Hace apenas unos días tuve la oportunidad de leer un magnifico artículo del doctor Silvio Calves Hernández, colega, profesor, amigo, ingeniero industrial graduado muchas décadas atrás, asesor en varios organismos, autor de libros, conferencista invitado a eventos los cuales prestigia con su presencia, observador profundo, conocedor de la idiosincrasia del cubano de hoy y de muchas, casi infinitas experiencias de dirección, ya sea, a nivel empresarial, ministerial y también de la administración pública, testigo viviente y participante activo de este largo proceso que nos ha traído hasta aquí.
El hecho que provocó el artículo de mi amigo fue aparentemente sencillo y casi normal para los cubanos y las cubanas que vivimos en Cuba y que debemos sufrir/padecer/soportar las “innovaciones” de nuestro sistema de comercio. A alguien —sin dudas brillante— se le ocurrió la innovadora idea de concentrar en dos puntos de venta el expendio a 12 mil consumidores de un producto de alta demanda y perecedero que además, requiere de ser pesado y anotado en la libreta. A mi amigo, que un día tuvo que examinar teoría de colas en su carrera y que después ha tenido la oportunidad de debatir al respecto con especialistas altamente calificados, le sirvió de poco aquel conocimiento, excepto para reafirmar la irracionalidad de lo que enfrentaba. De todas formas tuvo que esperar sus seis horas y minutos para adquirir el tan ansiado y estratégico producto.
El comercio, casi tan viejo como el ser humano, eslabón imprescindible de esa cadena que lo profesores de economía política le repetimos a nuestros estudiantes en las aulas: producción, distribución, cambio y consumo; agrega valor, entre otros, cuando logra acortar los tiempos entre la concepción del producto y su consumo, conveniente para el productor porque aumenta la rotación de su inventario y para el cliente, porque le reduce el tiempo empleado en la adquisición de los bienes que desea. Y el tiempo, aunque sigamos sin darnos perfecta cuenta, es de todos los recursos que tiene a mano el ser humano, el más escaso.
Nuestro comercio, en especial el que se realiza por las empresas estatales, independientemente de la empresa, cadena, moneda en que se realice; no ayuda todo lo que pudiera en ese proceso y muchas veces no cumple aquello de agregar valor haciendo que los clientes ahorren su tiempo. Más bien produce el efecto contrario.
La alta concentración de establecimientos que comercializan productos en determinadas localidades —algo que de pronto descubrimos con la COVID—, y el hecho de que existen territorios, incluso municipios de la capital de la república sin presencia o con muy escasa presencia de estos es, sin dudas, una de las causas que explican este hecho, pero no es la única.
Quizás existen dos filosofías en la organización de la red de comercio. La primera, muy rara de encontrar materializada en nuestro país, es aquella que entiende que el cliente es decisivo y que todo lo que se haga en términos de comercio debe tener por razón principal la satisfacción en tiempo, forma y calidad del cliente.
Luego está aquella otra, que se realiza desde la perspectiva de las empresas que concentran y en cierta medida ejercen facultades cuasi monopólicas sobre la actividad, sabiendo que los usuarios/clientes/consumidores no les queda de otra, porque no tienen la alternativa de ir a otra “tienda”. Esas empresas, hacen sus arreglos organizacionales para facilitarse a sí mismas ejercer su actividad —a sabiendas de que la competencia no existe o es demasiado débil, rara o escasa— o para cumplir propósitos como el llamado “control”, que en algún momento se transforma en su negación o el “ahorro” de electricidad, combustible, transporte y salario a expensas del tiempo de los clientes y del daño intangible que ese desperdicio de tiempo produce a la economía nacional.
No es, sin dudas, el único de los costos, hay otros, que van desde la salud hasta la generación de un cierto conformismo que alimenta ese círculo vicioso de la baja calidad de los servicios y los productos. No obstante, debo aclarar que esta filosofía no es privativa del comercio estatal, también crece y prospera en el sector no estatal, lamentablemente, porque también allí, la concurrencia es poca y la posición dominante de los vendedores en un mercado con déficit de oferta lo propicia.
