Desde la introducción de la televisión digital terrestre (TDT) en Cuba en 2013, la Isla empezó a prepararse para el apagón analógico. Aquel experimento temprano arrancó por La Habana y poco a poco llegó a las capitales provinciales.
El año 2017 cerró con alrededor del 60 por ciento de cobertura de TDT. Según esta cifra, 7 millones de cubanos podrían recibir la señal en definición estándar y otros 3 millones la pudieran ver en alta definición, explica Cubadebate.
Pero en algún momento la televisión analógica pasará a la historia. Este último paso no será repentino, sino que puede durar hasta seis años y ocurrirá por etapas que describieron especialistas del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones y Radio Cuba.
“Esta nueva etapa la hemos llamado apagón parcial y se llama así porque consiste en apagar un canal analógico. Esto requiere de una organización escalonada ya que hay que evaluar la disponibilidad real de los televidentes de aparatos receptores de la señal digital. Habría que dotar de estos receptores primeramente a todas las instalaciones sociales como escuelas y hospitales, así como incrementar la venta de equipos en estas zonas”, dijo Grisel Reyes, Presidenta del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones.
Para realizar el apagón hay varias estrategias: ir apagando totalmente regiones o apagar solo un canal. Aparentemente la segunda es la más factible “porque para apagar totalmente una región se tienen que crear un grupo de condiciones en lo fundamental de cara a la población”. El primer canal apagado será el Educativo que produce gran parte de su contenido para las escuelas.
El apagón parcial tendría etapas de acuerdo con las posibilidades de los centros educacionales para recibir la señal digital. La primera iniciaría, seguramente, a partir del segundo semestre del año. Las dos restantes etapas de este apagón parcial llegarían en 2019.
Amortiguar el cambio
Para introducir la televisión digital terrestre, Cuba ha debido asumir un recambio tecnológico, en televisores, cajas decodificadoras, antenas y cables. Hoy en Cuba, con una población de 11, 239 224, apenas 600 mil televisores se consideran modernos, lo que complica el salto digital.
Según Cubadebate hasta 2017 se había vendido casi 2 millones de receptores: más de 1 millón y medio son cajas decodificadoras y el resto televisores híbridos. También más de 300 mil antenas –interiores y exteriores– y más de 3 millones 500 mil metros de cable coaxial.
Como la demanda sigue en aumento, en el inicio de 2018 TRD tenía para vender 30 mil cajas y 8 mil televisores híbridos. Además, disponen de antenas y cable coaxial. Pero también la industria cubana trabaja en una nueva “cajita” con sistema Android. Han producido casi mil, muchas de ellas aún en fase de prueba.
Más allá de los números, Reyes aseguró que toman precauciones para disminuir el impacto del apagón entre quienes tienen menos ingresos, y no disponen de los dispositivos necesarios.
“En esta primera etapa las personas compran los receptores de la TV digital (…) por la calidad de la señal y (…) hay una estrategia para abaratar sus precios. Entre tanto, el Estado asume los costos del sector público donde se incluyen salud y educación fundamentalmente.
La Presidenta del Grupo Empresarial anunció habrá “una estrategia crediticia”, que otorgará facilidad de créditos a la población para que adquieran estos receptores y eventualmente en que se le otorgue un subsidio “a una parte pequeña de la población que no tenga condiciones para comprar el receptor”, dijo a Cubadabate.