Las declaraciones de Donald Trump este lunes, en las que se mostró ambiguo sobre las posibilidades de Ucrania para derrotar a Rusia, reavivaron las tensiones en un escenario ya de por sí enrevesado.
“Podrían ganarla. No creo que lo hagan, pero podrían”, afirmó Trump durante una reunión en la Casa Blanca, encapsulando su postura ambivalente hacia Kiev mientras prepara una nueva cumbre con Vladímir Putin en Budapest para fines de este mes.
“Nunca dije que ganarían. Dije que podrían ganar. Cualquier cosa puede pasar. La guerra es un asunto muy extraño”, añadió el mandatario al ser preguntado por sus afirmaciones de hace varias semanas, cuando aseveró que Kiev estaba en condiciones de hacer mucho daño a Moscú, según refiere la agencia EFE.
El republicano se jactó de haber “resuelto ocho guerras en ocho meses”, pero subrayó su interés en terminar con el conflicto en Ucrania.
“Creo que lo lograremos. Pero ha resultado ser desagradable, porque hay dos líderes que se odian de verdad”, aseguró durante una reunión con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, de acuerdo con la agencia española.
“He resuelto ocho guerras en ocho meses. No está nada mal. Me queda una más. Es la de Rusia y Ucrania, y creo que lo lograremos. Pero ha resultado ser desagradable, porque hay dos líderes que se odian de verdad”, aseguró hoy Trump. https://t.co/9uvhUkUYjA
— EFE Noticias (@EFEnoticias) October 20, 2025
La guerra, que ya cumple tres años y medio, parece haber entrado en una fase crítica donde la diplomacia y los intereses geopolíticos chocan con la realidad militar, muy desfavorable para Kiev. Trump, fluctuando entre el apoyo condicional a Ucrania y la búsqueda de un acuerdo con Moscú, ha dejado en evidencia las fisuras dentro de la estrategia occidental.
¿Las conversaciones Rubio-Lavrov sugieren un preludio de acuerdos?
Mientras Trump mantiene su retórica impredecible, el secretario de Estado Marco Rubio sostuvo una llamada “constructiva” con el canciller ruso Serguéi Lavrov.
Según el Departamento de Estado, el diálogo buscó alinear posiciones de cara a la cumbre de Budapest, aunque sin compromisos concretos.
Fuentes cercanas a las negociaciones sugieren que Washington presiona por una solución que evite una escalada, pero sin ceder a las demandas maximalistas de Putin sobre Donetsk y Lugansk, territorios que ocupan poco más de 20 % del actual territorio ucraniano y que contienen grandes riquezas mineras y la industria metalúrgica del país.
“Es una oportunidad para lograr una resolución duradera”, declaró el portavoz Tommy Piggot, aunque Kiev sigue desconfiando de cualquier acuerdo que legitime las anexiones rusas.
Trump anuncia reunión con Putin en Budapest para seguir buscando un fin a la guerra en Ucrania
Los Tomahawk y los Patriot
Uno de los puntos más espinosos surgió tras la reunión entre Trump y Volodímir Zelenski en la Casa Blanca. El líder ucraniano confirmó que EE.UU. rechazó su solicitud de misiles de crucero Tomahawk, capaces de alcanzar blancos profundos en territorio ruso.
La negativa, según analistas, refleja el temor de Trump a una escalada previa a su próximo encuentro con Putin.
“En mi opinión, no quiere una confrontación directa con Rusia antes de negociar”, admitió, por su parte, Zelenski, intentando mantener un tono conciliador pese a la frustración en Kiev.
El mes pasado, Trump había insinuado su disposición a enviar los misiles, pero, fiel a sus posturas contradictorias, dio un giro abrupto tras su última llamada con Putin.
Ante la falta de armamento ofensivo, Ucrania busca reforzar su defensa aérea con la compra de 25 sistemas Patriot, financiados con activos rusos congelados.
Sin embargo, Zelenski advirtió que los plazos de producción podrían demorar su llegada. “Hablamos con Trump de acelerar el proceso mediante aliados europeos”, explicó. Se estima que el precio de los interceptores Patriot es de alrededor de 4 millones de dólares por misil.
El interés de Washington no se limita a lo militar: proyectos bilaterales en energía —como una terminal de gas en Odesa— también están sobre la mesa, lo que revela una agenda económica que podría influir en las negociaciones de paz.
Zelenski y la cumbre de Budapest
El presidente ucraniano manifestó su disposición a participar en la cumbre Trump-Putin si recibe una invitación formal. No obstante, criticó el papel de Hungría, gobernada por el prorruso Viktor Orban.
“No creo que alguien que bloquea a Ucrania pueda aportar algo positivo”, apuntó.
La ausencia de Kiev en las conversaciones podría marginar sus intereses, pero Zelenski insiste en que cualquier acuerdo debe respetar la “integridad territorial”.
Moscú, por su parte, mantiene su exigencia de que Ucrania renuncie al Donbás, una condición inaceptable para Kiev.
Tropas británicas y caída de la ayuda militar de Europa
Mientras, en un giro revelador, el ministro de Defensa británico, John Healey, anunció que Londres está dispuesto a desplegar tropas en Ucrania tras un eventual alto el fuego, con un costo estimado de 134 millones de dólares.
La medida, interpretada como una “garantía de seguridad”, podría exacerbar las tensiones con Rusia, que ya advirtió sobre la “inaceptabilidad” de fuerzas de la OTAN en la región.
Entretanto, un informe del Instituto Kiel dado a conocer este lunes revela que la ayuda militar a Ucrania ha disminuido drásticamente, con una caída del 57 % en las contribuciones europeas durante el verano en comparación con el primer semestre del año, sumando 1900 millones de euros mensuales.
Aunque la Unión Europea (UE) incrementó su apoyo tras la pausa en la ayuda estadounidense a principios de 2025, este impulso se desvaneció, incluso con el programa PURL de la OTAN, que facilita la transferencia de armas estadounidenses a Ucrania.
Por otro lado, Kaja Kallas, alta representante de la UE, reconoció deficiencias en los envíos de municiones a Ucrania, faltando 300 mil cartuchos de los dos millones prometidos.
El diario Neue Zürcher Zeitung atribuye la caída en la ayuda a la falta de fondos o voluntad de los países europeos. Al respecto señala que solo unos pocos siguen colaborando, mientras otros carecen de capacidad tecnológica o productiva para suministrar armas clave, según un despacho del portal Russia Today.