mujeres en la mezquita.
Tras el anuncio de Ardern, una de las mayores cadenas de tiendas de armas del país, Hunting & Fishing New Zealand, dijo que respalda “cualquier medida gubernamental para prohibir permanentemente ese tipo de armas”.
“Aunque en el pasado las hemos vendido a un número pequeño de clientes, los sucesos de la semana pasada han obligado a una reconsideración que nos ha llevado a creer que ese tipo de armas de guerra no tienen sitio en nuestro negocio, ni en nuestro país”, afirmó el director general Darren Jacobs en un comunicado.
Con prohibición o sin ella, la compañía ya no iba a tener en su catálogo armas de asalto de ningún tipo y dejaría de venderlas en internet, señaló.
Aunque por el momento no se reveló qué armas se utilizaron en los ataques a las mezquitas, imágenes publicadas por el tirador mostraron al menos un rifle semiautomático similar a un AR-15, muy popular en el país.
Un arma semiautomática es aquella que, con cada disparo del gatillo, además de lanzar una bala se recarga permitiendo que vuelva a disparar de inmediato.
Polly Collins, de 64 años, de Christchurch, estaba encantada de escuchar el anuncio de Ardern mientras visitaba un monumento conmemorativo improvisado con flores en honor de las víctimas.
“La primera ministra es sorprendente”, afirmó. “No es como en Estados Unidos, donde tienen todas estas cosas (los ataques) y luego dicen ‘Oh sí, enmendaremos las leyes de armas’, y no se hace nada”.
En el cementerio, las despedidas solemnes continuaban en honor de Sayyad Ahmad Milne, de 14 años, un muchacho extrovertido que jugaba como arquero en el equipo de fútbol sala de la secundaria Cashmere, donde estudiaba. Tariq Rashid Omar, de 24, se graduó en la misma escuela, jugaba fútbol en verano y era un querido entrenador de varios equipos juveniles. También fue sepultado el jueves.
En un mensaje en Facebook, Colin Williamson, director de la United Football Club Academy de Christchurch, describió a Omar como “un bello ser humano con un corazón enorme y amor por ser entrenador”.
Linda Armstrong, de 64 años, una neozelandesa de tercera generación que se convirtió al islam después de los 50, también fue enterrada, así como Hussein Mohamed Khalil Mustafá, de 70, Matiullah Safi, de 55, y Haji Mohamed Daoud Nabi.
El australiano Brenton Harrison Tarrant, un supremacista blanco de 28 años, fue arrestado por la policía mientras se dirigía hacia lo que se cree era su tercer ataque.