El viernes pasado Paul Manafort, el ex presidente de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, se declaró culpable de varios delitos federales y acordó cooperar con el asesor especial Robert Mueller. Su abogado dijo que había llegado a un acuerdo con los fiscales “para garantizar la seguridad de sus familiares y una buena vida para ellos.”
Este domingo Ken Starr, ex procurador general de los Estados Unidos, el hombre que encabezó la investigación sobre Bill Cinton, dijo que no estaba sorprendido con la movida. Manafort “estaba bajo una gran presión” –dijo durante una entrevista en “ABC This Week”. “Considerando la seriedad de los cargos que le esperaban, hizo lo correcto. Hizo lo inteligente”.
Starr, que anda promocionado su libro Desprecio: una memoria de la investigación de Clinton, dijo también que el acuerdo podría significar que Manafort tiene en la mano algo útil para la investigación de Mueller sobre la intromisión rusa en las elecciones y para arrojar más luz sobre los posibles vínculos entre Rusia y la campaña de Trump.
“Es muy probable que Paul Manafort haya indicado a través de su abogado, y directamente, que puede proporcionar información muy útil para llegar al fondo de lo que se le ha encomendado a Bob Mueller y su equipo. Así que es un gran avance. Un avance muy importante y realmente bueno para el país”.
Mas tarde, entrevistado por Jake Tapper, de CNN, sobre las implicaciones del acuerdo de culpabilidad, expresó que el equipo legal del presidente va a entrar en el anillo de Mueller después de Manafort. “El verdadero significado de lo que sucedió es que estamos mucho más cerca de obtener la verdad que antes. Es formidable para la investigación y, francamente, para el pueblo estadounidense. Estamos avanzando y obteniendo información de alguien que puede estar muy bien informado”.
El presidente Donald Trump había elegido a Manafort como su alfil para demostrar lo que siempre ha sostenido: que la investigación estaba políticamente sesgada. Manafort era el tipo vertical, ahí de pie frente a los fiscales. Por consiguiente, guardaría silencio e iría a la cárcel con la expectativa de un perdón que el presidente se mostró dispuesto a dar.
Con el acuerdo del viernes, todo eso ha volado en pedazos.
Analistas varios coincidieron en señalar que se trata de otro triunfo para Bob Mueller, y sobre todo para el estado de derecho.
Manafort, quien participó en una reunión en la Torre Trump en junio de 2016 con un abogado ruso que Donald Trump Jr. recibió a pesar de que fue descrito como parte de un intento del gobierno ruso para ayudar en la campaña de su padre. Un jurado investigador usado por Mueller ha escuchado testimonios sobre la reunión.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo el viernes que el caso Manafort no tiene nada que ver con Trump.
“Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente ni su victoriosa campaña presidencial de 2016. No tiene nada que ver”, aseguró.
“El Presidente no hizo nada malo”, dijo a su vez el abogado de Trump, Rudy Giuliani, en una declaración. “Una vez más una investigación ha concluido con un alegato que no tiene nada que ver con el presidente Trump ni con la campaña de Trump”, añadió.
Como parte del trato, el gobierno podría confiscar las casas de Manafort en la ciudad de Nueva York, en los Hamptons y en Virginia, así como el dinero de sus cuentas bancarias y pólizas de seguro de vida.
Manafort fue declarado culpable el mes pasado de ocho delitos financieros, en un juicio separado en Virginia, en la primera victoria judicial de la pesquisa del fiscal especial sobre colaboradores del mandatario. El juez declaró juicio nulo en otros 10 cargos en los que no hubo acuerdo del jurado. Manafort enfrenta una pena de entre 7 y 10 años en prisión por ese caso.
El jurado en Virginia declaró a Manafort culpable de cinco cargos de presentar declaraciones fiscales falsas sobre decenas de millones de dólares en ingresos por consultoría política en Ucrania. También fue encontrado culpable de no declarar en 2012 que tenía cuentas bancarias en el extranjero y de dos cargos de fraude bancario en el que lo acusaron de mentir para obtener créditos por millones de dólares al agotársele sus ingresos por consultorías.
El jurado no pudo alcanzar un veredicto en otros tres cargos sobre cuentas en bancos extranjeros y las imputaciones restantes relacionadas con fraude bancario y asociación delictuosa.
El juicio no resolvió la interrogante central de la investigación de Mueller: si los colaboradores de Trump se coordinaron con Rusia para influir en las elecciones. Sin embargo, hubo referencias ocasionales de Manafort relacionadas con la campaña, como correos electrónicos que muestran que habla con el yerno de Trump, Jared Kushner, a favor de un directivo bancario que había aprobado créditos por 16 millones de dólares y quería un empleo en el gobierno de Trump.
AP / OnCuba