La candidatura de Nueva York a organizar los Juegos Olímpicos del 2012 en un barrio de rieles de trenes y edificios industriales no prosperó, pero el imponente proyecto de Hudson Yards que surgió en su lugar conserva ambiciones de proporciones olímpicas.
Tras cinco años de obras, emerge en el West Side de Manhattan una mini-ciudad donde pudo haber habido un estadio olímpico y otro para partidos de fútbol americano.
El proyecto, que incluirá un hotel, una escuela, un centro comercial, restaurantes, plazas públicas y un rascacielos más alto que el Empire State, transformará lo que supo ser un zona industrial olvidada de Manhattan en un destino comparable al Rockefeller Center.
Se espera asimismo que el complejo para artes escénicas que se está construyendo, llamado The Shed, sea también un importante referente cultural de la ciudad.
El edificio de cuatro pisos, que está muy avanzado, cuenta con una maravilla mecánica: un gigantesco caparazón que puede ser desplazado para convertir una plaza al aire libre adyacente en un salón climatizado con techos de 36 metros.
El caparazón es de hierro, con paneles traslúcidos, y reposa sobre ruedas gigantescas que se desplazan sobre rieles y transforman la plaza en el salón McCourt, en homenaje a Frank McCourt Jr., quien donó 45 millones de dólares para el proyecto. El caparazón se despliega en tan solo cinco minutos.
Cuando está en uso, puede recibir 1,250 espectadores sentados o 2,700 de pie, que pueden llegar a 3,000 si se habilita un espacio del edificio vecino.
Cuando no es usado, el caparazón reposará sobre la estructura fija, que se encuentra junto a un rascacielo de departamentos residenciales diseñado también por Diller Scofidio and Renfro y el Rockwell Group.
La programación de The Shed del año que viene incluye una producción en vivo concebida por el cineasta Steve McQueen y por el compositor Quincy Jones que explorará el impacto y la historia de la música afroamericana. Otros artistas que participarán en la temporada inaugural son la poetisa Anne Carson, la cantante de ópera Renee Fleming y los guionistas de películas Jonathan Aibel y Glenn Berger.
En construcción
Las obras en construcción abundan en Hudson Yards y sus alrededores. Pero el esqueleto del Shed y el caparazón ya están en su lugar y se está trabajando en el revestido.
Cerca de allí se aprecia la estructura de acero de otro monumento que dará de qué hablar: una construcción de 146 metros que puede ser escalada llamada The Vessel (La embarcación).
Ambas estructuras están rodeadas de rascacielos, algunos terminados, otros no, incluido el de 30 Hudson Yards, que tendrá 395 metros de altura y está muy avanzado.
El objetivo de las empresas detrás del proyecto, Related Companies y Oxford Properties Group, fue siempre convertir esta zona en uno de los grandes polos de atracción de la ciudad.
Ese sector ya se ha hecho muy popular en los últimos años gracias al High Line, el parque elevado construido sobre vías de tren en desuso. Se trata de un verdadero oasis verde de casi dos kilómetros y medio (una milla y media) en plena selva de cemento, que puede ser recorrido a pie. Uno de los extremos del High Line envuelve el complejo de Hudson Yards.
La zona supo ser bastante aislada, pero se ha tornado más accesible con la extensión del tren número siete, que agregó una parada y ya no termina en Times Square, sino en Hudson Yards, cerca del río Hudson.
Cuando Hudson Yards esté totalmente terminado en la primera mitad de la próxima década, tendrá 1,67 millones de metros cuadrados (18 millones de pies cuadrados) de espacio residencial y comercial, y cinco hectáreas y media de espacios públicos.
AP / OnCuba