Los problemas del comercio en nuestro país, estatal, no estatal, en negro, en blanco o en semi-gris, mayorista, minorista, interior, exterior, nos acompañan desde hace mucho, mucho tiempo. Los del comercio minorista en especial, desde finales de la década del sesenta. En las instituciones que tienen a su cargo su organización y regulación han trabajado y siguen trabajando decenas de compañeros valiosos, inteligentes, preparados, abnegados y entregados a su trabajo, nadie puede dudarlo, aun cuando los haya que no sean así.
Sin embargo, todo su esfuerzo e inteligencia han chocado, año tras año, década tras década, mucho antes de esta pandemia, contra la tozuda y obcecada realidad, que les devuelve, después de haber pasado unos meses de las inauguraciones correspondientes al último programa de relanzamiento, la misma imagen de años anteriores a ese último programa.
Hoy, que ya es cotidiano el “e-comerce”, la entrega a domicilio, el pago con tarjeta, ese fenómeno tan moderno para nosotros, también esa modalidad, en breve, repitió los mismos males y generó otros propios de dicha actividad. No se han cruzado de brazos las empresas a cargo, es cierto, pero lamentablemente tampoco han dado con la solución que realmente agrega valor para el cliente y resuelve definitivamente las insatisfacciones. También aquí ha aparecido un cierto espacio para el sector no estatal, que se ha sumado al esfuerzo de las compañías estatales, ayudando a paliar algunos de los déficits existentes, acercando el productor al cliente y viceversa, reduciendo tiempos de entrega, llegando a veces hasta donde resulta muy difícil y aislado, contribuyendo con las empresas y productores a una mayor rotación de sus inventarios y sobre todo sumándose, en estos tiempos tan difíciles, a satisfacer las necesidades de un segmento de la población cubana, exhibiendo una capilarización que a veces asombra y contribuyendo con su accionar a la entrada de divisas al país.
Ocurre sin embargo, que a pesar del éxito del comercio electrónico, el grueso del comercio minorista en Cuba sigue realizándose de forma física, directa, presencial, y la inmensa mayoría de los cubanos seguimos padeciendo de aquellos males que relaté más arriba y que la pandemia, el bloqueo, la crisis mundial, ha hecho peor. Nadie se ha cruzado de brazos, pero las soluciones definitivas siguen sin aparecer.
¿No sería acaso este el momento para responder a los mismos problemas con otras soluciones?
¿No sería mas conveniente al país fomentar un sector no estatal en el comercio minorista que permitiera expandir los puntos de venta, mejorar y diversificar la oferta sin comprometer el dinero del pueblo, más necesario seguro para otros fines?
¿Acaso no hay otra solución que seguir manteniendo las eufemísticamente llamadas bodegas bajo la misma concepción en que se han mantenido durante décadas?
¿No sería beneficioso para nuestra población que existieran otras cadenas de tiendas, no estatales, incluso, algunas no nacionales, que pudieran mantener una oferta estable y asumieran ellas los riesgos que todo mercado implica? ¿Acaso no podría ganar el Estado obteniendo los impuestos sobre la venta, la renta de locales, el impuestos sobre el salario a los trabajadores de esas empresas?
Nuestro sistema de comercio necesita mucho más que un programa de recuperación y modernización requiere un profundo y radical proceso de reconversión.
Amigo Juan esta solucion que propones y fundamentas de forma Clara y precisa es la unica que podra ayudarnos a salir de esta situacion que nos ha convertido en cautivoa de un mercado que no exite. Somos simplemente usuarios obligados a consumir lo que se nos da Frase celebre en cualquier centro comercial: ¿QUE ESTAN DANDO?..
Ademas ayudaria a disminuir y probablemente eliminar totalmente la corrupcion que abarca casi todos los sectores del comercio y los servicio. Se sobran en este mundo nuestro empresas que pueden participar en esto y ademas financier el famoso ENCADENAMIENTO PRODUCTIVO financiando productores locales para mejorar la calidad de sus productos y ser sus suminiatradores.
