La noticia se publicó en varios diarios colombianos y de otros países. En los últimos días de mayo, el destacado director de televisión Lilo Vilaplana ha rodado en Bogotá un cortometraje a partir de su cuento “La muerte del gato”. Tienen toda la razón los periodistas en decir que ha contado con un elenco de primer nivel, para el público cubano habría que agregar el adjetivo entrañable.
Sobre esta nueva incursión en la pantalla grande –ya su corto Agrypnia pudo verse en el más reciente Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana- del director cubano radicado en Colombia se publicará mucho en los próximos meses. Además de los premios y la popularidad de series dirigidas por Vilaplana como El Capo I y II, la sola presencia en el reparto del Jorge Perogurría garantiza el interés.
En las líneas siguientes quiero aportar mi visión –inevitable y apasionadamente personal- sobre la trayectoria de los protagonistas de esta obra cinematográfica. Sería octubre o noviembre de 1982 cuando conocí a un estudiante de último año de Bahillerato que venía de Nuevitas, esa ciudad cuya esencia es tan popular entre cubanos que se usa hasta al poner el nueve en el juego de dominó: “Nuevitas, puerto de mar”, se dice al colocar la ficha con desenfado sobre la mesa de los números y la camaradería.
La locación de aquel primer encuentro era un Encuentro-debate de Talleres Literarios. El solemne nombre calificaba unos días de alegre intercambio de obras primerizas leídas a viva voz y comentadas por un jurado. El recién graduado de Dramaturgia que era yo se fijó en el desenfado y las chispas de talento de un autor lleno de nombres y apellidos que llenaban toda una línea. Para empezar por ahí le sugerí hacerlo más breve y sonoro. Entre los dos llegamos a la síntesis del crédito para el dramaturgo de 17 años. En varias entrevistas el ahora consagrado Lilo Vilaplana ha recordado el origen de su santo y seña artístico y se lo agradezco.
En los 30 años transcurridos de entonces hasta este amanecer madrileño en que escribo, hemos mantenido la comunicación, la colaboración y, lo que es más importante, la amistad. Lo hemos logrado gracias al afecto y al respeto, aunque pasaran años en los que –por razones de objetiva distancia geográfica- los únicos abrazos que nos dimos hayan sido digitales o telefónicos.
Antes, en La Habana me convertí en entusiasta colaborador, guionista ocasional, extra disfrazado y acaso sobre todo en padre feliz por lo mucho que mis hijos disfrutaron de Dando Vueltas, ese programa que dirigió en la Televisión Cubana durante muchos y eficaces años. Me consta que –a pesar de su creciente éxito en el reino de lo audiovisual- Vilaplana no ha dejado nunca el amor al Teatro y de impulsar proyectos propios o apoyar los de los amigos para enriquecer la vida de las tablas.
Cuando Lilo me hizo llegar su libro de relatos Un cubano cuenta enseguida le comenté que “La muerte del gato” me parecía el mejor cuento de los que integran esa selección. Tenía conocimiento del ambiente y los personajes reales que lo inspiraron pero sobre todo me fascinó la síntesis, la yuxtaposición de planos, la carga emotiva de lo dicho y lo sugerido.
También he visto en los últimos años consolidarse la labor –de actriz a gestora- de Irasema Otero que con Shangó Producciones está al frente de la complicada logística de esta Habana del siglo pasado “fabricada” en el barrio bogotano de La Candelaria, una localización que a la gente de teatro nos lleva enseguida a recordar el formidable grupo fundado hace tantos años por Santiago García.
De los intérpretes –decisivas patas de este gato que saltará pronto a la pantalla grande- tengo alguna que otra experiencia personal también pero quiero destacar enseguida que alguien tan querido por su labor para la Televisión y el Cine como Alberto Pujols (Albertico para los cubanos que lo siguen desde los días del programa “Para bailar”) haya incursionado poco pero con su pasión característica en los escenarios. Alberto ha sobresalido además como compositor musical y artista de la plástica. A la variedad del talento y el despliegue de buena energía de Albertico se suma ahora la colaboración con Lilo en el guión cinematográfico de La muerte del gato.
Pichy –somos miles los que en La Habana y otras partes del mundo lo llamamos por este nombre que lo acompaña desde su infancia- Perogurría tuvo una activa vida teatral, vinculada primero a Teatro de Arte Popular y después en los días en que creaban las bases del legendario Teatro El Público.
