Uno de los conglomerados estatales más grandes de China interpuso una demanda ante una corte de Estados Unidos en contra de la petrolera del gobierno venezolano por falta de pagos, un indicio de la creciente impaciencia de Beijing con su aliado sudamericano aquejado por una profunda crisis.
En la demanda interpuesta el 27 de noviembre ante una corte federal de Houston, la subsidiaria de Sinopec en Estados Unidos reclama más de 23 millones de dólares en daños por parte de la firma estatal petrolera venezolana PDVSA.
Sinopec alega que nunca recibió el pago total por las 45.000 toneladas de varilla de acero que entregó en 2013.
Aunque de pequeña escala, la demanda alega que PDVSA, a través de su filial estadounidense Bariven, incumplió repetidas promesas de pagar a Sinopec y en un momento dado supuso unas pérdidas de 2 millones de dólares a la compañía china tras entrar en un proceso de arbitraje con un proveedor del que había acordado comprar el acero para el contrato con la entidad venezolana.
“Esto es simplemente un caso de una promesa rota de pago”, indicó Sinopec en los documentos judiciales, acusando a PDVSA de “mentir” y “engaño deliberado” en su rechazo a pagar sus facturas. “Más bien, este caso implica una compleja transacción comercial calculada de forma específica para dejar a Sinopec sin una contraprestación”.
La empresa china “suele emplear un tono más diplomática” y está claramente molesta, indicó Russ Dallen, responsable de la correduría local Caracas Capital, en un informe el miércoles en el que reveló la existencia de la demanda.
En la actualidad Venezuela busca nuevo financiamiento para mantenerse al corriente con su enorme deuda exterior, en la que tiene pagos atrasados. China se ha convertido en uno de los mayores acreedores de Venezuela, a la que ha proporcionado préstamos, efectivo e inversiones por valor de más de 65.000 millones de dólares entre 2007 y 2016, según una base de datos mantenida por la Boston University y el centro de estudios Inter-American Dialogue. Pero por ahora no ha salido al rescate del presidente, Nicolás Maduro, que trata de proteger al país petrolero de una inflación de tres dígitos, un rápido descenso en la producción de crudo y sanciones financieras impuestas por el gobierno de Donald Trump.
Un portavoz de Sinopec Group, con sede en Beijing, confirmó que una filial estadounidense de una compañía cotizada de Sinopec había presentado una demanda contra PDVSA por “una disputa por un pago adeudado”.
“Como una gran empresa, para nosotros es normal tener una disputa comercial de esta clase y es normal recurrir a la ley si hay una disputa”, indicó por teléfono el portavoz de Sinopec Lu Dapeng.
Geng Shuang, portavoz del Ministerio chino de Exteriores, dijo que la cuestión no era más que una disputa comercial corriente y que China sigue dispuesta a cooperar con Venezuela de forma igual y mutuamente beneficiosa.
“Creo que esta es una disputa comercial común y no hay que hacer interpretaciones exageradas de ella”, dijo Geng. “Quiero recalcar que China da una gran importancia al desarrollo de las relaciones entre China y Venezuela”.
AP / OnCuba