Te puedo hablar de mis experiencias en ese sentido viviidas en Polonia en estos anos pues la recorri de Norte a Sur y de Esre a Oeste y hablando y tomando criterios directanente del pueblo pues como sabes junto con Ariel Maso estudiamos alla y terminamos hace 54″anos
Saludos
Ing. Roberto Figueroa
Los ilustres profesores de Economía de la UH Triana y Everleny tocan temas medulares en sus artículos sobre el comercio y la agricultura en Cuba y los gravísimos problemas y escasos resultados que estos arrastran. Bordean soluciones pero, yo los entiendo, no tocan el imprescindible cambio macro que necesita Cuba hacia la economía de mercado, ya que sólo con eso se liberarían las fuerzas productivas definitivamente, se solucionaría en gran medida el grave problema de la insoportable factura de importación de alimentos y se estaría en muchas mejores condiciones de enfrentar el bloqueo de USA. Así de sencillo, aunque se que “caimán no come caimán”. Igual las leyes económicas son objetivas y Usted puede jugarles cabeza un tiempo limitado porque, aún así, terminan pasando factura.
Desde que comenzó la pandemia he comentado en estos foros algo que salta a la vista. El sector de comercio se ha pasado todo este tiempo saboteando el trabajo del sector de salud pública y de otros sectores y las autoridades del partido y el gobierno que batallan a diario contra la pandemia. Así de sencillo. Han mentido sin piedad en mesas redondas y reuniones de cualquier nivel incluso al Presidente de la República cuando han declarado que han hecho todo lo posible por extender su accionar a todos lo barrios y lugares remotos de la geografía cubana cuando yo he visto que han cerrado y desmantelado puntos de ventas que funcionaban perfectamente. Ejemplos? El de la calle 20 entre Tejar y Pocito y el de 11 y B, ambos en Lawton. También lo hacen cuando no diseñan una correcta estrategia de distribución de productos en todas las red de establecimientos que poseen, cono dice Triana adaptando a su propia satisfacción al mercado. Ejemplo? La venta por fin de año de productos cárnicos que convirtió a los con consumidores / aguantones en correcaminos a ver dónde se podía lograr el milagro de la compra.
Profe: Estoy totalmente de acuerdo con su enfoque sobre el Comercio Minorista y la necesidad de implementar otras soluciones a los mismos problemas que padecemos desde finales de la década de los sesenta en este sector…
Albert Einstein dijo: <>
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Saludos…Y recuerde que aunque no parezca, somos Miles los que leemos sus artículos desde hace ya varios años aunque muchos no se aventuran a comentar…
¿Por qué NO se habla de la Ofensiva Revolucionaria de Marzo de 1968?
Por cierto fue CONFISCACIÓN, no nacionalización.
Albert Einstein dijo:
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Leyendo este análisis del Profe, recordé estas frases de Einstein:
…No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos…
…Una locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo…
Buenas tardes Profesor,,soy un seguidor de sus artículos y conferencias y también de otros profesionales de la Economía.
Muchas veces he sentido el interés de dar mi opinión pues estoy muy de acuerdo y coincido con sus planteamientos y análisis crítico de las situaciones ,en las que vivimos día a día la mayoría de los cubanos.
Son tantos los problemas que afrontamos a diario que uno llega al punto de la decepción, irritación e impotencia porque se tratan tantos problemas y se ofrecen tantas soluciones posibles por los especialistas del tema Económico y sin embargo a veces¡( desde mi modesta opinion) no le importan a nadie de los autorizados a tomar cartas en el asunto .
Seguimos pensando con mentalidad de miseria y escaces, no queremos realizar cambios como los que se proponen para buscar soluciones reales ,a tantos problemas.
Hemos vivido con miedo siempre a los cambios ,un temor al borde del terror .
Muchas veces me digo ..Caballero el desayuno normal de un cubano,( y de eso no tengo dudas) es una tacita de café en la mañana, talvez un vaso de leche,,eso podría ser lo normal,,y Señores que eso prácticamente sea imposible desde hace mucho tiempo .y me pregunto
¿ Como es posible que no pueda producir ni si quiera para eso ,para tener algo tan elemental .
