Evelyn Carnot no solo nació en La Habana (1970), sino que, además, tiene en esta ciudad donde vive y trabaja su principal campo de exploración y de representación artística. Su atención se fija sobre todo en las edificaciones y monumentos de gran valor patrimonial, que testimonian pasados esplendores.
A ella la mueve el juego cambiante de la luz lo mismo en una fachada barroca que en otra art déco y, por extensión, han empezado a aparecer en sus imágenes los moradores, el elemento humano que termina por cifrar el paisaje de la urbe. Es el caso de la foto de los pescadores en La Avenida del Puerto, de los ciclistas reflejados en los charcos de las calles y de los despreocupados transeúntes que salen a airearse luego de las lluvias intensas.
Con una Licenciatura en Cibernética Matemática por la Universidad de La Habana (1993), desde hace alrededor de veinte años Evelyn ejerce la fotografía como amateur, lo que en ningún caso significa que sus obras no tengan alto rigor profesional y una gran eficacia expresiva, lo que le ha ganado la admiración de sus colegas. Hasta el momento, su trabajo fotográfico se desarrolla en la calle, pero no puede ser encasillado como testimonial o reporteril.
Vamos a cederle la palabra a Carnot. Lo que sigue, es su statement o declaración de artista:
Si me preguntan cuáles fueron mis primeras fotos, diría sin vacilar que son las que le tomé al Capitolio de La Habana cuando trabajé en él, desde el año 1993 al 1998, recién graduada. Quedé fascinada por este icono de la ciudad. Esas fotos no las capturé con una cámara, sino con los ojos, y las tengo grabadas en mi mente.
En el año 2000 tuve mi primera cámara analógica, con la cual tomaba fotos como recuerdos; ésta la sustituí por una digital muy sencilla, no profesional, que me permitió fotografiar todo lo que me resultaba interesante; principalmente, a mi hijo durante toda su infancia.
Luego pasé a tomar fotos con el móvil, y fue en 2020 que tuve por primera vez una cámara profesional en mis manos. Desde ese momento he ido adentrándome en el mundo de la fotografía, aprendiendo de manera autodidacta, y con la ayuda y consejos de amigos fotógrafos.
Durante los últimos cinco años la protagonista de mis fotos ha sido La Habana, la ciudad en la que nací, crecí y vivo, y que amo incondicionalmente. Me considero afortunada al trabajar en La Habana Vieja, por eso muchas de mis fotos muestran la parte más antigua de la ciudad. En ellas se refleja el deterioro de una ciudad que suplica ser rescatada, y el hechizo de las antiguas edificaciones que se ha logrado restaurar. En el trayecto hacia mi trabajo, muy temprano en la mañana, voy capturando con el lente todo lo que atrae mi atención. La vieja Habana y sus habitantes son mi fuente de inspiración.
Soy una apasionada de la fotografía, con la cámara en la mano me siento libre y motivada, no tomo fotos con un fin específico, tomo fotos para sentirme feliz. La fotografía es mi luz, ella me ilumina el camino y me muestra la belleza escondida en los rincones de la ciudad; con ella he aprendido a observar lo que me rodea bajo una perspectiva diferente, apreciando sencillos y sutiles detalles que antes me pasaban inadvertidos, y que encierran una magia que con la cámara logro captar. A través de la fotografía muestro mi propia visión de la realidad y de la ciudad, logro expresar mis sentimientos y contar historias, es por eso que la cámara siempre me acompaña, pues en cualquier lugar, en cualquier momento, hay una foto que está esperando por mí.
A manera de resumen puedo decir que la fotografía es mi gran pasión; la cámara, mi mejor compañera; y La Habana, mi inspiración.
Presentamos a continuación piezas de cinco de sus series. Evelyn irá comentándolas una a una.
Persiguiendo la luz
La luz dorada del amanecer en la Bahía de la Habana, la tenue luz de la luna, las luces de las farolas de la vieja Habana, ejercen una fascinación en mí que se refleja en mis fotos. De cierta manera, siempre estoy persiguiendo la luz.
La belleza de la sencillez
Mientras camino, observo todo lo que encuentro a mi paso, y así he ido descubriendo la belleza en los lugares más inesperados y en los rincones más ocultos de la ciudad. Precisamente esta serie tiene la intención de mostrar la belleza que se encuentra en las cosas más simples que nos rodean.
Reflejos de la ciudad
Me considero una “cazadora” de reflejos. Disfruto mucho fotografiar las imágenes que se proyectan en las quietas aguas de la Bahía de la Habana, o en los charcos que aparecen en las calles de la ciudad después de la lluvia, pues me muestran una visión diferente de la realidad.
Pescando la esperanza
Esta serie está dedicada a los pescadores. Cuando, muy temprano en la mañana, camino por la Avenida del Puerto, los observo perseguir las manchas de peces, y me imagino un día pescando junto a ellos, pero en lugar de peces yo sueño con capturar la esperanza.
El arte salva
El arte tiene el poder de sanar, transformar y alimentar el alma. Es un refugio, una manera de expresión que inspira cambios. En esta serie muestro algunas de las obras expuestas en la última Bienal de La Habana.
Muy agradecida a Oncuba News por esta oportunidad y a Alex Fleites por dedicarme este espacio en su columna.
Muy creativas y excelentes esas fotos