En los últimos años Cuba ha tenido que enfrentar un grupo de hechos imprevistos que pudieran rebasar la imaginación de cualquiera.
La lamentable caída de un avión de Cubana de Aviación en mayo de 2018 en el momento del despegue con la consiguiente pérdida de vidas y el inmenso dolor que provocó; la asunción de una administración en Estados Unidos que ha roto todos los récords de persecución contra Cuba; un acelerado proceso de derechización en América Latina y el esfuerzo denodado del Grupo de Lima por hacer regresar al continente a sus peores años de sumisión a los intereses de Estados Unidos.
El golpe de estado a Dilma Rousseff en Brasil, la traición de Lenín Moreno en Ecuador, el más reciente golpe contra Evo Morales en Bolivia. Esos tres procesos trajeron consigo la finalización de las varias misiones médicas en esos tres países, con el consiguiente daño económico para Cuba.
Sumémosle a lo anterior haber heredado una deuda externa abultada, tanto la contraída y reestructurada con el Club de París, como aquella otra contraída con proveedores, no honrada en buena parte, decisiva en el abastecimiento del mercado cubano y que junto a la persecución de la OFAC eleva el riesgo país y los costos financieros de cualquier operación comercial o crediticia que Cuba intente hacer.
Si todo ello fuera poco, tres desastres naturales han hecho más complicada la conducción del país: el inusual tornado que arrasó barrios de la Habana; una durísima sequía, aun más dura en la capital de la República donde vive la quinta parte de la población del país; y ahora la pandemia de Covid-19 que ha acelerado la crisis de la economía mundial y genera serias incertidumbres sobre su duración y la velocidad de recuperación a escala planetaria. Una parte de estos son factores exógenos.
Hoy la prioridad es, tiene que ser y así ha sido, enfrentar esta pandemia, reducir las posibilidades de contagio y prevenir y evitar la mayor cantidad de muertes.
La pandemia enfatiza algo que desde hace muchísimos años casi todos sabemos: lo estratégico de tener un sistema de producción de alimentos lo más sólido posible, algo que no hemos logrado jamás.
Alguien inmediatamente pensará en el Ministerio de la Agricultura, otros en el Ministerio de la Industria Alimentaria, o en Azcuba, algunos recordarán Acopio, otros el Ministerio de Comercio Interior, otros la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y así pudiéramos seguir mencionando organismos.
En Cuba existen veintidós ministerios involucrados en la elaboración de un plan de seguridad alimentaria y de educación nutricional, o sea, prácticamente todos. Así lo afirmó el Ministro Rodríguez Royero en una Mesa Redonda. Qué bueno que sea así, qué bueno que en abril se discuta ese Plan y mucho mejor que se apruebe cuanto antes y se ponga en práctica también a la mayor brevedad.
De todas formas, lo cierto es que una visión de este sistema desde el surco hasta la mesa, no parece existir en el país.
Todavía hoy, a pesar de los esfuerzos y del desgaste de decenas de reuniones, entre el surco y la mesa median demasiadas organizaciones que pican en pedazos el sistema y muchas veces las regulaciones que cada una de ellas dicta se van de cabeza con otras y todas contribuyen a que los recursos puestos en la producción de alimentos no den los resultados que se esperan.
En el bienio 1985/86 la superficie cosechada total fue de 1 328 600 hectáreas, la producción total alcanzó los 68,5 millones de toneladas de productos y los rendimientos fueron de 51,6 toneladas por hectáreas.
Veinte años después, entre 2015 y 2016 (¡no hay datos públicos mas recientes!) la superficie cosechada fue de 421 600 hectáreas, la producción fue de 18,1 millones de toneladas y los rendimientos fueron de 43 toneladas por hectárea.
Es cierto que en 1985/86 aun teníamos la ayuda de la URSS y que el petróleo, las materias primas y los fertilizantes y pesticidas abundaban en todos los almacenes de nuestro país, pero ello es un incentivo más para hacer ese programa de seguridad alimentaria.
También es cierto que aquella producción tampoco repletaba nuestros mercados, no nos hizo menos importadores de alimentos y tampoco alcanzó a liberarnos de la incertidumbre de la oferta[1].
Hay que decir, sin embargo, que desde el 2011/2012 los números han mejorado:
|
1985/86 |
2011 /2012 |
2015 / 2016 |
Tierra cosechada (Mha) |
1 328,6 |
361,3 |
421,6 |
Producción (MMt) |
68,5 |
14,7 |
18,1 |
Rendimiento (t/h) |
51,6 |
40,7 |
43,0 |
Pero la mejora no alcanza. Somos más cubanos, la población creció, el país tiene menos dinero para importar y los precios de los productos de importación son mucho más altos.
