Tras haber pasado 90 minutos cantando y tocando el piano, con el público de pie y pidiendo más, Elton John volvió al escenario de una manera épica, y dramática.
Se escucharon fuertes truenos, luces azules humeantes rodearon la arena, y un enorme candelabro en apareció en una pantalla mientras de fondo sonaba parecido a “Thriller” de Michael Jackson.
Un reflector apuntaba del techo al piano de John como si se tratara de Batman. Después de todo, su interpretación fue heroica.
El Rocket Man, quien comenzó su gira mundial “Farewell Yellow Brick Road” a unos 100 kilómetros (60 millas) de Filadelfia el sábado, cantó con seguridad y mucha energía el martes en el segundo concierto de su gira de 300 fechas, con la que recorrerá cinco continentes hasta 2021. John ha dicho que dejará las giras luego de estos conciertos.
El músico lució un traje a la medida de Gucci cubierto de flores rosadas y tallos verdes –a juego con sus zapatos rosados y lentes verdes con cristales– cuando salió a cantar de nuevo mientras su piano se movía suavemente de un extremo del escenario al centro.
Su actuación fue tan emocionante que los asistentes, que iban de treintañeros a personas de la edad de John (quien tiene 71) reaccionaron de diferentes maneras: algunos grabaron todo con sus celulares como adolescentes ansiosos, otros bailaron despreocupados, cantaron a gritos cada canción y tocaron pianos en el aire. Otros miraron con más calma desde sus asientos. Después de todo era una noche entresemana.
El concierto de casi tres horas comenzó con “Bennie and the Jets” y John haciendo el piano pedazos para recibir un largo aplauso al final de la canción. Estuvo acompañado por una banda de seis miembros en el Wells Fargo Center y dijo que el espectáculo marcaba un aniversario: la primera vez que se presentó en Filadelfia, el 11 de septiembre de 1970.
“Ha habido un común denominador a lo largo de mi trayecto: son ustedes”, dijo a los fans. “Ustedes compraron los sencillos, los álbumes, las cintas, los cassettes, el CD, el DVD, la mercancía. Pero lo más importante es que compraron los boletos para los shows”.
“No saben lo mucho que me encanta tocar aquí”, continuó. “Si hace 10 años si me hubiesen dicho que estaría haciendo una gira de despedida, les habría pedido que mejor pusieran ácido en mi bebida”.
El ganador de premios Oscar, Grammy y Tony interpretó más de 20 canciones, incluyendo clásicos como “Your Song”, ”Tiny Dancer”, ”Rocket Man”, ”Saturday Night’s Alright (for Fighting)”, ”Candle In the Wind” y “I’m Still Standing”.
Llevaba un saco negro con rayas doradas brillantes y lentes rojos con más diamantes de fantasía. El arete en su oreja derecha hacía palidecer hasta las argollas de bodas más elegantes.
John no habló mucho a lo largo de la noche, iba rápidamente de canción en canción. Saludó a Bernie Taupin, quien ha sido su socio compositor a lo largo de 50 años y estaba entre el público. Cuando interpretó “Border Song”, de la cual hizo una versión Aretha Franklin, dijo que quería honrar a aquellos que tuvieron un impacto profundo en su vida, incluyendo músicos, políticos, deportistas y gente común. La Reina del Soul, Nelson Mandela, Nina Simone y Stephen Hawking fueron algunos de los rostros famosos que aparecieron en la pantalla. Una fotografía de John y su abuela cerró la presentación.
También subrayó el éxito de su Fundación Elton John contra el sida, diciendo que la creó tras entrar en sobriedad en 1990 y darse cuenta de que no “había hecho suficiente para atender la epidemia de sida durante su aterrador auge en la década de 1980″.
“Nunca habría imaginado en mis sueños más locos lo lejos que iba a llegar”, señaló sobre la fundación, la cual dijo ha recaudado 400 millones de dólares y ayudado a unas 100 millones de personas.
“Y si aprendí una cosa en la vida, es el extraordinario poder del amor, la compasión y la empatía”.
Terminó el concierto con “Goodbye to Yellow Brick Road”, en esta ocasión con una bata y unos lentes con forma de corazón. John se quitó la bata para revelar un conjunto deportivo y ascendió a una puerta secreta sobre el escenario, como si se tratara de un superhéroe.
AP / OnCuba