Otros dos ídolos para los cubanos donde quiera que estén son Coralita Veloz y Bárbaro Marín. Brillante en el Cine, una presencia clásica de nuestra Televisión, Coralia protagonizó con éxito varias obras teatrales en los años ochenta y noventa. A Marín lo recuerdo también muy joven, asumiendo (con ese carisma y fuerza que ya se veían venir) un breve personaje en la ya clásica película Clandestinos, ópera prima del ahora con razón venerado Fernando Pérez. Después han sido muchos sus éxitos en las pantalla sea grande o pequeña. Quiero terminar estas líneas recordándolo sobre las tablas, asumiendo ese mito nacional que es Benny Moré, en Delirio habanero de Alberto Pedro. Y parafraseando al Bárbaro del Ritmo; se juntan en La muerte del gato, mucho talento, ricas trayectorias, muchos recuerdos y certezas… “¡Oh, Vida!”.
Amadisimo, recuerdas a Tio Raul, verdad? El cuento es mut hermoso. Me hubiera gustado estar cerva de ese trabajo. Un abrazo. Nos veremos. Siempre te envié mi comdntario sobre la obra que me enviaste. Lo leiste?
Gracias Amado por este articulo, coincido contigo en todo lo que haz escrito, tengo 51 años, tuve la dicha de beberme la mayoria de las presentaciones de estos gigantes de la actuacion en Cuba, principalmente en la TV y el Cine, pues las obras de teatro donde participaban estos actorasos no llegaban a mi querida y bella provincia de Ciego de Avila (por cierto, también la tuya), en aquellos años. Ah, tampoco olvido tu actuacion en Clandestino y tu graciosa escena del ”cubo de potaje”, y el… ”cállate gordo”. Un abrazo desde Quito, Ecuador.
Mi querido Amadito, gracias por este hermoso articulo que me transporto a varios – muchos- años atras y nuestra entrañable amistad. Como bien dice Raulito Duran esta historia ocurrio en casa de su tio y casi padre mio Raulito Guerra. Gran artista , inmenso ser humano que se nos adelanto en el camino. Del cual aprendi mucho y le dedicare este cortometraje en proceso de post produccion. A quienes quieran leer el cuento no le puedo enviar el libro, pero lo pueden encontrar en mi web http://www.lilovilaplanadirector.com en el libro Un cubano cuenta. Ojala puedan disfrutar tambien del cortometraje.
!QUE BUEN ARTICULO! LILO SE MERECE ESOS ELOGIOS AMPLIAMENTE POR SU TALENTO Y DEDICACION. Y AMADO IGUAL… UN SALUDO AMADO FELICIDADES A LOS DOS.
Un trabajo excelente el logrado por Lilo y su grupo de trabajo. Sin duda en el momento en que llegue a la pantalla grande el corto, dará mucho que hablar. Felicitaciones por el trabajo y a Amado por la síntesis de la narración, pero la profundidad dada a este artículo.
Son demasiadas las cosas buenas y entrañables que me unen a todos, desde el articulo hasta la dirección. Nada hay mas hermoso que la distancia para recrear ese abrazo que siempre estamos dispuestos a dar cuando vemos los triunfos de hermanos. Conozco el cuento pero no este trabajo. Conozco a los actores pero ha tiempo que no los veo. Conozco al director (y aquí no hay pero) se que es GENIAL! Jajajajajajaja
Como Nuevitero lo felicito Sr. del Pino, por su magnifico articulo sobre Lilo Vilaplana y su cuento “La muerte del gato”, en realidad solamente ha hecho usted justicia para el talento de mi querido Lilo, que ademas de amigo, tuvimos el privilegio de nacer en esa hermosa ciudad que ud. identifica cuando se pone el nueve en el juego de domino: “Nuevitas, la bella.
Qué bueno encontrar profesionales, como Lilo Vilaplana, que superando los planos de la realidad y la ficción, hacen aportes que nos dejan pensando, en un mundo cada día mas pequeño y a merced de la tecnología. Felicitaciones!
Quizás no me corresponda celebrar, elogiar,o engrandecer a Lilo Vilaplana por su carrera como dramaturgo y director de tv, pues como prima de el pude que exagere, pero que lo haga este gran maestro de maestro grande entre los grandes como es Amado del Pino no cabe dudas que el corto y la carrera de Lilo son espectaculares, que decir del elenco? bueno sin palabras, grandes actores, dedicados entregados a su profesión, nadie mejor que el senor Amado del Pino para reconocer el trabajo de los actores,actris y enaltecer la direccion del gran Lilo, FELICIDADES MI PRIMO!!!!!!!
