Agencias de inteligencia estadounidenses que investigan los misteriosos “ataques” contra el personal diplomático de EE.UU. en Cuba y China, apuntan a Rusia como principal sospechoso de la autoría, informó este martes la cadena NBC, citando fuentes de la investigación.
La sospecha de que Rusia está detrás de los supuestos ataques, en un principio considerados sónicos, se fundamenta por pruebas de comunicaciones interceptadas, conocidas en el mundo de los espías como señales de inteligencia, acumuladas durante una larga y continua investigación que involucra al FBI, la CIA y otras agencias de Estados Unidos.
Los funcionarios se negaron a dar detalles sobre la naturaleza de la inteligencia, pero sí indicaron que las pruebas todavía no son lo suficientemente concluyentes para culpar de forma oficial al Kremlin.
An @NBCNews exclusive: After more than a year of mystery, Russia is the main suspect in the sonic attacks that sickened 26 U.S. diplomats and intelligence officials in Cuba. @MitchellReports has the latest. pic.twitter.com/NEI9PJ9CpD
— TODAY (@TODAYshow) 11 de septiembre de 2018
Desde el año pasado, el ejército estadounidense ha estado trabajando para realizar ingeniería inversa del posible arma o las armas utilizadas supuestamente para dañar a los diplomáticos, de acuerdo con funcionarios de la administración Trump, asesores del Congreso y otros informados sobre la investigación, citados por NBC.
Como parte de ese esfuerzo, EE.UU. recurrió a la Fuerza Aérea y a su programa de investigación de energía dirigida en la Base de Kirtland, en Nuevo México, donde el ejército posee láseres gigantes y laboratorios avanzados para probar armas electromagnéticas de alta potencia, incluidas microondas.
Aunque los expertos estadounidenses creen que sofisticadas microondas u otro tipo de arma electromagnética probablemente se utilizaron contra los funcionarios, según la más reciente teoría majeada sobre los incidentes ocurridos en La Habana entre 2016 y 2017, y en Guangzhou, China, este año; también está explorando la posibilidad de que se usaran otras tecnologías adicionales.
El gobierno de EE.UU. ha dicho que 26 diplomáticos y familiares sufrieron afecctaciones por “ataques” inexplicables en sus hogares y hoteles en La Habana, los que causaron lesiones cerebrales, pérdida de audición y problemas de cognición, equilibrio y visión.
Los extraños sonidos que los afectados dijeron haber escuchado, llevaron a los investigadores a sospechar inicialmente de un arma sónica, pero el FBI luego determinó que las ondas de sonido por sí mismas no podrían haber causado las lesiones.
Las autoridades cubanas han negado cualquier responsabilidad en los hechos y que lo ocurrido sea consecuencia de un ataque deliberado, hipótesis que en su opinión responde a una politización del tema por parte de la Casa Blanca. Diversos científicos y académicos del mundo también han cuestionado las teorías sostenidas por Estados Unidos.
Desde que salieron a la luz los supuestos ataques, Rusia ha sido uno de los posibles culpables señalados por el Departamento de Estado. Ya en en agosto de 2017, poco despues de conocerse sobre los incidentes, el Kremlin negó cualquier relación con los hechos.
“En lo que respecta a los intentos de ver cierto interés o una participación directa o indirecta de nuestro país en este asunto, es algo sin duda absolutamente absurdo”, declaró la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
Hace apenas unos días, durante una audiencia en el Congreso, funcionarios del Departamento de Estado insistieronen que los incidentes sí debían calificarse como “ataques”, aunque reconocieron ignorar qué o quién puede estar detrás de semejante “constelación de síntomas”.