A Regla se llega por mar atravesando en lancha la bahía de La Habana. El próximo 8 de septiembre caerá sobre el pueblo una avalancha humana para celebrar a la Virgen de Regla, en su santuario.
Miles de personas acuden a venerar a la Virgen de Regla, nuestra virgen negra, la que los practicantes de cultos afrocubanos identifican con Yemayá, deidad que rige los mares y la maternidad. Ambas se visten de azul y es imposible saber, entre la muchedumbre,que invade el pueblo, quién adora a una o la otra.
Ese día la Virgen va en procesión a la zona de este pueblo de ultramar conocida como Emboque de Regla.
Regla fue fundada en el 1687, cuando el Marqués de la Real Proclamación, Don Pedro Recio de Oquendo, donó al peregrino peruano Manuel Antonio, una parcela cerca del mar para la construcción de una ermita a la Virgen de Regla. Poco a poco, en torno a la ermita, luego iglesia y hoy santuario, fue surgiendo el actual poblado.
La Virgen de Regla, la negrita, no fue traída de España hasta 1694. Hasta entonces los reglanos contemplaban un óleo con la imagen de la virgen.
Pero Regla es mucho más. Mi vínculo con esta localidad viene de mi infancia. Mi madre solía llevarme a pasear en la lanchita y luego recorríamos el emboque, el parque.
Después, cuando decidí contar el mundo usando una cámara fotográfica, Regla ha sido una fuente inagotable de entrañables imágenes. Nos regala una vista muy diferente de la ciudad.
Me parece una suerte de Macondo que en cada visita me regala escenas curiosas, algunas casi surrealistas.
Es un lujo pasear cámara en mano por sus calles empinadas. Retratar sus viejas casas de madera que contrastan con el mar, con las grúas del puerto cercano, con el intenso sol. Hablar con los reglanos, gente humilde, pero educada, culta, simpática, que posan con el orgullo de saberse habitantes de un lugar especial, único en esta Habana tan ecléctica y diversa.
A Regla vuelvo siempre, por trabajo o placer. Suelo llevar amigos de otras latitudes a que conozcan ese lugar tan nuestro y tan poco conocido.
Regla siempre me sorprende, siempre descubro algo nuevo, siempre me regala una buena foto.
De no ser por el destrozo que ha dejado la dictadura, Regla podría ser una localidad como Brooklyn en New York: a las afueras del centro, accesada por un ferry y con su propio y particular desarrollo.
será cierto que las autoridades del municipio podrán usar un porciento de las ganancias de sus industrias para invertirlas en la mejora de la localidad??? cuando lo vea lo creo!!!
Regla a pesar de gozar de ese halo de pueblo de campo en plena ciudad nos puede regalar el placer del mar hoy casi inaccesible por locales en desuso y semi desbaratados que se pueden rescatar para el disfrute de sus pobladores, el disfrute del mar digo, además Regla es uno de los municipios mas industrializados del pais si comparamos por km2 o por población