El presidente Donald Trump aseguró el martes que espera comenzar a golpear a México con aranceles la próxima semana como una medida de presión por la inmigración ilegal. Sin embargo, la nación mexicana prevé lograr un acuerdo que pueda evitar las amonestaciones comerciales.
Trump dijo el martes que ambos países tratarían de llegar a un acuerdo, pero continuó blandiendo la amenaza de los aranceles para presionar a México.
“Vamos a ver si podemos hacer algo, pero creo que es más probable que se apliquen los aranceles”, comentó el mandatario estadounidense en Londres, donde el mandatario estadounidense se encuentra el segundo día de una visita de Estado a Gran Bretaña. El presidente hizo los comentarios durante una conferencia de prensa con la primera ministra saliente, Theresa May.
No obstante, México expresó momentos antes que es posible alcanzar un acuerdo con Estados Unidos que evite, a partir del lunes, la aplicación de un arancel del 5% sobre los productos mexicanos que importa su vecino del norte, anunciado la semana pasada por Trump.
“Por lo que hemos visto es que sí vamos a poder encontrar una negociación”, dijo el canciller mexicano Marcelo Ebrard en conferencia de prensa en la embajada mexicana en Washington. “Por eso creo que puede evitarse la imposición de tarifas”.
Añadió que, a pesar de su optimismo, su equipo también está preparado para el caso de que no haya acuerdo.
Ebrard arribó a Washington el fin de semana para reunirse con el secretario de Estado, Mike Pompeo. México considera que los aranceles son perjudiciales para las dos economías y que son inútiles para que frenar el flujo de migrantes centroamericanos hacia el norte.
Trump afirmó que “millones de personas” están entrando a Estados Unidos a través del país vecino y criticó a los demócratas del Congreso por no aprobar nuevas leyes contra la inmigración ilegal.
“Pero incluso más allá de las leyes, México no debe permitir que millones de personas intenten entrar a nuestro país. Podrían detenerlos muy rápidamente y creo que lo harán. Pero si no lo hacen, vamos a ponerle aranceles”, agregó Trump.
“Creo que México dará un paso adelante y hará lo que se debería haber hecho”, agregó.
México planea atenerse a su estrategia habitual de no mezclar el tema de la migración con el comercio durante las negociaciones. “No estamos dispuestos a mezclarlos”, dijo Ebrard.
No está claro que más puede hacer México –y que se considerará suficiente– para satisfacer a Trump, porque Estados Unidos no ha presentado referencias concretas para evaluar si el aliado del sur está conteniendo el flujo de migrantes desde Centroamérica.
“Como señal de buena fe, México debería detener inmediatamente el flujo de gente y drogas a través de su país y a nuestra Frontera Sur. ¡Pueden hacerlo si quieren!”, tuiteó Trump desde Londres el lunes.
Los aliados republicanos de Trump también han advertido que los aranceles contra los productos mexicanos acabarán afectando a los consumidores estadounidenses, perjudicarán la economía norteamericana y pondrán en peligro el nuevo pacto comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, que la Casa Blanca quiere que el Congreso apruebe este año.
El senador republicano John Cornyn, de Texas, advirtió el lunes sobre las consecuencias de los aranceles y dijo que “debemos pensar juntos para tratar de llegar a una solución”.
La contraofensiva diplomática lanzada por México incluye una reunión el martes de su negociador Jesús Seade con el representante comercial estadounidense Robert Lighthizer.
El gobierno de Trump está impulsando la aprobación del pacto, conocido en español como T-MEC, que sustituiría al TLCAN.
México y Canadá han iniciado el proceso de ratificación en sus propios cuerpos legislativos.
El lunes, el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, se reunió con la secretaria de Hacienda mexicana Graciela Márquez, en tanto el secretario de Agricultura, Sonny Purdue, recibió a su contraparte mexicano Víctor Villalobos.