Después de haberse graduado en técnico agronómico en 2012, Jordan Issell López Martínez (La Habana, 1994) descubre que hay un modo distinto de mirar el entorno. Quizá lo peculiar no sea el ángulo inédito en el que colocar la cámara, ni la relación entre elementos diversos que, enfrentados unos a otros, hilvanan una historia en esta o aquella composición fotográfica.
Tal vez el secreto radique en el grado de atención con que observamos el entorno, nos lo apropiamos y lo devolvemos trasmutado en obra. La sutil y profunda diferencia entre mirar y ver, y la aparente paradoja que nos lleva a afirmar que se puede mirar sin llegar a ver y, también, se puede ver sin necesariamente mirar, pues este último verbo va más allá del acto físico de enfocar con los ojos, es un entramado de acciones que se dan a nivel del intelecto.
Jordan Issell mira y ve. Anda en bicicleta por La Habana intentando fijar lo que la memoria pudiera, con el paso de los días, sepultar. Hay en su trabajo la expresa vocación de no establecer una diferencia detectable entre el sujeto que mira y el objeto de la captura de luz. Quien viaja en la lancha que cruza la bahía, quien interroga una vidriera comercial que, no obstante, exhibe símbolos políticos, quien va a los arrecifes a desbravar el verano, es uno más entre tantos, parte indisoluble del paisaje humano de La Habana de esta hora, sólo que, de paso, obtura su cámara, deja testimonio.
En 2017 comienza a trabajar en el Centro de Arte Contemporáneo Factoría Habana, de la Oficina del Historiador de la Ciudad. En dicho espacio colabora en la producción y montaje de numerosas exposiciones. Hoy es freelancer.
Aunque su formación es marcadamente empírica, en 2019 participó en el taller laboratorio Técnicas de revelado y positivado que ofreció el Departamento de Fotografía de la Facultad de Artes Visuales del ISA, hoy Universidad de las Artes.
Aquí nos presenta dos de sus series.
Sui generis
(2017- hasta el presente)
Mi visión como fotógrafo viene de mis vivencias. Me propongo plasmar problemáticas que me afectan como ente social. Me encanta la dinámica que genera la condición humana, y las situaciones que esta propicia. Sui géneris pretende explorar el sujeto en interacción con su entorno, a partir de imágenes tomadas en disímiles lugares, intento de armonizar paisaje urbano y personaje.
Concebida a manera de diario visual, la serie no narra una historia de forma lineal, solo hace pequeños esbozos de momentos que captaron mi atención.
Ciudad Jardín
(2022- hasta el presente)
La Habana del Este es una ciudad dormitorio que se ubica en la periferia capitalina. Acoge a 178 459 habitantes, y su infraestructura exhibe un grado sumo de deterioro; por lo demás, se detecta ahí un alto índice delictivo. Un término urbanístico como título (Cuidad Jardín), que hace énfasis en la autogestión y la sostenibilidad de un área metropolitana, me sirve como pretexto para ironizar sobre el estado en el que se encuentra la localidad, que alguna vez se proyectó como la urbe del futuro.