Un tren de Amtrak que realizaba su primer viaje por una nueva ruta más rápida se descarriló el lunes sobre un paso elevado al sur de Seattle, y algunos de los vagones cayeron a la autopista que pasa debajo. Al menos tres personas murieron, decenas resultaron heridas y dos vehículos quedaron aplastados.
De inmediato la atención se centró en la velocidad. Un sitio web que rastrea la ubicación y velocidad utilizando datos de la aplicación de Amtrak indicó que el tren viajaba a 129 kilómetros por hora (81,1 mph) unos 400 metros (un cuarto de milla) antes del lugar del descarrilamiento, donde el límite de velocidad es mucho más bajo.
Finalmente, los datos de la caja negra situada en la locomotora trasera indicaron que el convoy iba a 128 kmh (80 millas por hora) en un tramo de 48 kmh (30 millas por hora), según dijo en una conferencia de prensa Bella Dinh-Zarr, miembro de la junta de la Oficina de Seguridad Nacional de Transportes.
A bordo del ferrocarril viajaban 80 pasajeros y cinco miembros de la tripulación en activo cuando 13 vagones se salieron de las vías. Las autoridades confirmaron la muerte de tres personas y más de 70 personas necesitaron atención médica, incluidas diez con lesiones graves.
Unas dos horas después del accidente, un funcionario federal que había sido informado de la investigación dijo que le comentaron del deceso de por lo menos seis personas. No hubo más reportes por la tarde y el funcionario dijo que no tenía nueva información que explicara la discrepancia en las cifras.
El funcionario habló con The Associated Press bajo condición de anonimato debido a que no contaba con autorización para discutir la investigación.
Una gráfica de las vías que preparó el Departamento de Transporte del estado de Washington muestra que, para los trenes de pasajeros, la velocidad máxima desciende de 127 kilómetros por hora (79 mph) a 48 kilómetros por hora (30 mph) justo antes de la curva previa al cruce con la Interestatal 5, lugar donde ocurrió el descarrilamiento.
La gráfica, fechada el 7 de febrero de 2017, fue presentada a la Administración Ferroviaria Federal antes de iniciar el servicio de pasajeros por la nueva ruta elevada, que reduce en 10 minutos el trayecto entre Seattle y Portland.
Kimberly Reason, de Sound Transit, la agencia de tránsito del área de Seattle propietaria de las vías, confirmó a AP que el límite de velocidad para el punto en el que ocurrió el descarrilamiento es de 48 kilómetros por hora (30 mph). Los letreros de velocidad se ubican 3,2 kilómetros (2 millas) antes de llegar a la zona de desaceleración y justo antes ingresar a la curva.
En una comunicación radial inmediatamente después del accidente, se escucha al conductor decir que el tren salía de una curva y cruzaba el paso elevado sobre la Interestatal 5 cuando se descarriló. El audio del centro de operaciones también indicó que el maquinista sobrevivió aunque presentaba sangrado en la cabeza y severa inflamación en ambos ojos.
“Aún intento averiguar lo sucedido. Hay vagones por todos lados y en la autopista”, le dice al operador, que le pregunta si todos están bien.
Aleksander Kristiansen, un estudiante de intercambio de 24 años que asiste a la Universidad de Washington procedente de Copenhague, viajaba a Portland para conocer la ciudad.
“Venía saliendo del baño cuando ocurrió el accidente. El vagón en el que venía comenzó a sacudirse muy, muy fuerte. Había cosas cayendo de las repisas. Sabías de inmediato que no era algo leve”, relató.
La parte trasera de su vagón quedó abierta por completo al separarse del resto del tren, por lo que él y otros pasajeros pudieron salir y resguardarse. Su vagón estaba en medio del tren, el sexto o séptimo y fue “uno de los afortunados”, dijo.
Tras el accidente los heridos pedían ayuda mientras rescatistas–incluidas personas que iban en coche a trabajar por la mañana– acudían a ayudar. Una de las pasajeras del tren era Emma Shafer, que se encontró en un ángulo de 45 grados mirando a los asientos de delante, que se habían soltado y dado vueltas dentro del vagón.
“Tras el accidente en sí hubo un silencio extraño”, dijo Shafer. “Entonces empezó a gritar gente porque tenía la pierna destrozada (…) No sé si llegué a oír las sirenas, pero estaban ahí. Un tipo dijo ‘Hola, soy Robert. Vamos a sacarles de aquí”.
Aún se desconoce qué provocó el descarrilamiento y “es demasiado pronto para decir” por qué el tren viajaba tan deprisa, indicó Dinh-Zarra.
En su comunicado, el FBI dijo que la policía local había sido la primera en llegar y no había información que sugiriera “un riesgo aumentado para los vecinos de Washington”.
AP / OnCuba