Vaya si hay incentivos para desarrollar un poderoso programa de producción de alimentos que lo abarque todo, desde el surco hasta la mesa.
La reducción en la producción de viandas en los últimos tres años cuestiona de alguna manera la efectividad de las políticas aprobadas.
Quizás lo más sensible de todo sea la producción de carne, de huevos y de leche.
Hoy que estamos frente a una situación excepcional en Cuba y en el mundo, la cola del pollo, es la cola más larga y probablemente sea la más difícil de organizar.
Mientras que la carne de cerdo sigue siendo casi la única carne roja que la población cubana puede consumir y sus precios se han elevado ostensiblemente en los llamados mercados de oferta y demanda.
Las estadísticas oficiales muestran que en el caso del ganado vacuno, la cantidad de cabezas se ha reducido y en el 2018 eran 3,8 millones casi 200 000 menos que en el año 2013, mientras que los nacimientos se han reducido en mas de 100 000 para los mismos años.
Las entregas de ganado a sacrificio se incrementaron en mas de 80 000 cabezas entre los años de referencia y el peso promedio no ha podido alcanzar los 400 kilogramos en ninguno de esos años que van del 2013 al 2018.
Para el ganado porcino, que en su momento fue toda una revolución en la concepción de cómo incrementar la producción de carne, las estadísticas muestran que:
Para el año 2018, las existencias eran de 2 289 100 cabezas contra 1 606 900 en el 2013,
Sin embargo, los nacimientos se habían reducido sobre todo entre el 2016 y el 2018, en mas de 700 000, mientras que la mortalidad se redujo desde 11,8% hasta 5,8%.
Las entregas a sacrificio se elevaron desde los 3 366 700 cabezas en el 2013 hasta las 4 068 300 en el 2018.
Cuba no produce carne de pollo de forma significativa. Solo 369 toneladas.
Según la FAO debe esperarse una tendencia al crecimiento de los precios de la carne en sus diferentes variantes para este año.
FAO. 2019 Food Outlook – Biannual Report on Global Food Markets. Rome. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
La caída en la producción de carne de cerdo en China obligará a ese país a incrementar sus compras de carne lo cual debe tener un impacto al alza en los precios de la carne para el 2020. No parece probable que ese escenario vaya a cambiar. Entonces “producir carne” (de pollo, de res, de cerdo) es todavía más necesario.
Vuelvo a poner como ejemplo la producción de pollo.
En el año 2018 Cuba importó 279 846 toneladas de carne de pollo por un valor de 304 888 millones de dólares. Hace muchos años que gastamos en pollo un dinero que podría quedarse en casa si la aprobación de los proyectos con inversión extranjera para la producción de carne de pollo se hubiese concluido en un tiempo adecuado.
No vale la pena buscar culpables, hace falta encontrar las causas. Porque lo interesante de situaciones como esta es que todos, todos, todos, estamos de acuerdo en que producir carne de pollo sustituye importaciones, contribuye a reducir la dependencia alimentaria y tiene capacidad para generar encadenamientos productivos, hacia adelante, mediante el procesamiento de todos los subproductos y hacia atrás, como demandante de alimento y de variados servicios, por lo que también es un generador de empleo productivo.
Y hablo de inversión extranjera, pero también es posible hacerlo con capital nacional estatal. Solo hay que cambiar la asignación de los recursos de inversión.
En el caso de la carne de cerdo, el talón de Aquiles está lógicamente en el alimento y medicinas. Sin alimento hoy no tendremos carne de cerdo dentro de cuatro meses. Lo interesante es que con una tonelada de carne de cerdo se logra producir cinco toneladas de diferentes productos cárnicos, así que invertir en la producción de la carne de cerdo, en las condiciones para su incremento, asegurar aquel programa que permitió incrementos sustanciales de la producción mediante la cooperación entre el sector estatal y el sector privado, es esencial.
Cuba gasta mas de 500 millones en la importación de materias primas para alimento animal y concentrados (solo en maíz más de 200 millones). La posibilidad de producir nacionalmente una parte del alimento animal que importamos es fundamental, habrá que generar suficientes incentivos para ello.
