Hay calles de nuestras ciudades que parecen mercados. Abundan los anuncios, pegados en ventanas, puertas y cristales: Se vende un televisor, una batidora, un bastidor, un juego de sala, una cámara de bicicleta, un DVD, una sobrecama, un motor de turbina, una cortina, una silla de ruedas… No hay mucha noción del diseño en esos carteles, mucho menos vocación estética. Ese oficio del rotulador, oficio de antaño, parece que se ha ido perdiendo en estos tiempos de computadoras y arréglatelas como puedas. Y los que venden o no tienen tiempo o no tienen talento o no tienen gusto o no tienen ninguna de las tres cosas a la hora de confeccionar sus avisos. Las faltas de ortografía hacen olas (el colmo, en una calle de Las Tunas: “se benden un refrijerador y una tasa de baño nueba”, lástima que no tenía la cámara a mano. Desde hace un tiempo, con las nuevas medidas, también se anuncian bienes inmuebles. Así que no es extraño ver en un quicio un cartel que reza “se vende este apartamento, con todo dentro”. Caminaba el otro día por la calle Avellaneda, una de las más céntricas de la ciudad de Camagüey. Iba leyendo los avisos, cuando descubrí uno que me hizo detener. Sobre una puerta con motivos clásicos, dentro de un marquito de madera, ponían “SE VENDE ESTA CASA”. Nada fuera de lo normal, hasta que uno se fijaba que en la fallada de esa misma vivienda había otra inscripción: “Aquí nació y vivió Gertrudis Gómez de Avellaneda. 1814-1873”. O sea, que en el Camagüey legendario está a la venta la casa de la mismísima Tula. ¿Quién la compra?
A lo mejor el lector no sabe quién fue la Avellaneda, aunque si es cubano es poco probable que no haya escuchado hablar de ella. Para hacer el cuento corto: se trata de una de las más renombradas escritoras del siglo XIX en Cuba, figura reconocida en el todo el ámbito iberoamericano. Lo que se dice: un clásico. En Camagüey es una leyenda, ocupa junto al prócer Ignacio Agramonte el lugar de honor entre los nacidos en esa villa, una de las más antiguas de Cuba. Era de suponer que la casa en que nació, como casi todas las casas natales de grandes hombres y mujeres en este país, fuera por lo menos un museo o un centro literario. Ignoro las circunstancias de este caso, habría que averiguar cuál ha sido la historia de este inmueble. Ni siquiera sé si los que ahora lo habitan tienen algo que ver con la poetisa y dramaturga. El caso es que ahora han puesto su casa en el mercado inmobiliario. ¿No tiene el estado dinero para adquirirla? Debe ser que no interesa demasiado, en Camagüey ahora mismo hay muchos centros culturales y museos. Pero (me cuesta resignarme), la Avellaneda es la Avellaneda. Me he puesto a pensar: ¿el hecho de que ahí naciera Tula incidirá en el precio de la casa? ¿Cuánto pedirán por ella? ¿El que compre la casa habrá leído la poesía de la ilustre literata? ¿Será una persona con sensibilidades artísticas? ¿Qué diría la Avellaneda si resucita? Es probable que no importe demasiado. En definitiva, una casa es una casa. Piedra sobre piedra.
megusta ese comentario
Esa casa tiene que ser patrimonio de la cultura nacional. Si los dueños la están vendiendo, el estado tiene que comprarla. La Avellanenda es una de las grandes literatas cubanas, le han hecho homenajes a escritores mucho menores. Ya sé que en Camagüey hay muchos hijos ilustres, pero pocos como la Tula.
esto es inconcebible…por favor que alguna institución haga algo, esta casa debe ser Patrimonio Nacional, es la casa donde nació tula
Bueno, Yuris Nórido al final tiene razón, una casa es una casa, quizás no sea necesario hacer un museo allí, pero hay que cuidar que los nuevos dueños mantengan las condiciones de la vivienda, pues es indudable de que se trata de una casa con valores históricos relevantes…
(Es muy problable que mi comentario no se publique. En caso de no ser así, agradezco a su autor la atención prestada y por la crónica en sí. Aprovecho para informarle que tal y como la escrito la publicaré en mi blog que trata exclusivamente sobre la vida y obra de la excelsa poetisa)
INDIGNACIÓN
Esta mañana he recibido gracias a la amable gentileza de un amigo esta crónica y se me han puesto los pelos de punta ¡De punta!
Increíble pero cierto
Mientras el Ballet Folklórico de Camagüey ensaya una nueva danza en honor a Gertrudis Gómez de Avellaneda basada en su famosa novela SAB, los actuales dueños de la casa donde naciera la ilustre poetisa (en su legítimo derecho) cuelgan un curioso cartelito en la puerta, SE VENDE. Así es como piensan celebrar, realmente, las autoridades cubanas el bicentenario del natalicio de la escritora en 2014 por mucho que hayan formado comisiones para los actos… (No es una indirecta para la Comisión por el bicentenario, es una DIRECTA)
¿Y Patrimonio Nacional no piensa hacer nada…?
Al final va a resultar que en Cuba sucede exactamente igual que en España.
El mismo perro con diferente collar.
Hay que tener cuidado con lo que sugerimos. No sea que haya una familia echada de su casa hacia un apartamento de mala muerte como ha pasado otras veces.
Cuando un inmueble es considerado patrimonial y se decide que va a ser objeto museable, se le da a los dueños diversas opciones para escoger… por los casos que conozco, generalmente han salido ganando… incluso obteniendo varios apartamentos para los diferentes núcleos familiares que habiten el requerido… Hay que tener cuidado con lo que hablamos… tanto como con lo que sugerimos
No se como expresar tanta indignacion. Como es posible q estas cosas sucedan.
Como mi camaguey pierde asi su patrimonio cultural.
Esto dan ganas de llorar. Sera una casa hecha como otra cualquiera. Pero cuantas memorias guarda!!!!
No se puede perder asi!!
A través de diversas averiguaciones he conseguido saber que lo que está en venta es la casa del siglo XX construida en el terreno en que existió la casa de la Avellaneda en el XIX.
O sea, que no tiene nada que ver con patrimonio. Hay una tarja que dice que en ese lugar estuvo la casa, etc.
Así que habría que ver si acaso en que década se edificó esta para sustituir a la original.
Un abrazo!