La víspera terminó en Cienfuegos la vista oral contra tres hombres acusados por la violación y el asesinato de la joven de 18 años Leidy Maura Pacheco Mur, en septiembre de 2017.
Después de dos días de juicio quedó concluso para sentencia el caso, luego de escuchar el testimonio de más de 40 testigos y la presentación de pruebas documentales, según publicó el periódico 5 de septiembre de esa provincia. Los jueces contarán con un término de seis días para pronunciarse y cinco para notificar a las partes.
El juicio tuvo carácter privado, aunque según se describe tuvieron acceso algunos familiares de la víctima y de los acusados. La nota del rotativo celebra el “hecho inédito” de que el periódico provincial haya tenido acceso a la vista, lo que resulta, según lo escrito en la nota, “demostrativo de las buenas relaciones que deben primar con las fuentes de información, donde devenimos los ojos y oídos del pueblo”.
Aunque lo publicado en ese medio no describe prácticamente nada de los argumentos dados por la parte fiscal o por la defensa, el diario sí se encarga de advertir que “durante la vista no se han violado las garantías ni los derechos” y agrega que “se trabajó milimétricamente para que sus derechos fueran respetados”.
Sobre los acusados 5 de septiembre afirma que permanecieron sentados frente al estrado “pensando quién sabe en qué”.
En otra llamativa descripción refiere el diario que “la presidenta del Tribunal, quien con voz firme condujo de manera magistral el acto del juicio oral.”
El diario cienfuegueros, órgano del Partido Comunista de Cuba en esa región, recuerda que el Código Penal cubano, en su Artículo 263, prevé sanciones de privación de libertad de 15 a 30 años o muerte, al que mate a otro “al obrar por impulsos sádicos o de brutal perversidad”.
En Cuba no se aplica la pena de muerte desde 2003, cuando tres cubanos intentaron desviar una embarcación de pasajeros hacia Estados Unidos y fueron fusilados. En esa ocasión el gobierno cubano fue criticado por la acción sumarísima. Incluso el Premio Nobel de Literatura José Saramago, de tradicional apego a la Revolución, hizo pública su ruptura con Cuba por este hecho.
En abril de 2008 el gobierno cubano conmutó la pena de muerte por cadena perpetua o condenas de 30 años a un grupo de sancionados, entre ellos dos salvadoreños que en 1999 fueron encontrados culpables por actos de terrorismo con bombas contra hoteles en La Habana.
En ese momento Raúl Castro advirtió que esa medida no suprimía del Código Penal la pena de muerte y argumentó, entre otras razones, que “el compañero Fidel es favorable a eliminar, cuando existan las condiciones propicias, la pena de muerte por cualquier tipo de delito, y se opone a los métodos extrajudiciales que algunos países bien conocidos practican impunemente”.
En octubre de 2017, el padre de Pacheco Mur, Pedro Valentín Pacheco Alonso, describió los hechos al mismo diario 5 de septiembre:
Mi niña fue ese día a la empresa de Comercio interesada en un curso, después visitó a unas amistades en Reina, almorzó luego junto a su esposo y tomó finalmente el ómnibus de la ruta 3. Se quedó en la última parada y de allí subió a una camioneta que la dejó cerca de casa, en el asentamiento conocido como Junco Viejo. A las 2:56 p.m. le timbró al esposo para decirle que había llegado, porque desde donde estaba, a poco más de una cuadra, veía su hogar, pero en realidad nunca llegó.
Al entrar al callejón, ya la estaban esperando. No le dio tiempo a nada, la atacaron por detrás, le taparon la boca y perdió. La llevaron al Plan Mango y la sentaron sobre un tronco, luego fueron a unos pozos cercanos y en un caballo, casi desmayada, la trasladaron hacia una pequeña presa. Ahí la mataron y la enterraron, a la orilla de la presita. A mi niña la secuestraron el martes, la violaron el martes y la mataron el martes.
La violación y asesinato de Leidy Maura Pacheco Mur ha provocado múltiples expresiones de repudio por parte de la población local. El juicio requirió medidas adicionales de seguridad para evitar desbordamientos, según describen algunos medios de prensa. Por vías alternativas, algunos expresan la recomendación de que se utilice nuevamente la condena máxima para conseguir el escarmiento ante este caso de feminicidio.
“El pueblo cienfueguero confía en que sobre los asesinos caerá todo el peso de la ley”, culmina la nota del diario provincial.
la muerte eso es lo unico k meresen
Pues le daría cadena perpetua así vivirían el resto de su vida recordando pok están alli. Perosonas como esas….. Es mejor no hablar que indignación siento!!!!!
La muerte no es castigo. Todos nos vamos a morir. El asunto es castigar y bien duro. Hay sufrimientos que son peores que la muerte. Esos son los indicados en estos casos. Aunque no se puedan decir públicamente. Una buena prisión en el lugar mas apartado con una buena compañia de bubarrones y sádicos. Con visita una o dos veces al año y solo una hora. Prueben esa medicinita. O el aislamiento total, otra buena, sin salir de una celda de dos por uno. Usen la imaginación
Cómo no se publicó lo mismo cuando mataron a puñaladas a Armando Junco Torres de Camagüey por un grupo de jovenes locos de una ganga. Un muchacho que no tenia problemas con nadie. Y que los mismos asesinos plantearon que lo hicieron sólo por aburrimiento. La Pena de muerte o la sentencia de cadena perpetua deberia de estar activa para cualquiera que mate a otra persona.
Por favor cadena perpetua sin contemplaciones y dentro que los sádicos les hagan la vida imposible, que día a día recuerden porque estan ahí que no tengan un minuto en paz .
Merecen pena de muerte. Cuando me pronuncio a favor de ésta medida no pienso en esos tres anormales que no valen nada. Pienso en la pobre muchacha, su familia y en cualquier otra joven mujer que podría salvarse en el futuro si otro grupo de anormales ¨coge miedo ¨ a la pena capital y no se atreve a cometer un delito así.
Mi más sentido pésame para la familia de la joven.
Esos animales solo merecen ser fusilados y después que se informe a toda Cuba.
Respeto para todas las niñas y mujeres.
Máximo rigor en este caso es lo que pedimos.
Desde mi querida Habana me soliradizo con todos los cienfuegueros que se han sentido dolidos por este penoso caso.
Derechos humanos solo para esa joven cita que merecía vivir.
Escuchen al pueblo cubano.
Que los FUSILEN.
Alberto.