Es una muy buena noticia que las inversiones en la agricultura crezcan al 12% en los últimos años y que en el 2020 se alcancen 900 millones en inversiones contra 500 millones en el 2019. Sería todavía mejor si los resultados acompañan ese esfuerzo.
Del surco a la mesa, hay que replantearse en profundidad ese camino. Quitar trabas y trabadores. Y sobre todo evaluar los resultados de las políticas adoptadas para corregir a tiempo lo que no funciona.
Nota:
[1] A menos que se especifique todos los datos proceden del Anuario Estadístico de Cuba 2018, edición 2019.
Dr. Triana, cuidese mucho durante esta crisis del coronavirus. Mis mejores deseos para usted y familia.
Dr. lo he seguido con interés desde que comencé a ver los videos que me llegaron a las manos, que recogían conferencias suyas ante diferentes instituciones, desde un centro de estudios filosóficos, hasta miembros del Ministerio del Interior, siempre argumentos muy interesantes. Eso me llevó a interesarme un poco más hacia los temas económicos.
Por todo ello, me llama la atención que Ud no tenga un espacio en los medios de divulgación en Cuba, no participe como invitado en una Mesa Redonda, sólo lo he visto, creo en una ocasión, dando un comentario en la TV, y fue para comentar acerca de lo acontecido en Cuba en un cierre informativo anual.
Considero que sus criterios, como los de Jorge Luis Rodríguez, Ariel Terrero y otros economistas que viven en Cuba, deben ser tomados en cuenta, analizarlos, conjuntamente con otros que no viven en la isla o están apartados de la academia, muchos de ellos han publicado en este mismo medio.
Incluso, en varios comentarios que he hecho acerca del encuentro pospuesto de la nación y la emigración, propicia hacer una especie de debate al respecto, lo que en mi opinión, marcaría ese acercamiento que se requiere.
Mis respetos hacia Ud y sus análisis, ojalá sean tomados en cuanta, junto a otros criterios de analistas de estos temas económicos.
No se si esta situacion remueva la mesa de los decisores , los que unicamente se mueven cuando el agua le alcancen el cuello….unicamente hacen flexibilizaciones, lamentablemente.
Invesrion directa, pequena y mediana empresa privada, control por parte del estado, mucho mas liberaciones en metodos y actuar….. Y no hablo que la slucion sea la provatizacion….no senor, pero sí forma parte del ajiaco.
Para hacer un buen ajiaco, todos los ingredientes son importantes, tratar de ponderar algunos e ignorar a otros es el problema, acabar de librar las fuerzas productivas.
Sus artículos empiezan ha hacer algo de lo mismo,empiezan ha hacer aburridos,Irán también tiene un embargo y en sus mercados no falta nada,la culpa de lo que pasa en Cuba la tiene el gobierno comunista,un país no puede desarrollar forrando botones o rellenando fosforera,o trabajando la tierra con bueyes.
Amigo Triana, un saludo, me alegró mucho leer sus excelentes reflexiones y quiero contribuir con una propuesta. Soy de los que consideran que para lograr alimentos del surco a la mesa se impone la creacion de Sistemas Agroalimentarios Locales con la participacion de todos los componentes coordinado por la agricultura y bajo el control del gobierno local. En cada localidad es imprescindible definir que necesita el territorio y que aportará para otros con sistemas locales menos autosuficientes en alimentos. Es muy necesario profundizar en estos sistemas locales pues ahí están las tierras y los productores, hay que ordenar mejor la logística de Insumos y la comercialización de las producciones. En este enfoque será vital la existencia en cada territorio de un programa de apoyo para la aplicación de la ciencia que abarcaría desde los sistemas de Gestión hasta los de producción , transformación y comercialización, es todo de momento
Si la situación económica del país se agrava por años, y la perspectiva es también de agravamiento, ¿Por qué razón hay que dar continuidad a las mismas políticas? Creo que tomaron muy a pecho la canción de Pablo que decía
“será mejor hundirnos en el mar
que antes traicionar
la gloria que se ha vivido”
Para allá vamos: hundirnos en el mar.
Si. Ojalá que el coronavirus entre al cerebro de lo los de aquí y de allá y les haga dejar sus orgullo y aflojen el cordón que está bien apretao
Dr/ Triana Cordoví, hay que tener cuidado en la lectura y los datos que se informan, disculpe que entre en contradicción con sus cifras, en primer lugar los informes del Anuario Estadístico de la ONE no comprende períodos de dos años, osea cuando usted publica datos del 85/86 son cifras que usted tuvo que crear y entonces tendría que demostrar la validez de sus números, como agrónomo con más de 35 años de experiencia, y acostumbrado a analizar los datos de la actividad agropecuaria del Anuario Estadístico de Cuba los cuales tengo guardados en mi computadora, pude comprobar que existen graves alteraciones de los resultados reales.