¿Como es posible que después de 62 años
No puede un cubano cualquiera ( no hablo de niños y ancianos que son prioridad) tener la posibilidad de comer al menos un bistec de Res una vez al mes?
Como es posible que los productos del agro estén con tan mala calidad,incluso a veces en estado vergonzoso para venderle a este pueblo que merece tanto Respeto.
Solo pongo esos ejemplos, pues la lista seria interminable..
Por eso comparto los planteamientos.Y pienso que el estado Estado debe PENSAR en que inviertan en el país Empresas como se plantean y no seguir tratándose resolver problemas décadas con las mis teorias., hay que dejar el terror a un lado y tener presente como dicen los Clásicos,,YA QUE SOMO MARXISTA LENINISTA El hombre necesita VESTIR,CALZAR , COMER ,,TENER UN TECHO Y DESPUÉS DEDICARSE A FILOSOFAR,,,
Esa es la prioridad para la gran FAMILIA DE ESTE PUEBLO ,poder tener todas esas cosas y entonces podremos decir que nuestro SOCIALISMO ES PRÓSPERO Y SOSTENIBLE.
HAY QUE CAMBIAR TODO LO QUE DEBE SER CAMBIADO..Cómo dijera Fidel.
Saludos.
Profesor, no conocía de usted hasta hoy que publicaron una conferencia suya en un grupo la cual me pareció muy buena,por eso decidí buscando.
Muy de acuerdo con usted,no soy economista,pero me gustan mucho estos temas,cómo queremos cambios en nuestro economía si aún no nos atrevemos? Siempre he pensado que si el estado no puede sustentar las tiendas, por qué no rentar lugares y darles la posibilidad que empresarios de otros países nos oferten sus productos? Y claro se cobren los impuestos requeridos,así nos harían mejor la vida al pueblo y el país también ganaría, llegué a pensar que era imposible porque el estado nunca lo ha pensado. Seguiré leyendo sus escritos, saludos.
Saludos profesor Triana. Son tan contundentes sus argumentos aplicables a la realidad cubana actual y sin embargo ningún comentario que los contradigan. En otros momentos he comentado que ” el tiempo es la variable más importante y se sigue perdiendo. Resulta lógico que la atencion fundamental es el enfrentamiento a la pandemia. Reconocemos la enorme tarea que desarrolla el gobierno para su enfrentamiento. Pero en paralelo hay que tomar decisiones con urgencia y el tema que usted toca lo requiere. Incluso, los mercados encargados de desarrollar el comercio minorista , indirectamente contribuye con la propagación de la pandemia . También al respecto he escrito y propuesto toma de medidas que podrían ayudar en su funcionabilidad y así aportar a la lucha contra la propagación de esta enfermedad. Es que resulta tan fácil la toma de algunas medidas propuestas u otras, que no logró entender el porque no se toman. Me he apartado del tema por usted presentado, pero soy de los que opinan la urgencia de exigir una mayor disciplina. Es que acaso alguien piensa que nuestras vacunad u otras resolverán por sí solas.?. Observen el surgimiento de nuevas cepas y la incertidumbre de la eficacia de las vacunas ante estas. Acudamos a la libreta de abastecimiento, utilicémosla como herramienta de control – en cierta medida – para al menos reducir la aglomeración de personas. Necesitamos urgentemente sobrevivir, para en paralelo poder desarrollar las brillantes ideas que usted expone ,
Saludos, es por primera vez que Leo uno de Susana artículo, y con mucha sinceridad y tristeza en mi corazón, le digo que no entiende porque mi país no escucha a personas como usted, cada día una nueva medida cada día un nuevo error, y cuando usted esplica, usted está dibujado el sentir de toda una nación, que sufre cada medida mal tomada, no entiendo, donde esta el peligro de que mi Cuba, los cubanos puedan prosperar estamos llenos de emprendedores y llenos de personas que aman a su país.