La inauguración de un primer hotel “en los próximos meses” en Cayo Cruz, marcará “el arranque definitivo” de un plan de desarrollo turístico de la cayería norte de Camagüey, informa el diario Granma.
El hotel, cuyo nombre transitorio es Quebrada 17, dispondrá de 546 habitaciones, distribuidas en dos zonas de bungalows, un edificio principal y una amplia red de restaurantes, piscinas, bares, ranchones, gimnasios y teatro, entre otros servicios. Tendrá categoría de cinco estrellas, al igual que un centro de servicios que también se construye en el lugar.
El Centro, nombrado La Quebrada, “se edifica bajo estrictos estándares de calidad y una vez concluido contará con servicios de spa, centro de convenciones, casa del habano, varios restaurantes, galería de tiendas, bolera, heladería, sala de fiestas y un pequeño y confortable hotel de 60 habitaciones”, explicó Dayron Morales jefe de la zona donde se edifica.
Tanto el hotel como el centro de servicios son la punta de lanza de un plan inversionista previsto hasta 2030 en la zona de Jardines del Rey, en la región central de Cuba, donde ya se explotan turísticamente cayos como Coco, Guillermo y Santa María. El nuevo proyecto comprende unas 25,000 habitaciones hoteleras, distribuidas entre los cayos Cruz, Mégano Grande, Guajaba y Sabinal, al norte de Camagüey.
Estos cayos cuentan con playas vírgenes “de excepcional calidad” para el turismo de sol y playa, y se distinguen por condiciones medioambientales, como refugio de aves endémicas y migratorias. Por esta razón, de acuerdo con Granma, las obras se conciben “de manera amigable con el entorno” y la inversión en marcha “fue certificada como construcción sostenible”.
Unido con tierra por un pedraplén de más de 40 kilómetros de extensión que atraviesa primero a Cayo Romano, Cayo Cruz –de apenas 26 kilómetros cuadrados de superficie– fue el escogido para comenzar el proyecto por sus “playas arenosas de una finura impresionante, cuyas aguas de tono verde-azul resaltan por su limpieza y transparencia, libres de toda contaminación”, resalta la publicación cubana.
Además del Quebrada 17, allí se levantan otros dos hoteles, de 450 y 121 habitaciones, “con disímiles diseños y ambientación, integrados ambos a la naturaleza de la zona”.
También se trabaja en la infraestructura necesaria para sostener al polo turístico, que incluye redes viales, hidráulicas, eléctricas y de comunicaciones, una parte de las cuales fue dañada hace un año por el huracán Irma. Además, se construyen almacenes, bases de transporte, plantas de tratamiento de residuales y tanques de agua, así como viviendas para los trabajadores en el municipio de Esmeralda.
Se prevé que el nuevo polo turístico sea “una fuente generadora de empleos bien remunerados”, principalmente para los habitantes de las localidades cercanas, e impulse otras actividades productivas locales, en particular las agropecuarias.