En primer lugar lamento decirle que nunca, en ningún años, ni en la década de los ochenta, los noventa o después del 2000, la producción total haya ascendido a la astronómica cifra de 68,5 millones de toneladas de productos, eso puede corresponder a mas de cuatro años de la producción más alta que se conoce ocurrida en el año 2004, ascendente a 10021646 ( Diez millones cero veinte y un mil seiscientos cuarenta y seis toneladas) y el área cosechada fue de 1260063 y el rendimientos fue 7.95 t/ha mientras que según usted fue en el 75/86 fue de 51,6 toneladas por hectáreas, no se corresponde con el rendimiento de ningún cultivo de la actividad agrícola no cañera, precisamente en el único cultivo que se produce ese volumen/ha es en el de la caña de azúcar, que en condiciones normales produce hasta 10 veces mas que los cultivos no cañeros de mas altos rendimientos.
Espero que su orgullo no impida que se publique este comentario, sino que sirva para editar su publicación.
Creo firmemente que debemos convertirnos en productores lo que hará que nuestra economía sea abundante y estable, garantizando a la población la adquisición del bien necesario. También creo que es necesario liberar la fuerza productiva y garantizar el logro exitoso de cada producción con el supcidio en los productos agricolas. Donde esiste una oferta superior a la demanda, el precio es regulado por la oferta, por consecuencia se le hace más accesible a la población la octesión de lo ofertado
Dr. Triana Cordoví, si cree que soy yo el equivocado exponga sus argumentos y no me censure.
Todo esto si es la comida que llega al plato de los cubanos y nada que ver con el bloqueo externo. Se llama BLOQUEO INTERNO con todas las letras.
Yo me pregunto:
¿Por qué pagar los subsidios en alimentos a USA si podemos producirlos en la isla mucho mas baratos?
¿Por qué no invertir ese dinero en el campesino nacional para tener el forraje para el ganado y alimentación para la población?
¿Cuantas industrias dependientes reactivaría la sola inversión en el campesino nacional?
¿Cuantos puestos de trabajo bien remunerados crearía esa inversión?
¿Por qué no se acaba de ver esto si son todo ventajas?
Lo primero q tienen q hacer es contar con los productores, ese es el eslabon fundamental y brindarle todas las facilidades para que ademas de garantizar los suministros puedan brindar un crecimiento sostenido y apreciable en el escenario principal “la mesa del cubano”.
No heredamos la deuda externa. Mucho fue dinero malgastado.
Me encantó ese pollo que cuesta un millón de dólares la tonelada “(…) 279 846 toneladas de carne de pollo por un valor de 304 888 millones de dólares (…)”
Dos cosas, me parece que el articulista se limita sólo a describir la situación sin ir a las causas del problema. Nuestro país, obviamente, maneja un modelo de desarrollo económico que no ha funcionado y aún así se empeñan en mantenerlo. Cada vez que crean un cambio es sencillo observar que la génesis del modelo no varía y ahí está la clave de que persistan los problemas. Lo interesante aquí es que el autor maneja un lenguaje suave y sumamente descriptivo cuando escribe sobre las causas que son responsabilidad nuestra, pero emplea términos fuertes para hablar de todos nuestros vecinos (no aliados) en el continente (persecución, sumisión, traición, golpe).
Un segundo punto del artículo, menos general; creo que la comparación entre los períodos 85/86 vs 2015/2016 está sesgada. Los datos mostrados para el primer período incluyen la producción cañera, esto no es complicado deducirlo si observamos el dato de superficie cultivable entre un período y otro. Casi un millón de hectáreas que se dedicaban al monocultivo ahora las tenemos sin sembrar nada. En este aspecto el autor señala que ha existido una mejoría (comparando 2011/2012 vs 2015/206), a lo que me pregunto: se necesitaron tres años para cultivar tan solo 60 mil ha más? me parece algo realmente penoso.
En fin, con todo el respeto que merece el autor, este artículo parece más del periódico Granma que de un diario donde prevalece la libertad para llamar las cosas por su nombre y eso sabemos bien que nunca ayudará a mejorar las cosas en nuestra patria.
