El calvario de la pelota cubana en la Semana Beisbolera de Harleem, Holanda, tuvo este jueves su capítulo más dramático, cuando los de la Isla cayeron por nocaut de 12×2 ante Taipei de China y sumaron su quinta derrota consecutiva en la fase eliminatoria.
Nuevamente falló el pitcheo de Cuba, pues ni el abridor, el avileño Dachel Duquesne, ni el primer relevista, el artemiseño Misael Villa, lograron frenar los bates asiáticos y soportaron nueve anotaciones en apenas cuatro entradas. En las dos siguientes los taipeyanos marcaron otras tres rayas para dejar el marcador listo para sentencia.
Mientras, los bateadores cubanos no consiguieron producir y quedaron en solo dos carreras con siete hits, de los cuales cuatro –dos per cápita– los conectaron los matanceros Ariel Sánchez y Aníbal Medina.
Con este descalabro, el equipo que dirige Víctor Figueroa firma la peor actuación de Cuba en un evento de este tipo y pone en evidencia la crisis del béisbol que atraviesa la Isla.
Antes de caer con Taipei de China, lo hicieron frente a Alemania (5×4), Japón (7×1), Italia (7×3) y Holanda (6×4), en una ronda preliminar para el olvido.
La prensa cubana no ha escatimado críticas y ha cuestionado no ya a este equipo –cuya preparación se realizó de manera paralela a la del conjunto que representará a Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla– sino a toda la estructura organizativa y la actual dirigencia del béisbol cubano.
En una diatriba poco usual, el sitio Cubadebate se quejó de los “papelazos y medias tintas” y se preguntó cómo salir de esa “pesadilla interminable”.
“Los aficionados ahora mismo no entendemos por qué todo sigue igual, por qué se repetirán el año que viene las series especiales, cómo es posible que los estrategas de bochornosas derrotas ni siquiera bajen la cabeza. No entendemos cómo es posible que nuestro deporte nacional, esa parte intangible de nuestra cultura esté pendiendo de un hilo, cómo es posible que peligre nuestra propia identidad y estemos cruzados de brazos esperando milagros y confiando en la divina providencia”, dice un artículo de Cubadebate firmado por Boris Luis Cabrera.
No obstante, el diario Juventud Rebelde recuerda que los cubanos “pueden maquillar el descalabro” si vencen en los juegos de definición de lugares, al ocupante de la quinta plaza, que saldrá del perdedor entre Alemania e Italia, y de ganar incluso tendrían la opción de jugar por el cuarto escaño del evento.
El baseball revolucionario sigue desacreditandose.Mientras Cuba cede la soberanía deportiva de Moinelo y Despaigne a cambio de dinero.Ya no importan los resultados deportivos.
El béisbol no es más que una biopsia de la Cuba actual.