Yo soy brasileño y conocí el trabajo de lilo mediante mi esposa que es cubana, donde en su ciudad natal desde joven mediante una leyenda urbana le dio vida a un dragón donde después de mas de 20 años todavía los niños cada año siguen observando como un tesoro lo que distingue esa ciudad, después vi. el Capo excelente donde motiva al televidente desde el principio hasta el fina, la Mariposa es que el logra reunir en una obra toda una magia perfecta felicidades por su trabajo y gracias al señor Amado del pino por escribir palabras perfectas para este genio de la TV
“Que me quede con ganas de saber mas acerca de la Vida de este Hombre, y su desaparicion fisica, Armando Ventolera, y su “Calculada” e “Ingeniosa” jugada para despedirse de su mundo..”
Con Ansias de ver esta magnanime obra impregnada en la pantalla del cine, una gran Historia, que me atrapo, me sedujo, que al leerla me la visualice por momentos muy divertida, y por otros dura, como la vida misma verdad?, aunque muy emotiva por cierto, con un final inesperado, que deja mas que replantearse el valor de la vida, pensando en un Tierra como Cuba y en esos años… en como era la Vida, y como lo es hoy en dia, y que aun sin conocer esa Tierra misteriosa, tan bacana, y bonita (que anhelo conocer muy pronto!) he tenido la suerte de conocer a un ser extraordinario, llamado Lilo Vilaplana, y ese gran Artista, Bohemio, y buen Tipo! que con su sencillez y su Humildad a cuestas, hacen de su ser, a un grande, extraordinario, y talentoso Director que sabe como contar buenas Historias, Vivas, Frescas, que dejan Huella..
Dejarles un fuerte abrazo, desearles las mayores de las Bendiciones a todos los que han participado de semejante proyecto, adelante en lo que emprendan!
“La muerte del Gato”, Anhelo pronto poder verlos en pantalla! Bendiciones!
Yo no he leído el libro, pero este artículo me dio una idea de lo que trata el cortometraje, así que estaré pendiente, por que por lo que leí su vida es muy interesante maestro y ojalá pueda contar todos los cuentos de su libro y que el mundo lo conozca no sólo como director, si no como autor y guionista un abrazo y como siempre le he dicho que Dios lo bendiga a usted, su esposa, sus hijos y a su amada Cuba.
Para mi fue un placer que el Maestro Lilo, me brindara la oportunidad de aprender al lado de grandes actores y muy buenos seres humanos, fue un trabajo duro, pero lleno de grandes alegrias, no se puede olvidar al equipo tecnico que trabajo. Unos profesionales, ira en la produccion, tata en asistencia, jorgito maquillaje, el mono fotografia, camara mutis, script dianita , sonido andres, vestuario ada, donde esta el ambiente oscar, stons horacio, carros carlos julio. Si ven esto fue una muy buena produccion. LA MUERTE DEL GATO, esta de pinga.
Cuanto me alegra este trabajo por ver tanto talento junto. Desde el que lo firma (el gran Amado) hasta el protogonista (el gran Lilo Vilaplana: el único director de TV que me ha hecho improvisar con un títere, en su célebre dando vueltas), pasando por esos grandes de la escena que son Pichi y Albertico, Coralita y Bárbaro Marín. Y todo aderezado por la sapiencia de la otra Bella Otero (Iracema). En fin, gracias, otra vez, Amadito. Habrá que seguir leyendo y viendo las obras del gran Lilo, el ex flaco Lilo, el amigo entrañable de rones, cámaras, poemas!!!. Abrazos
Lilo Vilaplana además de ser un talentoso director, productor, escritor y profesor de arte y escritor, es una gran ser humano y cubanaso #1 a pesar de sus éxitos y fama no olvida Cuba, la tierra que lo vio nacer. Felicidades Lilo y bendiciones
Amadito,me encanta tu cronica,tu si escribes sabroso,eres la quinta pata de ese gato super en talla
Amadito, saboreando un sabroso café cubano retomo la lectura de tu artículo, y digo retomo porque en la mañana lo vi pero quise deleitarme sin prisas. Como siempre nos haces recorrer etapas q atesoramos en nuestra memoria, porque tanto Lilo con su Dando Vueltas como todos los actores q están con él en el corto nos hacían evadir con buen arte, las vicisitudes que vivíamos. Una vez más gracias