En una nueva subida de tensiones geopolíticas, el presidente Donald Trump lanzó este viernes nuevas y duras advertencias hacia Irán y reafirmó las sanciones contra la nación persa, las últimas de las cuales datan de 2018 impuestas por el propio líder republicano en su primer mandato.
En una marea de declaraciones y posteos, el jefe de la Casa Blanca intentó ahogar los mensajes triunfalistas del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien celebró lo que, en su opinión, fue una victoria de su nación frente a Israel y desafió abiertamente a Washington.
“No ganaron nada con esta guerra”, juzgó Jamenei sobre la estrategia de Washington. El ayatolá indicó que su país salió airoso de la batalla y enalteció “como una bofetada” el ataque de respuesta a la base del Pentágono en Qatar, la más importante de Estados Unidos en la región.
En respuesta, Trump fustigó la actitud de Jamenei en un mensaje publicado en su plataforma Truth Social y aseguró que Estados Unidos considerará “sin duda” nuevos bombardeos sobre Irán si la inteligencia detecta avances en el desarrollo de armas nucleares.
“Sabía EXACTAMENTE dónde se refugiaba y no permitiría que Israel ni las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, por lejos las más grandes y poderosas del mundo, le quitaran la vida. LO SALVÉ DE UNA MUERTE MUY HORRIBLE E IGNOMINIOSA, y no tiene por qué decir: ‘¡GRACIAS, PRESIDENTE TRUMP!’”, escribió el magnate republicano.
A su vez, subrayó, que en los últimos días había estado evaluando un posible alivio de las sanciones contra Irán, pero que abandonó toda negociación tras recibir de Teherán una “declaración de ira, odio y repugnancia”.
El republicano advirtió que las sanciones impuestas seguirán vigentes y podrían endurecerse, cortando de raíz cualquier posibilidad de recuperación económica iraní, según el gobernante estadounidense.
Teherán corta negociaciones con Washington y la OIEA
“Las sanciones son durísimas”, enfatizó Trump, quien exhortó a Irán a volver a la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear, aunque el canciller iraní, Abbas Araqchi, negó que existan planes para reanudar el diálogo con Washington.
Jamenei minimizó los daños a las instalaciones nucleares iraníes y calificó de “exageradas” las afirmaciones estadounidenses, aunque el canciller Araqchi admitió que los perjuicios fueron significativos.
Además, el líder iraní criticó la estrategia de Washington y afirmó que Israel estuvo al borde del colapso debido a los ataques persas en una guerra que duró 12 días.
En este contexto de amenazas cruzadas, Irán también cerró la puerta a una inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en las instalaciones bombardeadas y acusó a su director, Rafael Grossi, de tener “malas intenciones”.
El Consejo de Guardianes de Irán aprobó una ley que suspende toda cooperación con el OIEA, condicionando su restablecimiento a garantías de seguridad y reconocimiento del carácter pacífico de su programa nuclear.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, insistió en que la comunidad internacional debe impedir “por cualquier medio eficaz” que Irán obtenga armas nucleares. El funcionario subrayó que Israel actuó “en el último momento posible contra una amenaza inminente”.
Un recorrido por la larga y tortuosa relación entre EEUU e Irán
Trump y el frente gazatí
En paralelo a la disputa entre Washington y Teherán, Trump reveló que podría anunciarse “en la próxima semana” un nuevo alto el fuego en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás, tras la ruptura unilateral del acuerdo anterior por decisión de Israel en marzo.
“Nos implicamos porque la gente está muriendo”, señaló el presidente estadounidense, justificando la necesidad de una intervención humanitaria en la región y denunciando que “quienes supuestamente deben cuidar de la población” gazatí “están robando comida y vendiéndola”, en alusión a los milicianos palestinos.
Este viernes, el grupo Hamás, al que Israel y Estados Unidos consideran una organización terrorista, reclamó a la ONU crear una comisión internacional para investigar la muerte de civiles por disparos de las fuerzas israelíes durante la entrega de ayuda humanitaria en Gaza. Según la organización palestina son ya 570 los fallecidos el último mes en este tipo de incidentes.
Asimismo, indicó que las informaciones desveladas el jueves por el diario israelí Haaretz —que publicó declaraciones de militares desplegados en Gaza que afirmaron haber recibido orden de abrir fuego contra personas desarmadas que esperaban a recibir ayuda— “supone una nueva confirmación del verdadero papel de este mecanismo criminal como medio para un genocidio”.
En tal sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó este propio viernes que buscar comida no debe suponer “nunca” una “condena de muerte”, al denunciar el nuevo sistema “militarizado” de distribución de ayuda humanitaria en Gaza que “mata a la gente”.
Por su parte, en otra evaluación condenatoria, la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró que el plan de entrega de ayuda en la Franja de Gaza organizado por Tel Aviv supone “una masacre disfrazada de ayuda humanitaria” y reclamó el fin de estas operaciones y la vuelta a la asistencia de organismos de Naciones Unidas.
Este viernes, las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por Hamás, cifraron en más de 56 300 los muertos debido a la ofensiva desatada por Israel contra el enclave, tras los ataques palestinos del 7 de octubre de 2023, al tiempo que han señalado que la cifra de heridos se acerca a los 133 000.