La solución no está en cuestionar o criticar al autor del comentario, que por demás es uno de nuestros más avezados cientista social en el mundo de la economía.
En la producción de alimentos tomando como base u origen a la agricultura ha existido y existe prejuicios, que se salen del ámbito de la economía para adentrarse en el mundo de la ideología. Miles de hectáreas sin cultivar, preñadas de marabu y malezas por años y el proceso de inversión en estas áreas es exiguo, la inversión extranjera un tabú hasta hace poco y no significa que se esté adelantando mucho al respecto.
Las cifras en volumen de dólares que se gastan en importación de alimentos son realmente como para que nos despierten del letargo. Sólo en compra de alimentos para animales se informa 500 millones, dividan está cifra entre 11 millones de cubanos y será de espanto lo que nos toca a cada cubano, sumele unos 1200 millones más de otros alimentos y entonces comprenderemos que algo no funciona bien.
Mi padre dueño de tierra desde que nació nos decía, para mantener una finca, se necesita otra finca, expresión clara de contar con inversiones.
Debemos cambiar el marketing, la publicidad y las percepciones e iniciar una toma de conciencia, de que la locomotora de la economía cubana no es ni el turismo, ni las misiones, lo es la agricultura, fuente primaria del bienestar y en funcion de ello cuestionarlo todo, desde una óptica constructiva y no temer a desterrar paradigmas que ya no nos sirven.
La naturaleza nos da la razón: viene un huracán, un virus y opaca o apaga la locomotora turística y entonces nos vemos que es imposible cerrar por completo pueblos y ciudades porque no hay suficientes alimentos como para evitar que las personas se aglomeren en largas filas.
Un amigo me decía, es mejor ponerse colorado una vez, que no amarillo toda la vida, lo que significa que hay que ponerle ciencia, conciencia y sentido común al tema de la producción de alimentos en Cuba, sin consignas de ocasión.
Gracias Juan Triana por tus comentarios.
Me parece q la manera más justa de brindarles la comida al pueblo es q el campesino pueda hacérsela llegar al pueblo y más con la situación por la q esta pasando el pais,tenemos q sustir los mercados , los puntos de ventas para q allá mayor cantidad de productos y las agrupaciones de personal q son las q nos da la cifra de contagios por la covid 19 desaparezca señores el cubano necesita comida y como ciudadano de este país revolucionarios creo q es una medida ejemplar quitar las trabas y dejar q cada campesino o pequeño agricultor como le queramos dsesir sean un papel ejemplar en la alimentación del pueblo
Continuamos chocando con la misma piedra año tras año con las dificultades de producir alimentos para los cubanos, por favor acaben de abrirle el campo a los campesinos incentivandolos a producir, no le pongan mas trabas, pues ya saben sin comer no se puede vivir y las colas esas dan pena a estas altura del siglo en que vivimos. No se puede lograr tener buenos resultados cuando seguimos el mismo metodo de trabajo, acaben de cambiar todo lo que debe de ser cambiado para que pueda haber comida en cuba
Dr Triana que bueno seria si los q Dirigen nuestro Pais leyeran sus articulos..
El Bloqueo q mas daña al Pueblo es el Interno.. Limita todas las ideas y los deseos de Crear y Producir.. Ej.. El caso del Queso.. Y el del Productor de Gelatina por solo mencionar algunos..
Como es posible q con menos recursos que el estado, “ilegalmente”..????
Ellos sean Capaz de suplir productos Básicos…???
Y El estado No..
Como Dice la Cancion..
Si nos dejan haremos de las Nubes Terciorlo… Si mos Dejan.!!!!!????
No le den mas Vuelta.. Es imposible para un Ama de Casa con una familia medianamente numerosa ocuparse Ella sola del Control de Todo.. Debe delegar y confiar el otros miembros de la familia algunos Deberes de la Casa.. De lo Contrario sus familiares no Creceran con la Conciencia y Responsabilidad necesarias para Enfrentar la Vida… Lo Mismo sucede a Nivel de Pais un Estado o Gobierno No puede aun con las mejores Intenciones Abarcarlo Todo.. Imposible ocuparse del Niquel y tambien controlar Las Croquetas..
Asi de Simple.. Y Facil.. Por Favor Déjennos Crecer..
Como Dice Buena Fe.. No me Regalen Mas Nada.. Dejame Ganarmelo Yo..
Hablemos Menos y Obremos mas.. Ya algunos se nos esta Acabando los Años Productivos y los sueños de al menos Ver el Famoso Cambio en Nuestra Economia..